¿Sabías que los barcos europeos escupían fuego a sus enemigos árabes?

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Hablaremos hoy en nuestra sección de un increíble barco que era temido por sus enemigos debido a su gran potencial destructor y de defensa frente a los multitudinarios ataques. El barco se trata de un dromón, un navío de guerra del imperio bizantino, estandarte en la flota imperial de Constantinopla, el cual solía ir escoltado por otras naves más rápidas y de fácil maniobrabilidad, como las galeras o monorremes (de una fila de remos a cada banda). Pero lo excepcional de este navío era que poseía un arma devastadora cuya fórmula concreta hasta hoy en día es todo un misterio, tratamos del navío que escondía el arma más insólita de la historia.

El diseño ligero de estos barcos viene heredado de las galeras romanas que se habían transformados al carecer Roma de contrincantes o invasores. La ingeniería naval pega un cambio de timón, dejando de utilizarse las naves pesadas y cargadas de soldados a otras más pequeñas y con mucha mejor movilidad, con más capacidad de reacción realizando navegaciones de vigilancia.

Dibujo de un Dromón de la Armada Bizantina.

Buque de tres velas latinas o de cuchillo, triangulares, diseñados para ir contra el viento propulsados también por dos filas de remos a ambos costados (birreme) con muy poco calado. De entre 30 a 50 metros de eslora, y unos 6 metros de manga. Poseía una capacidad para 200 remeros, esclavos casi todos y 60 soldados. Así como una castillo de madera sobre la cubierta principal. Este dromón fue equipado para llevar una destructible arma de fuego, nunca mejor dicho. Consistía de un sifón para disparar fuego, por eso también se le conoce como «sifonóforo».

Cuando estos barcos empezaron a equiparse con este arma secreta corría mediados del siglo VII  d.c. y fue utilizado letalmente durante la defensa de Constantinopla contra los árabes. Según cuenta la historia los árabes reunieron ciento de naves con la idea de cruzar el mediterráneo para conquistar Europa por la ciudad de Constantinopla. Durante el asedio árabe pronto empezaron a sufrir que sus barcos empezaban a arder con mucha virulencia, incluso al intentar sofocarlo con agua, aquellas llamas se avivaban más.

Tanto en el intento de conquista de Constantinopla por los árabes en el  674-678 como en el 717-178 el uso del fuego fue todo una sorpresa táctica. Muchos estudiosos e historiadores afirman que gracias al «fuego marino» los árabes no invadieron Europa, este ingenio posiblemente marcará la historia, evitando que a día de hoy Europa sea del Islam.

Ilustración donde se observa el fuego marino alcanzando a una embarcación enemiga.

Este fuego fue fabricado por los bizantinos e inventado por un ingeniero llamado Callínico de Heliópolis aunque se cree que recibió la receta de los alquimistas de Alejandría. El secreto fue solo conocido por sus ayudantes durante siglos sin que se supieran sus componentes exactos.

Según estudios químicos se ha deducido que la mezcla era liquida y viscosa. Posiblemente incluía nafta y azufre como combustible y salitre o nitrato, que aportaría el oxigeno necesario. Se cree que el compuesto poseía cal viva, que es la causante de que al contacto con el agua se provoquen altas temperaturas volviendo a prenderse. Como cualidad extra, esta mezcla provocaba grandes liberaciones de gases tóxicos así como explosiones.

Lnazamiento del fuego marino
Recreación del fuego marino.

Fueron instalados a bordo utilizando una especie de bomba hidráulica fija a proa o como mencionamos antes, un sifón. Algunas eran portátiles o de mano para disparar el fuego a las pequeñas embarcaciones que se acercaran o a quien se atreviera a abordar la nave. Se utilizaban también en tierra en las tropas. El liquido inflamable se encontraba en un deposito o tanque que se calentaba para que cogiera mucha temperatura. Este liquido se bombeaba con la ayuda de un fuelle, saliendo la mezcla a presión, disparada por un tubo donde existía muy próximo una mecha que incendiaba el inflamable al salir.

Reconstrucción de un sifón por los historiadores Haldon y Byrne. Fuente: Greek fire.
Dibujo realizado por historiadores del sistema hidráulico que lanzaba el liquido incendiario.

Debido a las grandes temperaturas y al grado de inflamabilidad de la mezcla, el lanzador se protegió, para evitar salpicaduras de la abrasadora arma, se preocuparon por la seguridad de la tripulación y del buque. Así también se podían entrenar los operadores del arma ya que para evitar accidentes debían estar muy bien adiestrados.

La técnica que utilizaban consistía en disparar al agua cerca de la embarcación contraria ya que se activaba. Del mismo modo lo disparaban directamente hacia las velas de las embarcaciones enemigas provocando el caos y el incendio.

Fotografia de un auténtico lanza-llamas.

Más adelante el fuego marino fue utilizado como munición de las catapultas, rellenaban grandes recipientes con una mecha y los lanzaban a barcos o a fortificaciones. Fue copiado por los árabes y utilizados en varias guerra como durante las cruzadas aunque no se parecía en nada al auténtico, no obteniendo muy buenos resultados, la clave estaba en las proporciones exactas del fluido.

Lanza-llamas portátil usado en tierra, en guerras de tropas.

El uso de este arma en los barcos duró muchísimos años hasta que se terminaron las guerras allá por el siglo XI aunque hay algunos historiadores que siguen relacionando el fuego en algunos buques durante la caída de Constantinopla en 1453, es decir que tuvo una duración de casi mil años, al igual que su secreto, y que sin duda sirvió de inspiración para el desarrollo de otras armas letales que han llegado hasta nuestros días, por ejemplo el lanzallamas.

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JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

2 Comentarios

  1. Por favor chicos, de verdad, lo podéis hacer mejor en redacción, gramática y puntuación; el tema es interesante pero lo estropea la redacción del artículo. No cuesta nada revisarlo antes de subirlo, son 10 minutos.

  2. Muchas gracias por tus comentarios, siempre los revisamos antes de subirlos. Pero como bien dices hay que prestar atención en gramática, redacción. Intentamos aprender y mejorar día a día. Gracias por leernos, te prometo mejores redacciones. Un saludo.

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