He de hablar en esta sección de “Reflexiones” por supuesto, y además obligatoriamente, de uno de los mayores problemas a los que nos tenemos que enfrentar en nuestra búsqueda de la verdad de las cosas: la desinformación.
Y es que, como bien dijo el mítico parapsicólogo y filósofo Germán de Argumosa:
El mentiroso más peligroso no es el que siempre miente, sino el que miente entre verdades.
Y ésta, amigos y amigas, es precisamente la táctica que utilizan hoy en día muchísimos “iluminados” y autores que nos gritan a los cuatro vientos que ellos nos van a decir por fin la verdad de todos los misterios de los que se llevan hablando y estudiando desde hace tantísimos años, porque ellos parece ser que ya han encontrado las respuestas. Nos dicen algunas verdades en sus libros, sí, pero a costa de decir luego más mentiras por supuesto y de intentar hacernos un lío. Veamos la definición de la palabra desinformación:
“también llamada manipulación informativa o manipulación mediática, es la acción y efecto de procurar en los sujetos el desconocimiento o ignorancia y evitar la circulación o divulgación del conocimiento de datos, argumentos, noticias o información que no sea favorable a quien desea desinformar. Habitualmente se da en los medios de comunicación, pero estos no son los únicos medios por los cuales se puede dar una desinformación”.
¿Quiere decir esto amigos y amigas lectores que ya no vamos a poder leer tranquilos un libro o ver un reportaje en televisión o internet porque ya no nos podemos fiar de nada y de nadie?: NO, esto lo que quiere decir es que tengamos cuidado y que lo analicemos todo muy bien, y que usemos las capacidades que tenemos, como la razón y el discernimiento, para poder intentar distinguir las noticias reales de las falsas, y SOBRE TODO no aceptar como una verdad universal y absoluta lo que leamos tras su primera lectura, proceder a releer si es necesario y por supuesto contrastar y analizar con todos los datos que podamos.
En mi peregrinaje en mi incansable búsqueda de la verdad, he de reconocerle al lector, sin ningún tipo de rubor y dejando por supuesto el ego personal de lado que, he cometido muchos fallos en esta búsqueda personal, uno de ellos tiene nombre propio: David Icke. Y cuando digo la palabra fallo al nombrar a este autor me explico: yo no digo que este autor no pueda decir cosas interesantes (que de hecho las dice), pero precisamente su juego consiste en que creas únicamente su verdad como la única posible.
Pero me vino muy bien este autor, porque gracias precisamente a David Icke me di cuenta de que me había puesto yo mismo una venda en los ojos al haberme reducido únicamente a leer y a creer en sus libros, y esto es un error gravísimo, puesto que nunca debemos dejar de seguir y seguir leyendo y analizando TODO lo posible. Hoy día gracias a Dios soy un devorador de todos los libros que puedo, y nunca estoy contento del todo con ninguno, y siempre quiero más y más, y todo me parece poco. Pero sigamos con el análisis de David Icke, puesto que sé que muchas personas interesadas en la temática extraterrestre han leído sus libros. Bien, antes que nada explicar muy brevemente el contenido de sus libros para la persona que no los conozca: este autor nos habla en sus libros del control total que tienen sobre la raza humana los famosos “reptilianos” (extraterrestres con forma de serpiente) desde los tiempos de Sumeria, y para ello mezcla (muy hábilmente la verdad) ideas antiguas de Zecharia Sitchin (el autor que nos dio a conocer los mega-famosos annunakis) con ideas esotéricas y con muchos trapos sucios de políticos y famosos de Hollywood, los cuales para él son todos reptilianos. Bien, tras este brevísimo resumen de su obra (puesto que algunos de sus libros llegan a las mil páginas) hay que hacer los necesarios análisis, al menos en base a mi experiencia personal tras la lectura de sus libros. Para empezar no me queda más remedio que, por supuesto, decir que casi todos sus libros son copias los unos de los otros, que prácticamente aportan los mismos datos, y que, una vez que te has leído uno, ya no hace falta que te gastes el dinero en los demás porque te cuentan lo mismo, por lo tanto sinceramente aquí no me queda más remedio que llevarme estas cosas a mi cabeza: dinero e implantación de ideas determinadas que interesan a los “jefes” del mundo. Y es que, sinceramente, no creo que ningún lector en su sano juicio se compre un libro que ya tenga en su biblioteca por segunda vez para tenerlo repetido, a menos que tenga una edición especial en la que el lector tenga especial interés u otros motivos personales. Y esto es lo que nos encontramos queridos amigos y amigas en los libros de David Icke: títulos distintos pero con idéntica aportación de datos. Por lo tanto este hecho ya me lleva a plantearme la sinceridad y honestidad de esta persona, puesto que si ya nos has dicho una cosa amigo David: ¿por qué sigues sacando libros diciéndonos prácticamente lo mismo pero con otras palabras?, ¿te mueven tus ideales o tu cuenta corriente?.
