La Palma, la Isla más occidental del Archipiélago de Las Canarias. Apodada por los habitantes del archipiélago como «La Isla Bonita». Una pequeña porción de tierra de 708 kilómetros cuadrados rodeada por las aguas del Océnao Atlántico. Contiene el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, uno de los cuatro que existen en el archipiélago.
Nuestro viaje insólito de hoy nos lleva hasta esta maravillosa tierra. ¿Qué está sucediendo en la Palma? ¿Cuándo empezó a suceder? ¿A dónde conducirá? Pero antes de nada, ¿De qué se trata?
Ciertamente el título del artículo puede llevar al miedo. ¿Quién desea que desaparezca una porción de su país? Como el resto de La Islas Canarias, La Palma es una isla de origen volcánico. Con 2 millones de años es la isla más joven del archipiélago. Surgió de un volcán marino situado a 4.000 metros de profundidad. Y el vulcanismo no se limitó a crear la isla. A lo largo de la historia ha habido muchas erupciones importantes en la isla.
- 1470-1492: Montaña Quemada o Volcán de Tacande
- 1585: Volcán de Tajuya, en el municipio de El Paso
- 1646: Volcán de Martín o de San Martín
- 1677: Volcán Fuencaliente
- 1712: Volcán de El Charco.
- 1949: Volcán San Juan (cráteres del Duraznero, Hoyo Negro y Llano del Banco)
- 1971: Volcán Teneguía
La actividad volcánica es un riesgo constante. Se concentra especialmente en la mitad sur de la Isla. Sin embargo, también es patente en la zona occidental de la misma, por lo que un choque volcánico fuerte, podría provocar la rotura de una parte de la isla, que se precipitaría en el mar. Un estudio de los años 90 muestra además que el terreno ocupado por el Parque Nacional anteriormente mencionado se encuentra lleno de agua, debido a la elevada porosidad de la roca. Una erupción volcánica podría elevar la temperatura del agua, desestabilizándola y haciéndola colapsar. Estos fenómenos suelen formar géiseres. La sequedad del ambiente en las Islas Canarias, especialmente en otras islas como Lanzarote evita que se produzcan estos afloramientos de vapor de agua, sin embargo.
En 1.949 se abrió una falla que hizo que la parte sur de la isla se hundiese 4 metros en el mar. Este hecho, sumado al dato anterior del vulcanismo podría provocar en el futuro un mega-tsunami. Al mismo tiempo, la isla podría fragmentarse en varias piezas, aunque sin provocar un tsunami u originando una ola de pequeñas dimensiones. El vulcanismo, a pesar de importante en la isla, es particular. Cada volcán posee una cámara magmática propia. Por ello, las erupciones son independientes en cada uno de los cráteres y no generan efectos en cadena, en principio. Para que una erupción afectase a toda la isla, debería producirse en varias aperturas al mismo tiempo.
La incomprensión de la población ha provocado en los últimos años un aumento del alarmismo en lo que se refiere a la producción de un tsunami. La Sociedad Tsunami planteó un documento en el que se decía:
- La afirmación de que la mitad de Cumbre Vieja descendió 4 m en la erupción de 1949 es errónea, y contradice pruebas físicas.
- No se trató ni demostró que exista una línea divisoria que separa un «bloque» de La Palma de la otra mitad.
- Evidencia física nos muestra una línea de 4 km de largo en la roca, pero los modelos suponen una línea de 25 kilómetros, para los cuales no existe esta evidencia física. Además, no hay pruebas de manifiesto que la línea de 4 km de largo se extienda más allá de la superficie.
- Nunca ha habido un megatsunami en el Atlántico en la historia.
Existe sin embargo consenso en que el vulcanismo de La Palma ha podido producir tsunamis en el tiempo geológico. Sin embargo, los tsunamis acontecidos en el Océano Atlántico parecen estar asociados a procesos sísmicos más que volcánicos. Desde el Caribe hasta las Canarias existe presencia de depósitos minerales debidos a los tsunamis. Dichos estratos parecen indicar que los fragmentos que conforman la Isla de La Palma no se han movido desde 1.949.
