Los venenos más curiosos del reino animal

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Veneno. Una palabra que asusta solo con una ligera mención. Palabra que nunca viene asociada a buenas acciones o propósitos. Lo cierto es que, incluso para la ciencia, el veneno es una sustancia nociva.

Se define como veneno cualquier sustancia que, pudiendo ser sólida, líquida o gaseosa, puede provocar enfermedades lesiones o alteraciones del funcionamiento de los sistemas corporales (digestivo, reproductor, etc.) de los animales, pudiendo conducir a la muerte. Muchas veces, los venenos provocan una reacción en cadena, engarzándose a alguna enzima o catalizador dentro del cuerpo. Agentes físicos como el calor, las radiaciones y la presión también pueden provocar lesiones, pero nunca desencadenan reacciones enzimáticas.

Lo cierto es que, cualquier sustancia, incluida el agua o las vitaminas, puede ser nociva en altas cantidades. Otro factor que permite definir al veneno es el hecho de que es tóxico incluso en pequeñas cantidades.

Existen muchos tipos de veneno. La clasificación que se emplea para determinar el tipo es la fuente de origen de la sustancia química nociva en particular.

  • Venenos mineral, algunos elementos de la tabla periódica y compuestos químicos formados por los mismos son nocivos. Ejemplo de este grupo serian metales como el mercurio.
  • Plantas, algunas también los producen. Un ejemplo sería la cicuta, sustancia producida por la planta de mismo nombre. Sócrates fue obligado a tomarla, provocándole la muerte.
  • Artificial, algunas sustancias de producción industrial pueden ser nocivas. Entre estos productos también hay muchos de uso cotidiano.
  • Animales, ampliamente distribuidos en multitud de grupos zoológicos.

Nos centraremos en estos últimos en el artículo de hoy. El veneno puede ser producido en el animal por determinadas glándulas y llegar al cuerpo de la víctima a través de estructuras como colmillos, espinas o el propio contacto con la piel del animal. Puede existir una tendencia a pensar que los animales venenosos emplearan dicha arma química a la mínima, aunque el empleo del veneno es ma la excepción que la regla, ya que como sustancia producida por el cuerpo, conlleva gasto energético y es un bien preciado para el animal que lo porta. Desperdiciarlo no es una opción. Al mismo tiempo, el veneno puede no ser la única arma defensiva del animal.

Rana venenosa.

Las tarántulas son venenosas. Poseen dos poderosos queliceros en la parte anterior del cuerpo que emplean para inyectar el veneno en los cuerpos de sus presas. El veneno tiene ademas el papel de disolver el interior del cuerpo de su presa. Los queliceros serán también empleados posteriormente por la tarántula para absorbe el cuerpo de su presa, ya reducida a una bolsa de liquido, quedando solo la cobertura exterior.

Podría pensarse que ningún depredador se atrevería a atacar a un animal como la tarántula. Pero los depredadores también poseen fuertes armas, y el hambre puede hacer perder el miedo. El veneno puede no ser un arma de defensa demasiado efectiva para la tarántula, pues incluso si esta consiguiese hundir sus queliceros en el cuerpo de su atacante, los danos que este habría infringido hasta el momento podría ser ya de por si mortales. La defensa de la tarántula habría sido inútil. Por ello, este artrópodo deber buscar otro método, uno que la ayude a defenderse desde la distancia. Estos animales tienen el cuerpo cubierto de pelo. Y ese pelo hace algo mas que aislarla térmicamente. Frotando sus patas traseras contra su abdomen, la tarántula puede lanzar sobre el cuerpo de su atacante, así como sobre sus ojos u hocico (zonas altamente sensitivas) algunos de esos pelos, los cuales son altamente urticantes. Como vemos, la tarántula ha desarrollado un método de defensa que le permite ahorrar su preciado veneno.