Yo no digo que nosotros como autores y como personas que estamos presentando un trabajo no queramos obtener el justo beneficio de este trabajo que hemos hecho, pero esto es una cosa y otra distinta es ya abusar claramente de la fe ciega de los demás. Todos mis amigos y personas cercanas a mí saben que les he dicho en infinidad de ocasiones que, cuando escribo algo para los demás, intento ser lo más sincero posible a la verdad que estoy buscando con el corazón y con la mente, y que nunca me inventaré una historia del tipo: “Yo visité Ganímedes” para vender miles de libros, esto va en contra de mi honesta y personal búsqueda de la verdad. Y creo que el lector que haya tenido la oportunidad de leer mi libro “Buscando la verdad” habrá podido ver esto que comento, habrá podido ver que intento poner sobre la mesa todo lo que puedo para que cada uno piense y juzgue sobre los datos aquí mostrados en estas páginas, pero NUNCA diré en un libro que yo soy el verdadero poseedor de la verdad, esto queridos amigos y amigas va totalmente en contra de mis principios, otra cosa bien distinta es que fuera y al margen del libro sí que hable de mis verdaderas creencias e ideas sobre “la verdad” con mis amigos, familiares o con cualquier persona que me pregunte por mi opinión sea en un programa de radio o en cualquier lugar. Mi necesidad interior y honesta de esa búsqueda de la verdad de las cosas me lleva, y me obliga, a estudiarlo todo y a replanteármelo todo continuamente, y es mi deber moral, como autor de un libro y de estos artículos, el mostrarle a usted lector toda la información que pueda para el fin que nos atañe, y no dejarme llevar únicamente por mis propias creencias personales, que aunque son bastante fuertes, pero de momento debo dejarlas para mí mismo, y el tiempo, las investigaciones y las experiencias me irán afirmando o negando estas creencias. En esa lucha tan hermosa y necesaria me hallo inmerso, y es la que me ha llevado a escribir tantas cosas. Pero sigamos con el tema que nos preocupa, que es la desinformación a la que tanto estamos expuestos hoy en día. Por supuesto no es David Icke el único, ni muchísimo menos, sobre el que han recaído estas voces de posibles desinformaciones, de lo contrario no estaríamos hablando de que la desinformación sea algo tan perjudicial en nuestros tiempos para poder hallar una ínfima parte de verdad en todos estos temas. También muchos habrán escuchado nombres como Daniel Estulin, Sixto Paz, Zecharia Sitchin, Snowden, Alex Jones… y como éstos pues cientos más, cada uno de un país distinto y de una organización, medio de comunicación o profesión distinta. Pero, lo peor de todo, queridos lectores y amigos, no es la desinformación que se nos hace en el campo de la investigación y de la verdad de los orígenes del ser humano, ¡SINO LA DESINFORMACIÓN QUE SE NOS ESTÁ HACIENDO SOBRE LA PROPIA VIDA!. Imagino que no hace falta que diga en este artículo el mundo tan “satánico” que se está imponiendo cada vez más en nuestras vidas, aunque en vista de que parece que todavía hay personas que no se dan cuenta (o no se quieren dar) pues me veo obligado a recordarlo: ¿se ha tomado usted la molestia de analizar profundamente la programación que se da en esa arma tan destructora que es la televisión?, pues sí lo hace no creo que tarde mucho en darse cuenta de que la televisión está creada por supuesto para atontar al ser humano y para hacerlo malvado, egoísta, competitivo y todos los adjetivos negativos que podamos imaginar.
¿Por qué cree que la juventud de hoy día es como es?, ¿por qué el materialismo impera en todo el mundo?: pues porque inconscientemente se nos está día a día imponiéndonos un estilo de vida a través no ya sólo de la televisión, sino de los móviles, de los ordenadores, de los videojuegos, de cualquier cartel publicitario en nuestras calles… y lo peor de todo es que, ese mundo que nos venden por todos estos medios ya citados, pues está concebido precisamente para que nos guste y nos sintamos bien, y nos dejemos llevar por los placeres que nos ofrece ese mundo, y una vez que ya has quedado atrapado con el paso de los años por ese mundo pues casi te transformas en un robot programado al que le encanta su mundo y si alguien te habla mal de ese “mundo” pues encima se le mira mal y el que queda como un loco es precisamente esa persona que milagrosamente y gracias a Dios ha podido liberarse de esa cadena de emociones controladoras que son la televisión, internet, videojuegos, etc…
Muy interesante tu comentario. Por cierto, tu libro es muy interesante.
Sólo hacer una pequeña aportación: David Icke niega la existencia de Jesús basándose, entre otras cosas, en que las primeras copias de los evangelios son tardías (unos trescientos años). Pero está plenamente convencido de la existencia de la Atlántida de la que habló Platón. Lo chocante es que las primeras copias de los escritos de Platón tienen unos mil años. ¿Qué interés tienen muchos conspiranoicos en acabar con la figura más importante y noble que ha conocido el mundo? Me suena a algo muy sospechoso.
En primer lugar Ángel gracias por tu interés y por tus palabras.
Muy buena observación lo de Jesús, efectivamente no sabes la de veces que yo me he planteado eso de David Icke… es más incluso he llegado a pensar en más de una ocasión que quizás todas las verdades que cuenta en sus libros es para poder luego soltar la mentira de lo de que Jesús no existió para así hacerles creer esto a los que ya ha atrapado con la lectura de su libro.
Y gracias por tu interés en mi libro, si deseas adquirirlo puedes ponerte en contacto conmigo al correo: victor_oasis@hotmail.com (son 13 euros y los gastos de envío los pago yo).
Un saludo!