El S-13, el submarino soviético que acabó con la vida de 15.000 alemanes en menos de 10 días

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A principios de 1945, en Europa, en tiempos de guerra, dos buques de pasajeros fueron torpedeados por un temible y moderno submarino. El comandante de este sumergible soviético se llamaba Alexander Marinesko, fue el verdugo y causante de dos grandes tragedias marítimas. Una de ellas, el hundimiento del Wilhelm Gustloff, considerado el mayor desastre marítimo de la historia. El S-13, el submarino soviético que acabó con la vida de 15.000 alemanes en menos de 10 días.

Corrían tiempos difíciles para Alemania, arrasada por bombardeos y constantes ataques desde el este. El ejército rojo hacia tambalear a la Prusia oriental. Millones de alemanes huían desde Centroeuropa.  Alemania pondría en marcha un plan de evacuación para militares heridos y civiles denominada Operación Aníbal o Hannibal.

Los refugiados que huían de los soviéticos estaban formados por mujeres, niños y militares heridos o enfermos. Iban llegando en masa a varios puertos lanzaderas como Gdansk, Gdynia o Baltisk para partir hacia otros destinos más seguros. Cientos de miles de refugiados empezaron a llegar desordenadamente, alcanzándose una enorme multitud descontrolada. Aquellas horas, y días de espera para embarcar se hicieron eternas y duras. Miles de personas se agolpaban en los muelles azotados por temperaturas gélidas y extremas. Niños deambulando perdidos y llorando buscando a sus padres. Camiones y trenes con enfermos y cadáveres no dejaban de llegar. El miedo a las tropas soviéticas, cada vez más cercanas, provocaba motines y tragedia. Pasajeros pisoteados y asesinados por abrirse paso hacia la supuesta salvación.

Fotografía del 26 de enero de 1945 del puerto de Pillau en Prussia, hoy Baltisk. Lugar donde se evacuaron a más de 400.000 personas.

Para llevar a efecto esta desastrosa evacuación masiva, la marina de guerra alemana, la Kriegsmarine agruparía cientos de buques y embarcaciones, militares y mercantes, escoltados por grandes acorazados como el Gneisenau, el Lützow, o cruceros ligeros como el Leipzig, o el Nürnberg. De entre los buques mercantes destacaban por su bella silueta sobretodo el trasatlántico Wilhelm Gustloff, el Hamburg, o el General Von Steuben entre otros. Al final la cifra de naves participantes en la evasiva superaba los 1.100. Por su contra, los soviéticos poseían un centenar de buques y una cincuentena de submarinos al acecho, en los que se encontraba el letal S-13.

Uno de los buques que más personal logró embarcar fue el Wilhelm Gustloff, un magnífico barco de pasaje construido en los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo. Tenía una eslora de 208 metros por unos 24 de manga, dotado de una gran chimenea y dos mástiles. Botado en mayo de 1937 era capaz de alcanzar los 16 nudos. Sus travesías como crucero fueron de lujo, mar Mediterráneo y océano Atlántico. Más adelante fue buque hospital de la Kriegsmarine y academia militar para entrenar a cadetes equipándose incluso de armamento ligero antiaéreos.

Increíble fotografía del día de la botadura del buque Wilhelm Gustloff en mayo de 1937.

A partir del  27 de enero de 1945 fueron diversos  buques los que lograron salir airosos con rumbo a Dinamarca. Fueron el Andros, Mungo, Mowe, Potsdam entre otros con miles de refugiados. A los siguientes días no hubo tanta suerte y algunos otros fueron hundidos por minas submarinas.

El 30 de enero a mediodía bajo fuertes vientos y con una temperatura de diez grados bajo cero, le tocaría el turno al Wilhelm Gustloff, sobrecargado en todas sus cubiertas y bodegas de refugiados hambrientos y malheridos, marineros,  soldados y civiles. Saldría de la ciudad polaca Gotenhafen, actual Gdynia, bajo el mando compartido del comandante Zahn y del capitán de la mercante Petersen. Las cifras oficiales señalaban que viajaban a bordo en total unas 6.000 personas. Pero esta cifra no era la correcta, cálculos y estudios posteriores publican que cerca de 10.500 personas iban a bordo del flamante buque.

El buque partió escoltado del destructor alemán Löwe por aguas casi congeladas. Cuando cayó la noche, los comandantes decidieron apagar las luces de navegación para no ser descubiertos por submarinos o aeronaves soviéticas. Sobre las 2100 horas, un oficial de guardia en el puente tuvo que encender durante unos minutos las luces ya que otro buque mercante se aproximaba peligrosamente con rumbo de colisión. Aquel encendido de luces provocó que el Gustloff fuera desgraciadamente detectado por un submarino soviético.

