Durante los últimos años los avistamientos de objetos no identificados en ciertos lugares donde existen o se liberan grandes cantidades de energía es algo frecuente, gracias a grabaciones de video y fotografías se han observado sobrevolando volcanes en plena erupción, alrededor de centrales térmicas y nucleares, en minas, en lugares donde se han dado grandes catástrofes naturales, e incluso supuestamente cerca del sol capturados por telescopios o sondas solares. Si fueran reales, ¿porque aparecen en estos sitios?, ¿necesitan enormes cantidades de energía para continuar su viaje o para seguir su periplo por nuestro mundo?, ¿será la Tierra codiciada por estos invasores para utilizarnos de estación de servicio?, podríamos estar ante los ladrones de energía.
Si son ciertas las evidencias que existen de que estos viajeros nos visitan, quizás lo hagan con la intención de recargar energía, de cargar baterías para continuar su viaje o para volver a su sitio de origen.
Durante la historia han ocurrido innumerables apagones de gran importancia en centrales eléctricas, dejando a miles e incluso a millones de personas sin electricidad. En 1965, un 9 de noviembre, en la ciudad de Nueva York se dio uno de los apagones más importantes de la historia. Empezó a las 17 horas y 28 minutos dejando a más de 30 millones de personas en oscuridad total. Esto provocó un estado generalizado de pánico y caos, se paralizaron transportes públicos, aeropuertos, se cometieron robos, asaltos, miles de personas quedaron atrapas en ascensores. Las centrales y líneas eléctricas fueron revisadas por los trabajadores y técnicos de la red y no encontraron ningún fallo ni anomalía clara que impidiera el correcto funcionamiento del suministro.
Se llegó a decir que el fallo estaba en una estación de enlace con Canadá, pero realmente nunca corroboraron tal fallo y la causa fue un auténtico misterio. Lo que sí se vio por miles de testigos, incluso existen fotografías, fue de la existencia de luces extrañas antes, durante y después del apagón en algunas centrales .
Un piloto llamado Weldon Ross, piloto instructor, dijo haber visto una enorme nave de color rojo. Hubo más testigos esparcidos por la zona de Syracuse, en el estado de Nueva York, que vieron aquel inmenso objeto de unos 30 metros de diámetro antes del apagón incluso desde varias partes de la ciudad de Nueva York. La duración del apagón fue exactamente de 12 horas ni un minuto más ni menos.
Varios días después se registraron más apagones en América del Sur y Europa. Y así se sucedieron hasta finales de diciembre de ese mismo año. Hubo apagones en el estado de Minnesota, Nuevo México, Texas, y en otros países como México, Argentina, y al otro lado del charco en Finlandia e Inglaterra. A poco meses, en enero del 1966 se produjo otro gran apagón en Europa en la ciudad de Nápoles afectando a miles de personas, observándose también por cientos de testigos un objeto luminoso en el cielo.
Aquí en España también se ha repetido la historia, uno de los más importantes fue el ocurrido en Vitoria en septiembre de 1984 que afectó a gran parte de la ciudad. En esos días se divisó por miles de vecinos una extraña luz procedente de un objeto que sobrevoló la ciudad realizando círculos por unos minutos a gran velocidad.
La presencia de estas naves a la vez que ocurrían problemas graves de abastecimiento eléctrico nos hace sospechar de que tengan relación directa, de que la interacción de estos objetos con las centrales energéticas sea el motivo principal para explicar una caída repentina de tensión.
Pero no solo se les relaciona con instalaciones eléctricas, hay otro lugares donde se les ha visto. Como es el caso del volcán Popocatépetl en 2012 donde se ve un objeto alargado de grandes dimensiones, de aproximadamente un kilómetro, penetrar a gran velocidad en el cráter. Esto fue recogido por una cámara de vigilancia de la actividad del volcán. En otros volcanes se ha visto también cierta actividad de objetos desconocidos como en el volcán de Colima en México o en el estrato volcán de Ubinas, en Perú.
Lo mismo parece ocurrir en las centrales nucleares, sobre todo en aquellas que sufrieron graves accidentes, como fueron en Chernóbil y Fukushima y en otras que no lo sufrieron pero que han detectado actividad como en algunas centrales francesas.
En Chernóbil se produjo un sobrecalentamiento del núcleo del reactor 4, que provocó una gran explosión del hidrógeno acumulado, un 26 de abril de 1986. Pues bien, tres horas después se vio un objeto no identificado volar por los aires, e incluso algunos técnicos de la central se aventuraron a decir en varios medios que vieron como salían 2 rayos del OVNI hacia la central. Como dato curioso los niveles de radiación bajaron increíblemente.
El de Fukushima ocurrió en el 11 de marzo de 2011 , provocado por fallos en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior, como consecuencia de los desperfectos ocasionados por el terremoto y tsunami de Japón. De nuevo se vieron varios objetos cercanos a la planta. Captado en innumerables grabaciones, aunque algunas de ellas de dudosa veracidad.
Algunos investigadores y ufólogos creen que la existencia de OVNIs en este tipo de catástrofe tiene un papel protector, de contención. Creen que evitan que las consecuencias de una tragedia de esta importancia sean más graves, como si se trataran de guardianes de la humanidad.
Recientemente, en Francia, el director de la central nuclear de Blayais, Pascal Pezzani, afirmó la existencia de objetos no identificados sobrevolando su central y es que en el país galo existen registros en varias centrales, donde los principales medios informaban de que correspondían a drones de desconocida procedencia.
¿Estamos entonces ante unos atracadores energéticos que usan nuestros recursos para su beneficio?, ¿son quizá guardianes que velan por la seguridad de la humanidad y del planeta y así evitar consecuencias mayores?, ¿desconfían de cómo gestionamos o liberamos nuestras «avanzadas» pero potencialmente peligrosas energías?, o debemos estar tranquilos sabiendo que están ahí arriba vigilando nuestras temerosas acciones…
