Lagarto cornudo, el lagarto que dispara sangre

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Una vez más en Informe Insólito nos inmiscuimos en el apasionante mundo de los reptiles. Estos seres escamosos aparecieron en el Carbonífero, hace más de 300 millones de años. Uno de los datos más curiosos en lo referente a los mismos es que superan a los mamíferos en número de especies.

En Informe Insólito hemos conocido serpientes gigantes de diversos tipos, así como cocodrilos capaces de alimentarse de presas enormes y potencialmente peligrosas. Sin embargo, en esta ocasión, nuestra aeronave no aterrizará en ninguna era del pasado, ni conoceremos a ninguna especie gigante. Sin embargo, quedaremos si cabe aún más impresionados de lo normal.

De las más de 8.000 especies que existen de reptiles en el mundo, más de la mitad son lagartos, de diversos aspectos, tamaños y hábitos alimenticios, repartidos por prácticamente todas las latitudes a excepción de las polares. Algunos son inofensivos y huyen cual alma que lleva el diablo al más mínimo descubrimiento de un depredador en las proximidades. Otros, son más agresivos y no se lo piensan dos veces antes a mostrar sus piezas dentales a los atacantes.

Sin embargo, los dientes afilados no son la única manera que tienen los reptiles, y en particular los lagartos de defenderse en caso de no querer o no necesitar huir. Producir y segregar determinadas sustancias, que pueden ser tóxicas o simplemente desagradables al olfato o al tacto es una estrategia bastante extendida en el universo reptiliano. Algunas serpientes también producen secreciones fétidas cuando se ven amenazadas. Otros animales no reptiles lanzan a sus enemigos vómito de sus estómagos, como en el caso de los polluelos de algunas aves marinas como el petrel, excrementos, como las larvas de algunos insectos o incluso la orina.

En Canadá y también en las zonas áridas y semiáridas de los Estados Unidos de América existe una especie de lagarto que deja en ridículo a cualquier otra criatura en lo que a defensa respecta. No emplea veneno, ni mordiscos, ni orina, heces, etc. Es un animal bastante pequeño, de entre 4 y 13 centímetros, por lo que incluso los depredadores más pequeños no deberían tener muchos problemas para emplearlo como sustento. Está claro que las espinas de su cuerpo le sirven como defensa, pero los animales cazadores del desierto están acostumbrados a que los seres de los que normalmente se alimentan no están de acuerdo con ese hecho, y se oponen firmemente. Por ello, una amalgama de pinchos no desanima a sus enemigos.

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Lagarto cornudo.

Se lo conoce como lagarto cornudo, es del Género Phyronosoma, y se defiende mirando fijamente a su atacante, es decir, sus ojos son su arma. Este lagarto se defiende lanzando su propia sangre a través de los ojos.

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Momento del ataque.

El disparo sangriento puede llegar a una distancia de dos metros. El cómo lo hacen continúa siendo en gran medida un misterio. Su camuflaje lo hace difícil de encontrar para los científicos, ya que se confunde bien con los paisajes áridos en los que vive y raramente descarga su munición ante la presencia de una única persona. Sin embargo, no se lo piensan dos veces antes de «sangrar» frente a sus enemigos naturales: zorros, coyotes, etc.

Se piensa que la sangre no solo tiene un sabor desagradable que puede ahuyentar a los depredadores, sino que es posible que cuente con alguna sustancia nociva o tóxica para los mismos.

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Juan José Alférez Cara
Biólogo. Le fascina la naturaleza y esa fuerza moduladora que durante millones de años ha dado lugar a todas las formas de vida que hoy habitan La Tierra, llamada Evolución, y que también ha servido de lienzo para las leyendas de todos esos escritores desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI. Contacto:juanjoalferez1@gmail.com

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