En 2005 los lugareños de algunos pueblos costeros a orillas del Mar Caspio avistaron a un ser extraño con aspecto humanoide, largas cabelleras y piel escamosa. Este ser surcaba las aguas como si de un animal acuático se tratara. Una criatura con aspecto de pez y de grandes dimensiones que se dejó ver en las aguas de este recóndito lugar, conoceremos la historia del humanoide anfibio del Caspio.
Los tripulantes de un barco pesquero azerbaiyano se sorprendieron al poder contemplar a un extraño ser nadando como pez en el agua. El ser se movió paralelo al rumbo del barco durante algunos minutos como si hubiera decidido acompañar a la embarcación en su faena pesquera diaria. Sospecharon al principio de que pudiera tratarse de una especie de pez monstruo, un pez de gran envergadura como por ejemplo un esturión. Tras observarlo detenidamente, aquellos pescadores experimentados comprobaron que aquel animal tenía largos cabellos en la cabeza y manos en vez de aletas.
El capitán del barco tan pronto llegó a su destino en Irán informó de lo acontecido a un periódico local. No era para menos, aquello que habían visto no era nada usual. Sin embargo no fueron los únicos testigos de aquel hallazgo. Otros pescadores y vecinos de la zona informaron también a las autoridades de haber visto un extraño ser surcando las aguas.
Pronto aflorarían algunas teorías al conocerse más datos sobre aquel extraño habitante. Según los pescadores, la gran actividad sísmica y volcánica y el aumento de las prospecciones petrolíferas en los últimos años podría haber provocado que este ser saliera de su escondite en las profundidades del cercado Mar Caspio. Quien sabe si procedente de alguna cueva o grieta recóndita.
Los detalles recopilados de los testigos eran realmente sorprendentes. Aquel ser media casi un metro setenta de longitud y su cuerpo presentaba un color gris amarillento. De cuerpo espigado, con extremidades cortas y poco desarrolladas y con un vientre hinchado. Su cabeza totalmente poblada de largos cabellos negro verdoso. Nariz puntiaguda, sin orejas, uñas afiladas y ojos muy grandes y redondos. La boca grande, formada por una mandíbula superior prominente y una inferior pequeña, muy similar a la de los tiburones. Los testigos lo llamarían Runan-Shah, el dios, el señor de los mares y ríos.
Según los pescadores aquel ser parecía comunicarse con los peces ya que emitía una especie de sonido que provocaba que los peces reaccionaran. Algunos testigos creían que este ser no estaba solo, que tenía descendencia o familia ya que habían sido vistos varios en diferentes lugares, por lo que no descartaban que se tratara de una comunidad.
No es un caso aislado el avistamiento de seres anfibios o acuáticos, han supuestamente sucedido en varias partes del mundo. Filósofos de la antigua Grecia pensaban que los seres humanos originales eran anfibios y podrían haber fundado un estado en las profundidades.
Durante la historia muchas son las leyendas y creencias sobre la existencia del hombre pez. Deidades anfibios y reptiles humanoides son referenciadas en varias culturas antiguas como la griega, china, egipcia, azteca, hindú e islámica.
Los babilonios y sumerios mencionaban la existencia de un semidiós mitad humano y mitad pez que apareció en el Golfo Pérsico llamado Oannes. Ser que tenía dos cabezas, una de hombre, y la otra de pez. Este monstruo les proporcionaría conocimiento sobre las letras, las artes y las ciencias. Les enseñó a construir torres y templos, establecer leyes, les instruyó en geometría y en agricultura. Durante el día, el Oannes se quedaba con los hombres y por la noche se adentraba en el mar.
Los antiguos chinos creían que su civilización fue fundada por seres anfibios que tenían la cabeza de un hombre y cola de pez, llamados Fuxi. Se les atribuía la creación de la escritura y el arte de la pesca.
En África occidental, en concreto en Malí, existe una tribu conocida como los Dogón, los cuales adoraban a un espíritu ancestral anfibio conocido como Nommo. Los Nommos eran criaturas monstruosas anfibias y hermafroditas. Eran mitad humano y mitad pez, poseían manos y piernas pero también una cola prominente. Según la tribu, los Nommos procedían de un planeta próximo a la estrella Sirio A, y descendieron del cielo en una especie de barco. Algunos piensan que esta tribu adquirió avanzados conocimientos astronómicos gracias a estas criaturas anfibias. Conocían desde hace miles de años no solo la existencia de Sirio A, sino la órbita de Sirio B, esta última descubierta en 1844 y fotografiada en 1970. Otros creen que sus conocimientos estelares proceden del contacto que ha existido con occidentales.
En España tenemos la historia del hombre pez de Liérganes en Cantabria. Un hombre natural de esta localidad desapareció por las fuertes corrientes cuando se encontraba nadando en el mar, allá por el año 1674. Cinco años después cuenta la leyenda, que en Cádiz unos pescadores afirmaron ver un ser acuático con apariencia humana. Días más tarde lograron capturarlo con sus redes. Su cuerpo humano estaba lleno de escamas y su figura en forma de pez. Lo único que logró decir fue el nombre de su pueblo en Cantabria. Fue llevado a su casa donde su madre lo reconocería. Tras nueve años de nula comunicación, desaparecería en el mar para siempre.
Verdaderas o falsas estas historias sobre criaturas anfibias, lo cierto es que existen testimonios de observaciones de seres anfibios en muchas partes del mundo, Argentina, EE.UU., Sudáfrica, Filipinas, etc. Muchas son las referencias en diferentes culturas sobre la presencia de estos humanoides guardianes de mares y ríos …