Hace casi un año (en 2015) apareció en Gerona (España) un caso de una enfermedad que había desaparecido en la mayoría de los países desarrollados hacía ya décadas. Causó un gran revuelo, ya que en países en los que no existen determinadas enfermedades, o éstas han desaparecido, es normal que no existan tampoco vacunas ni tratamientos.
La microbiología es apasionante en todos sus aspectos. Sin embargo, algunos de los organismos estudiados en esta ciencia provocan millones de muertes cada año. Y es que, muchos de ellos, son únicamente conocidos entre las personas por su patogenicidad.
Hoy en Informe Insólito conocemos una enfermedad que segó innumerables vidas en la Edad Media (si bien es cierto que algún que otro susto sigue dando de vez en cuando en tiempos presentes). Hablamos pués, de la difteria.
La difteria es un mal provocado por Corynebacterium diphteriae, una bacteria conocida comúnmente como Bacilo de Klebs-Loffler.
La palabra difteria deriva del griego y significa «membrana». Cuando además se estudian los síntomas de la enfermedad se llega a la conclusión de que dicho término se ajusta como anillo al dedo a esta terrible enfermedad.
Afecta especialmente a niños menores de cinco años, y a ancianos mayores de sesenta años.
Provoca ardor en la garganta al paso de la comida, Además, aparecen falsas membranas de tejido en la garganta (las cuales dan el nombre a la enfermedad), las cuales dificultan la respiración. Dichas membranas causan un engrosamiento del cuello, que recibe el nombre vulgar de «cuello de toro». Puede ser mortal ya que la dificultad en la respiración puede acabar causando la asfixia del paciente. Esta terrible consecuencia hizo que antiguamente se denominara comúnmente a la difteria como «garrotillo», en similitud con la muerte por asfixia provocada a prisioneros mediante el garrote vil.
Existe vacuna, una combinación de prevención frente a otras dos enfermedades además de la difteria. Dicha vacuna recibe el nombre de DTP, ya que protege contra la difteria, la tosferia o pertussis y el tétanos. En España, al igual que en muchos otros países del entorno, la difteria está considerada por ley como enfermedad de declaración obligatoria.
Este cuadro es «El Lazarillo de Tormes» de Goya, en el que se representa a un médico retirando de forma manual las pseudomembranas de la garganta de un niño enfermo con la esperanza de evitar la asfixia del mismo.
