El insólito tiburón Helicoprion

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Tiburones, criaturas míticas que dominan los mares del globo desde hace más de 400 millones de años. A día de hoy, amados por unos, y odiados y temidos por otros (este último grupo por desgracia supera largamente al anterior).

Se caracterizan por poseer un diseño morfoanatómico excelente para desenvolverse en medio acuático. Los tiburones primitivos fueron sin embargo notablemente diferentes a los actuales. El diseño actual comienza a ser habitual hace unos 100 millones de años.

Reconstruir un tiburón a partir de sus fósiles es una tarea dificultosa, ya que sus esqueletos constan únicamente de cartílago, a excepción de sus mandíbulas y dientes, los cuales si poseen tejido óseo. Muchos de los fósiles de tiburones encontrados se limitan de hecho a estos escasos fragmentos corporales.

Hace unos 280 millones de años (lo que se corresponde con el Período Carbonífero Superior) surgió en los mares un género de tiburones muy particulares. Sus dientes fósiles sin embargo, no se limitan a piezas desperdigadas entre los sedimentos.

Helicoprion fosil
Fósil mandibular de Helicoprion bessonovi en el que se observa una insólita alineación de las piezas dentales en forma de espiral.

Cierto es que un porcentaje importante de las leyendas y mitos son en realidad deformaciones imaginarias de criaturas que existen o existieron en realidad. Sin embargo, en todos los cosas el denominador común es que la naturaleza supera con creces a la mente de cualquier escritor. La mandíbula inferior del Helicoprion tenía la forma de una sierra de disco. Es un rasgo que no existe en ningún otro animal a lo largo de la serie natural histórica. Durante mucho tiempo, los paleontólogos no estuvieron seguros de si la espiral dentada se correspondía con la mandíbula superior o la inferior. El descubrimiento de una especie cercana al Helicoprion arrojó luz sobre este misterio. Finalmente se aceptó que se trataba del maxilar inferior. Si añadimos esta arma letal al hecho de que este tiburón primitivo pudo alcanzar los 7 metros de longitud, la imagen final nos sugiere un ser aterrador.

Una mandíbula tan poco habitual hace que los estudios sobre las técnicas alimenticias de esta especie no se atrevan a salir de los campos de la especulación. Hay quienes piensan que esa morfología mandibular no permitiría alimentarse de animales dotados de caparazones u otras estructuras duras. Por ello, el Helicoprion habría limitado su dieta a peces y calamares, atacándolos por un lateral y cercenando sus cuerpos cual cuchillo caliente corta la mantequilla. Otros estudios muestran sin embargo, lo contrario. El Helicoprion habría sido capaz perfectamente de fracturar los caparazones igualmente espirales de moluscos como los Ammonites.

Helicroprion
Representación de un Helicoprion.

Anatómicamente podría pensarse que la espiral en la mandíbula sería un impedimento para la natación. Sin embargo, su colocación en el extremo inferior de la mandíbula aportaría hidrodinamismo, lo que sumado a la agudeza de su hocico y un cuerpo esbelto lo harían un animal muy rápido. Muchos paleontólogos opinan que cazaría empleando la velocidad. De la misma manera que las actuales tintoreras. El impacto a alta velocidad de la mandíbula espiral contra el flanco de cualquier potencial presa provocaría daños importantes o incluso seccionaría el cuerpo de la misma, sin dar la mínima oportunidad para escapar. En caso de tratarse de presas más grandes, la herida podría no haber sido mortal por sí misma, pero si hubiera hecho perecer a la víctima desangrada.

Por extraño que parezca la línea de dientes no está del todo fuera de lugar en lo que a las mandíbulas de tiburón respecta. La espiral funciona a modo de «cinta transportadora de dientes» en la que si un diente se rompe o cae por su uso, es inmediatamente sustituido por uno que hay detrás, que se adelanta para ocupar el lugar dejado por el caído. En los tiburones actuales existe el mismo mecanismo, aunque en lugar de una única espiral dentada hay decenas de ellas colocadas unas junto a otras. Algunos tiburones pueden llegar a perder 30.000 dientes durante toda su vida.

dientes
Aquí observamos los conjuntos de espirales dentarias en la mandíbula de un tiburón actual. Nos damos cuenta por ello, que el diseño «en sierra de disco» puede no ser único y exclusivo del Helicoprion, lo que da alas a la idea de la representación antes citada de dicho escualo primitivo.

El Helicaprion se ha convertido en uno de los animales más insólitos que se conocen. Un animal digno de ocupar este pequeño espacio en nuestra sección Mundo Natural. ¿Existiría en la Antigua Grecia algún pensador que hubiera imaginado una criatura así para inspirar una leyenda?

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Juan José Alférez Cara
Biólogo. Le fascina la naturaleza y esa fuerza moduladora que durante millones de años ha dado lugar a todas las formas de vida que hoy habitan La Tierra, llamada Evolución, y que también ha servido de lienzo para las leyendas de todos esos escritores desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI. Contacto:juanjoalferez1@gmail.com

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