No se trataba de un submarino cualquiera sino del S-13, un moderno sumergible de la clase S (Stalinec) de unos 78 metros de eslora por 6,5 de manga. Capaz de alcanzar en superficie casi los 20 nudos propulsado por mas 3.500 CV. Esta embarcación capaz de sumergirse a 100 metros iba cargada de 12 torpedos, aparte de dos cañones de 45 mm y cuatro de 100 mm. Poseía un destructivo historial pese a llevar unos cuatro años operativo. En 1942 hundió a tres barcos mercantes, en concreto a los buques finlandeses Hera y Jussi H y al holandés Anna W. Se encontraba bajo el mando del comandante Aleksandr Ivánovich Marinesko, polémico capitán con un pasado turbio. Mujeriego y alcohólico que fue incluso juzgado por deserción.

Fotografía del comandante del submarino soviético Alexander Ivánovich Marinesko quien recibió a título póstumo en 1990 la distinción de Héroe de la Unión Soviética. Murió en 1963 por una grave enfermedad estomacal.

Alrededor de las 2120 horas a unas 60 millas de Ustka, Polonia, el submarino S-13 distanciado por babor del Gustloff a una media milla, disparó cuatro torpedos. Fueron dirigidos contra la sala de máquinas del buque, impactando tres de ellos. El buque se escoró rápidamente hacia estribor entre el caos y la desesperación. Después se balancearía hacia babor. Pronto el castillo de proa empezaría a hundirse. Muchos fueron los refugiados que saltaron al Báltico asustados por las explosiones y el humo. La agonía fue lenta ya que tardó cerca de una hora en hundirse por completo. No había chalecos ni balsas para todos.

El buque emitió mensajes de socorro que fueron escuchados por torpederos que se encontraban cercanos y que acudieron en su ayuda. Estas embarcaciones que llegaron en pocos minutos pudieron rescatar a unas 1.250 personas aunque muchos morirían congelados. El mar se cubrió de cadáveres flotando. Se estima que unas 9.000 personas perecieron, de las cuales la mitad eran niños.

El buque terminó sus días hundido a unos 45 metros de profundidad a 20 millas al este de Leba, en Polonia. Desde aquella tragedia muchos han sido los que se han acercado al naufragio intentando recuperar algún recuerdo. Actualmente no se puede bucear en las inmediaciones, el gobierno polaco lo tiene prohibido.

Supuesta fotografía del submarino soviético S-13 aunque podría también tratarse del parecido S-56.

Pero este ataque no fue el único llevado a cabo por el temible submarino S-13, 10 días más tarde de la horrible tragedia del Gustloff, el comandante Marinesko volvería a atacar a otro buque mercante. Esta vez le tocaba el turno al buque General von Steuben, ex Munchen, barco cuyo nombre fue en honor al barón von Steuben, que combatió durante la guerra de independencia de los EEUU en el bando de George Washington.

El buque era un precioso barco de lujo de pasajeros construido por los astilleros alemanes AG Vulcan Stettin. Fue confiscado por la Kriegsmarine para transportar tropas alemanas entre los puertos orientales del Báltico y el norte de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Tenía una capacidad para unos 800 pasajeros repartidos en tres clases y 6 cubiertas. Con una eslora de 170 metros de eslora y casi 20 de manga alcanzaba los 17 nudos.  Formó parte del convoy de barcos que estuvieron implicados en la operación Aníbal.

En la imagen de arriba el buque Steuben y en la de abajo el Gustloff.

El 9 de febrero de 1945 partió del puerto de Baltsik destino a Świnoujście en Polonia. Debido a su rápida evacuación no todos las personas que abordaron el Steuben fueron registradas. La cifra oficial era de 4.300 personas, formados por soldados alemanes heridos, civiles, y personal médico. La no oficial sobrepasaba los  5.000.  Sobre la media noche del 10 de febrero  mientras navegaba,  el submarino S-13 disparó dos torpedos endiablados que con un intervalo entre ellos de unos 15 segundos alcanzaron la amura de estribor del Steuben. La mayoría de refugiados murieron por los impactos de los certeros torpedos y ordenados por el comandante Marinesko. En poco menos de 20 minutos, el Steuben se hundía por la proa falleciendo unas 4.500 personas. Unos 600 supervivientes pudieron ser salvados por una embarcación torpedera, la T-196, que acudió en su ayuda.

El comandante ruso del submarino creyó haber hundido a otro buque, no sabemos si por su estado alterado etílico o por alguna otra razón desconocida. Pensó que se trataba del crucero Emdem, nada ver con el Steuben. El Emden era un buque de guerra alemán que dedicaba sus misiones principalmente a minar zonas costeras.  El Steuben fue encontrado en el 2004 a unos 70 metros de profundidad por un buque hidrográfico de la armada polaca.

Fueron dos grandes tragedias marítimas. Ni la archiconocida y casi universal del Titanic ni la del Lousitania le llegaban a los talones. Por intereses no fueron aireadas por las naciones implicadas a ambos lados. El número de bajas entre los dos naufragios rondaban la friolera cantidad de 15.000 víctimas. Muchos justificaron estas catástrofes porque ambos buques poseían armamento de defensa y corrían tiempos de guerra, eran considerados objetivos de guerra legítimos. Sin embargo entre sus víctimas perecieron más de 5.000 niños que no fueron culpables de nada…

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JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

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