Ángeles, seres celestiales que normalmente se asocian con la pureza, la bondad, los guías del ser humano mandados con tal fin a La Tierra por parte de Dios. Aparecen en el folklore de muchos pueblos y en una amplia variedad de religiones. La sociedad tiene de ellos una imagen idealizada, con una descripción fisica que varia escasamente de unos individuos a otros. ¿Sería sin embargo, biológicamente viable una criatura que a dicha descripción se ajustase? O por el contrario, ¿sucedería como en tantas otras criaturas mitológicas, que no podrían desarollarse y establecer una vida normal como los animales o las plantas que nos rodean? Cruzarían las líneas rojas que separan las criaturas vivientes de todos aquellas «biológicamente inviables».
Antes, un poco de historia y religión. La rama de la teología encargada del estudio de los ángeles se llama «Angeología». Dicha doctrina puede variar dependiendo de la religión. En la angeología cristiana, estas criaturas fueron creadas tras la fundación del mundo y se dividen en ángeles y ángeles caídos. Los primeros sirven a Dios, mientras que los segundos sirven a Satanás, pues muchos decidieron seguir a Lucifer, tras la expulsión del mismo por parte de Dios del cielo tras su revelación.
En numerosos escritos del Nuevo Testamento se establecen tres jerarquías en lo que a la clasificación de los ángeles se refiere:
-PRIMERA JERARQUIA:
1. Serafines, encargados del trono de Dios y le cantan continuamente sus alabanzas, regulando el movimiento de los cielos. Se los representa normalmente con tres pares de alas. El par superior les cubre el rostro, para protegerlos de la luz de Dios, y el par inferior les cubre los pies. Únicamente el par central les ayuda a volar.
2. Querubines, guardianes de la luz y las estrellas. Su luz divina influye en las vidas de los seres humanos. Se los representa con dos pares de alas.
3. Tronos, relacionados con las actividades de los hombres. Registran las actividades de las personas y contribuyen al orden mundial. Son de gran tamaño y poseen alas circulares que tienen los colores del arcoíris. Su característica principal es el don de la perseverancia y portan el trono de Dios.
-SEGUNDA JERARQUIA :
1. Dominaciones, regulan los deberes de ángeles inferiores. Reciben ordenes de serafines, querubines o incluso del propio Dios. Mantienen el orden del universo.
2.Virtudes, tienen forma de rayos de luz que inspiran a la humanidad. Supervisan a distintos grupos de personas.
3.Potestades, dedicados a salvaguardar la conciencia y la historia. Supervisan la distribución de poderes entre los humanos.
-TERCERA JERARQUIA :
1. Principados, guardianes de los países y las naciones, supervisan acontecimientos históricos, políticos y militares.
2. Arcángeles, atienden los esfuerzos humanos, siendo los lideres de los seres celestiales. Tienen un rol asignado por Dios. Por otra parte, no existen diferencias físicas con respecto a los ángeles.
3.Ángeles, la orden inferior y más conocida por los hombres. Son enviados como mensajeros y protectores de los hombres. Son además los más invocados por los mismos.
Volviendo al plano científico, los ángeles son ante todo, seres antropomórficos, a los que se adjuntan uno o más pares de alas como hemos visto. Cada vez que nos encontramos en mitología con una criatura que parece tener la capacidad de volar, surgen las dudas, pues dicha acción no es fácil de realizar y los animales que pueden tienen siempre una serie de características.
Antes de nada hay que analizar las propias alas de los ángeles. Constan de plumas, como las de las aves, pero al contrario que las mismas, las alas de los ángeles no constituyen el primer par de extremidades de la criatura, cosa que si sucede con las aves. A lo largo de la historia evolutiva, nunca ha existido un vertebrado con seis extremidades. Además, el resto el cuerpo de un ángel no presenta ninguna diferencia sustancial con respecto a un humano. Estaríamos hablando de una criatura del peso y proporciones de un hombres. Si establecemos el peso medio de un hombre adulto en 80 kilogramos, vemos que actualmente, ninguna criatura voladora es igualmente pesada. Cierto es que, como veíamos en el artículos sobre los dragones, en el pasado hubo criaturas mucho más pesadas capaces de volar.
Podría pensarse que una criatura tan grande como el Quetzalcoatlus hubiera sido muy pesada, pero lo cierto es que las estimaciones de los científicos arrojan una horquilla de entre 70 y 250 kilogramos, lo que para un animal de dichas dimensiones es un peso bastante pequeño. Vemos cómo la distrubicón de un peso en una amplia superficie permite a una criatura de gran tamaño pueda levantar el vuelo. Las extremidades de este reptil volador están unidas por las membranas de las alas, convirtiendo la amplia totalidad del cuerpo del animal en una plataforma voladora.
Ampliar la superficie corporal sin incrementar el peso parece ser un diseño habitual a la hora de poder volar. Sin embargo, la evolución nunca frena y los animales desarrollaron en el pasado muchas más técnicas. Muchas de estas técnicas aún existen en la actualidad.
Las aves tienen sacos de aire que se extienden por todo su cuerpo. Cuando las aves respiran, empujan el aire a través de sus vías respiratorias hacia dichos sacos. Estos animales deben pues inspirar y espirar varias veces para completar un solo ciclo de respiración. Dichos sacos aéreos se introducen incluso en los huesos, los cuales son de por sí bastante ligeros, haciendo el peso del ave aún mas bajo. Actualmente, el ave voladora más pesada en términos medios es la avutarda, que alcanza los 18 kilogramos, aunque el récord lo tiene un macho de cisne que pesaba 23 kilogramos.
Hasta ahora, ninguna de las características que hemos visto esta presente en los ángeles. Por el momento, parece ser que nuestros mensajeros celestiales están condenados a tener los pies sobre el suelo. Hemos visto que a pesar de todas las adaptaciones extra que poseen las criaturas voladoras, el denominador común parece ser la presencia de las alas.
¿Podríamos por ello limitarnos a decir que si hay alas, existe capacidad de volar? Lo cierto es que no. Las alas deben moverse de una manera determinada para crear vórtices de aire que permiten al animal (o en este caso al ángel) levantar el vuelo. Por ello, para dicho movimiento, el ala debe estar provista de un entramado muscular determinado. El problema se agrava si además, se tiene en cuenta la forma en que las alas están insertadas en el dorso del ángel. Dichas criaturas deberían tener una musculatura desmesurada, El tórax contiene multitud de órganos, por lo que el espacio que queda jamás podría albergar una musculatura suficientemente potente para levantar el vuelo.
hola,la nota estaría en la linea que llamaría «cuentos fantásticos»,el serio problema que aqueja a quienes habitamos este planeta,desde siempre,son las religiones,metodología usada para dominar,conquistar,esclavizar y apoderarse de sus bienes,hasta nuestros días el dominio sobre las masas,la/s religiones dicen presente,salute a Ivan,suerte hasta que el chancho vuele