En estas fechas tan señaladas de paz, armonía, comidas copiosas y excesivos gastos cargados a la cuenta bancaria, un sinfín de imagines se repite como común denominador en todos los periodos invernales. La Navidad, apreciada por unos y odiada hasta la saciedad por otros, no deja indiferente a nadie. No podemos ademas ignorar la figura de distintos animales que componen en sí mismos la cálida atmósfera de la Navidad.
Probablemente la imagen más extendida es la de un grupo de renos, con nombre propio todos y cada uno de ellos, tirando de un trineo en el que Papa Noel, o Santa Claus transporta los regalos para los niños del mundo entero. Llama la atención la singular manera en que estos mamíferos se mueven. No corren, sino que vuelan. ¿Sería esto posible en términos biológicos?
Conozcamos mejor a los renos. Son los únicos cérvidos que componen el Genero Rangifer, y están ampliamente distribuidos por las tundras y taigas Euroasiáticas, así como en las Americanas (territorios en los que dicho animal normalmente es llamado caribu). Han sido ademas introducidos en islas subantárticas. A lo largo de su territorio de distribución es posible encontrar subespecies diferentes.
Las subespecies eurasiáticas alcanzan un peso de hasta 150 kilogramos, mientras que las americanas pueden llegar a los 300 en el caso de los machos, que son siempre ligeramente mayores que las hembras, o en algunas subespecies mucho mas grandes que las mismas. La subespecie más pequeña se encuentra en las Islas Svalvard (Noruega). A pesar de las diferencias de tamaño, tanto machos como hembras poseen astas, siendo la única especie de cérvido en la que esto ocurre. Sus pezuñas poseen ademas altas concentraciones de ácidos grasos insaturados, que les protegen de la congelación pues durante gran parte del tiempo, el medio en el que habitan esta cubierto por la nieve.
Los renos poseen ademas características que los diferencian de cualquier otro mamífero. Muchos animales de este grupo no son capaces de ver la luz ultravioleta. Las retinas y las corneas de muchos mamíferos están pues diseñadas para proteger el ojo de dichas hondas, las cuales podrían producir danos al mismo. No es este el caso de los renos, siendo capaces de percibir colores en una franja del espectro que llega hasta los 320-250 nanometros, sin sufrir daño alguno.
¿Pueden los renos volar? La respuesta es un no rotundo. Los únicos vertebrados actuales capaces de volar son los murciélagos y las aves. En el Mesozoico, había un tercer grupo de vertebrados voladores: los Pterosaurios.
Estos ungulados son pues, incapaces de volar, pero no por ello dejar de ser muy interesantes. Son rápidos, igual menos que un caballo, pero muy resistentes pudieron recorrer entre 40 y 50 kilómetros en un solo dia, rasgo que les ayuda altamente debido a su condición de animales migratorios. ¿De dónde viene verdaderamente la leyenda de los renos voladores? Lo cierto es que en términos históricos es bastante reciente. En 1820, el poeta estadounidense Clement Clarke Moore describió por primera vez la escena del trineo de Santa Claus siendo tirado por ocho renos. Más de un siglo después, otro escritor también estadounidense, Robert L. May le atribuyo a Rudolph la nariz roja brillante.