¿Son las almas de los difuntos?

Para todo amante del misterio que comienza a dar sus primeros pasos en la búsqueda de los fenómenos anómalos, así como para los investigadores más experimentados, saber reconocer el entorno donde se realiza la experimentación y los elementos que lo componen es esencial. Distinguir sonidos ambientales, animales, corrientes de aire, sonidos de la propia estructura donde nos encontramos o los campos magnéticos que la rodean, es de una gran importancia a la hora de poder afirmar que nos encontramos ante algo que no tiene explicación. Pero, cuando aún con todo y eso, se dominan los factores anteriormente citados, sigue habiendo uno con el que ni los más pragmáticos ni los más acérrimos creyentes se ponen de acuerdo, y son, los famosos «Orbs».

La palabra Orb, es un diminutivo de la palabra Orbe que a su vez proviene del latín «orbis» y su significado es: redondez o circulo. ¿Pero que son estas esferas que captan los objetivos de nuestras cámaras desde prácticamente su invención? Su forma suele ser circular, semitransparentes, parecido a una bola y puede ser de diferentes colores y matices. Estas esferas que aparecen en miles de fotografías, han conseguido crear un gran debate entre los investigadores. Por un lado, están los que defienden la teoría de que es un fallo de la lente, insectos, polen, polvo o humedad en suspensión y reflejados por el flash de nuestras cámaras a la hora de hacer la fotografía. Por otro lado, tenemos a los que defienden la teoría de que es la propia energía de los difuntos que se materializa delante de nuestras cámaras a modo de comunicación, ángeles o guías espirituales e incluso, aquellos que se captan en el bosque, seres mágicos que habitan en el mismo. Una de las últimas hipótesis es que los Orbs podrían ser una especie de seres biológicos aún no descubiertos por la ciencia.

Como ya hemos dicho, el debate sigue abierto, pero ahí una cosa con lo que están todos de acuerdo, y es en desvelar que son esas esferas que al ampliarlas tienen apariencia esponjosa, ectoplasmatica, de diferentes colores, que parecen tener un núcleo y que incluso en algunas ocasiones, nos recuerdan o semejan a un rostro.

Pero de lo que no cabe duda, es que desde mediados de la década de los años 90 han aumentado considerablemente debido a las cámaras digitales. Y, para los más escépticos, esto refuerza la hipótesis de que es debido al avance de la tecnología, que al interferir con factores medioambientales, estos hace de superficie reflectante, causando los conocidos «orbs». Pero no hay que olvidar que, ya aparecen también en fotografías de principios del siglo XX, mucho antes de que llegarán las cámaras digitales.

Y es en este momento cuando entra en juego la creencia de que son de origen paranormal. Cuando se observan a simple vista, sin una fotografía de por medio, cuando se captan sin flash y a pleno día, observándose una fuente de luz propia, a petición del experimentador y dibujando patrones inusuales muy diferente de lo que podría ser polvo, polen, humedad o cualquier otra partícula en suspensión.Y quizás, la prueba más relevante de todas, sea aquella que demuestra mediante filmaciones de vídeo, donde se registra como una de estas esferas dibujando un patrón inteligente entra dentro de un equipo de grabación, segundos antes de que quede registrada una respuesta, para volver a salir al finalizar esta.

Veamos ahora son algunos de ellos y donde se pueden fotografiar con más frecuencia:

1/ Cerca del agua. Nieve o puntos donde hay humedad.

2/ En lugares donde hay mucho polvo.

3/ En el bosque.

4/ Insectos fotografiados en lugares oscuros.

También nos encontramos con investigadores que afirman que cada color tiene un significado. Veamos que colores podemos encontrar en el fenómeno Orb.

¿Entonces ante que nos encontramos?

¿Nos encontramos ante una explicación perfectamente lógica, como son los fallos en las lentes, los factores medioambientales, insectos etc..? o por lo contrario, ¿nos encontramos con algo más difícil de poder explicar?.

Lavoisier en su ley general de la conservación de la energía dice claramente que la energía no se crea ni se destruye, tan solo se transforma. De este modo, entendemos que cualquier ser vivo al fallecer libera su energía vital que no es más que la energía que se supone anima el cuerpo de cualquier criatura.

Todos sabemos que ocurre con nuestro cuerpo físico al morir y los procesos naturales que intervienen en ello, pero muy poco o nada sabemos de qué pasa con nuestra energía vital una vez abandona el cuerpo muerto. Quizás alguno de estos orbs sea precisamente eso, esa energía pura, esa esencia que alguna vez nos representó como seres vivos. Esa sería una explicación de por qué en ciertos lugares donde fallece un determinado miembro de personas, equivale a la misma cantidad de orbs que se pueden fotografiar en ese mismo lugar. Sin duda, las teorías sobre esto son muy extensas. Cuidan de lo que fuera su hogar, no pueden avanzar por que no entienden que les ocurrió o para cuidar a sus seres queridos. Sea como fuere, este fenómeno sigue siendo un misterio en mayúsculas. 

Nosotros os damos la información, vosotros opináis.

Jorge Ríos Corral