El increíble proyecto Habakkuk, el portaaviones de hielo

0
8851

Inglaterra planeaba construir un portaaviones inmenso para ser utilizado en la Segunda Guerra Mundial, un increíble buque de casi 600 metros de eslora y 90 de manga. Capaz de transportar 200 aviones Spitfire y 100 bombarderos Mosquito. Alcanzaría una velocidad de 8 nudos siendo propulsado por unas increíbles máquinas que consumirían cerca de 120 toneladas de combustible al día. Lo increíble y novedoso de este buque era que estaría fabricado de hielo, el proyecto sería conocido como Proyecto Habbakuk, el portaaviones de hielo.

Los ingleses buscaban construir un buque que fuera indestructible frente a los torpedos de los submarinos alemanes y sus bombarderos. Sabían que el hielo era uno de los materiales más resistentes, pero se enfrentaban a un desafío tecnológico, un desafío en la construcción naval, ya que utilizarían un material novedoso, el hielo. Sería un barco fácil de reparar y a la vez súper resistente, lo único a tener en cuenta serían las temperaturas en el exterior.

Comparativa del enorme tamaño del portaaviones de hielo.

La idea surgió de un innovador y alternativo científico llamado Geoffrey Pyke (1894 – 1948), el cual nombró al proyecto con el término bíblico Habacuc, «el que abraza y consuela». No fue la primera idea de este tipo, ya que fueron los alemanes en 1930 quien pensaron en algo parecido. Pyke fue uno de los científicos mas geniales y excéntricos que existieron y numerosos inventos sobretodo de vehículos imposibles fueron suyos.

Para el proyecto Habakkuk se estimó que harían falta unos 3 millones de dólares de la época. En 1942 Winston Churchill dio su aprobación a tan ambicioso y descabellado programa. Pero Pyke se dio cuenta que sólo de hielo no podía estar construido el barco, así que se le ocurrió la idea de mezclarlo con pulpa de celulosa, esta mezcla con madera daría mucha más consistencia al material. Este material podría ser secado y laminado para hacer planchas para la construcción de la nave. Según sus cálculos harían falta cerca de 1.7 millones de toneladas de este compuesto al que se le llamó Pykrete,en honor a Pyke, y que habría que producir en invierno, siendo el sitio elegido Canadá.

La idea que tenía el gobierno inglés era utilizar este barco para las navegaciones por el norte de Europa y escoltar a otras unidades, por lo que las posibles temperaturas en el exterior no era un problema a tener en cuenta. La idea era construirlo por bloques de hielo y aislarlo externamente con una capa de un material que lo protegería de la erosión, así como del embate de las olas. También poseería unos circuitos internos de refrigeración para mantener la temperatura de la estructura de hielo. Se pusieron en 1942 manos a la obra bajo la dirección del ingeniero civil C. J. Mackenzie y de la compañía de Ingeniería de Montreal.

Estuvieron realizando estudios de materiales y ciertos trabajos preliminares. Hicieron un prototipo a pequeña escala y construyeron varios bloques a escala real en Alberta, Canadá. Los primeros bloques se encajaban en unas cuadernas de maderas, así como los que soportarían el peso de los motores. Todo ello completado por un laberíntico circuito de refrigeración.  Todo parecía ir bien, los materiales aguantaron varios meses sin descongelarse y se demostró la gran resistencia de la mezcla.

Los tests balísticos con torpedos determinaron que tan sólo se formaría un agujero de 3 metros tras un impacto,  así como los posibles ataques aéreos apenas dejarían huella en el casco. Sin embargo otros problemas empezaban a asomar, como el tamaño que tendría que tener la hélice y el timón y de su prevista escasa maniobrabilidad. Otro inconveniente sería la cantidad de tuberías que harían falta para refrigerar el interior de los bloques de hielo de esta mole, así como del material aislante.

En una conferencia de jefes de estado de las fuerzas aliadas en Quebec en 1943, la idea del portaaviones de hielo para patrullar por Europa fue desechada. Las necesidades de los estados miembros eran otras. Las operaciones navales de escolta y patrulla en el Atlántico norte estaban ya cubiertas por otras naves. La  propuesta era enviar al portaaviones de hielo a la zona del pacífico y utilizarlo contra Japón. Esto dio un giro inesperado al proyecto ya que no era viable construirlo Corner Brook, en Canadá y enviarlo al pacífico. Habría que construirlo por aquellas latitudes, suponiendo muchos mas costes a los presupuestados.

Obviamente el punto débil de este barco era la posibilidad de fundirse aunque a mayor tamaño y envergadura de la nave más tiempo necesitaría para derretirse. Todo esto acompañado del alto coste de fabricación y de mano de obra, hizo que este innovador proyecto se cancelara para siempre. De todas formas lo recordaremos como uno de las ideas más extravagantes y arriesgadas en la historia de la construcción naval militar.

No olvides suscribirte a nuestro boletín:

Toda la información en tu email

¿Quieres estar informado de las noticias que los medios de comunicación ocultan? ¡ÚNETE!

Compartir
JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

Dejar una respuesta