Las tarántulas pueden impresionar debido a su tamaño. Pero muchas veces, la toxicidad del veneno no es directamente proporcional al tamaño del animal. De hecho, tiene sentido que animales mas pequeños sean mas venenosos que otros mas grandes, pues ellos necesitaran defenderse de mas animales que aquellos que les superan en tamaño. Hay parientes mas pequeños que puede ser igual de peligrosos o incluso mas.

Pero, ¿necesita un veneno ser letal para ser efectivo? Lo cierto es que no. Asegurar que un atacante no vuelva a ser una amenaza no implica acabar con su existencia. En Norteamérica habita un reptil que ha convertido este hecho en su primer mandamiento. El monstruo de Gila (Heloderma suspectum) es uno de los dos únicos tipos de lagartos venenosos del mundo.

Su veneno es inyectado a través de sus dientes inferiores. Cuando los científicos se decidieron a estudiar la composición del mismo, descubrieron entre los componentes químicos una sustancia que mejoraba la memoria. Dato curioso, pues una mordedura venenosa esta pensada para defender al portador de dicha sustancia tóxica, no para ayudar al atacante con los problemas al recordar. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el atacante, debido a la acción de dicho componente, nunca olvidara el dolor que sintió al ser mordido por el monstruo de Gila, y por consiguiente, raramente atacara de nuevo a otro ejemplar.

Monstruo de Gila.

Una mordedura no debe ser venenosa para poner en peligro a aquel que la sufre. Los animales no poseen, en general, las cualidades higiénicas que caracterizan a los humanos. Muchos incluso, limitan su alimentación a restos de otros organismos. Dichos restos se encuentran en muchas ocasiones, en un determinado avance del proceso de putrefacción. Las bocas de dichos animales se convertirán en el nuevo hogar de las bacterias que realizan ese proceso. La herida abierta por los colmillos del animal en caso de morder mas tarde inyectara dicho cultivo bacteriano en el torrente sanguíneo de su víctima o atacante. Se cree que los venenos en el reino animal empezaron de esa manera. Sin embargo, este hecho no es una simple reliquia del pasado. Hoy en dia, aun quedan animales que lo emplean de dicha manera.

Si antes veíamos que el monstruo de Gila es uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo, ahora conoceremos al segundo. Se trata ademas del mayor lagarto de mundo, que habita en algunas islas de Indonesia, entre ellas la que le da el nombre. Se trata del Varano o Dragon de Komodo (Varanus Komodoensis).

Puede llegar a medir 3 metros de longitud y pesar mas de 100 kilogramos. Ademas, no muestra ningún remilgo a alimentarse de carroña, incluso cuando esta se encuentra en avanzado estado de putrefacción. Su saliva contiene alrededor de 70 tipos diferentes de bacterias. Sin embargo, no limita su alimentación a la carroña.

Las presas vivas tampoco son algo con que el dragon de Komodo no pueda lidiar. Sin embargo, su gran tamaño hace que el reptil no sea demasiado eficiente persiguiéndolas a la carrera. Una mordedura en una extremidad hará entrar a esas bacterias mortales en el cuerpo de un búfalo de agua o jabalí. Sin embargo, el veneno no mata al instante, por lo que el reptil tendrá que ingeniárselas para no perder a su presa, incluso una vez la haya mordido. Su lengua lo ayuda a seguir el rastro de sus presas una vez estas huyen. La septicemia provocada por las bacterias contenidas en la saliva provocara la muerte de la presa en unas 72 horas. Para cuando el dragón encuentra a su presa muerta, esta ya habrá captado la atención de otros ejemplares de su especie, convirtiendo el festín en un evento multitudinario.

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Juan José Alférez Cara
Biólogo. Le fascina la naturaleza y esa fuerza moduladora que durante millones de años ha dado lugar a todas las formas de vida que hoy habitan La Tierra, llamada Evolución, y que también ha servido de lienzo para las leyendas de todos esos escritores desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI. Contacto:juanjoalferez1@gmail.com

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