Trataremos de un clásico entre los clásicos, de una sustancia que estaba presente y que se manifestaba en algunas sesiones de espiritismo o espiritualismo a principios del siglo XX. En estas sesiones existían comunicaciones, contactos, visualizaciones de espíritus a través de personas con cierta capacidad sensorial o sensitiva como eran los médiums. La aparición de una sustancia que se consideraba como el elemento de conexión entre ambas lados, la unión entre lo real y el más allá, el llamado ectoplasma o teleplasma o sustancia X.
Palabra que etimológicamente proviene del griego Ekto (exterior) y plasma (sustancia), aunque en biología también se utiliza este término para describir la materia o sustancia que rodea el citoplasma de las células.
El ectoplasma es una sustancia o materia la cual podría transicionar por los distintos estados de la materia, podría ser líquida, también sólida e incluso gaseosa. El termino lo propuso el fisiólogo francés Charles Richet (1850-1935), premio nobel de medicina, fue el primero en reconocer la existencia de esta materia durante una sesión de espiritismo que tuvo con la médium italiana Eusapia Paladino, persona que tenia supuestamente ciertas habilidades y capacidades. En esta sesión el ectoplasma le brotó de la piel y en concreto de un brazo.
Esta sustancia podía salir de cualquier orificio del cuerpo y principalmente a través del médium, persona a la que le solía emanar. Brotaba de la nariz, de la boca y orejas, del ombligo, de las axilas e incluso del pecho.
El físico-químico británico, Sir William Crookes (1832-1919), uno de los más prestigiosos científicos de la época, estudió bastante los fenómenos de materialización de formas y tenía claro que eran fenómenos psíquicos provocados por los médiums con esta capacidad de conformar objetos y figuras humanas.
Otro científico, el doctor Crawford profesor de física mecánica del Instituto técnico de Belfast opinaba sin embargo, después de realizar varios experimentos y de analizar muchas fotografías, que incluso el movimiento de objetos y de cuerpos era gracias a la acción del ectoplasma que llegaba al suelo y hacia como una especie de palanca, sustancia que se hacía totalmente invisible a los ojos y a la vez era muy sólida y resistente.
Según algunos testimonios de la época, el ectoplasma era viscoso, frío al tacto y con un olor particular, al parecer olía a ozono, y cuando brotaba del médium solía bajar la temperatura ambiental. Normalmente de color blanco aunque menos a menudo de color negro. Es una sustancia gelatinosa y amorfa, que puede transformarse en varias formas, como en velos, pasta, un tipo de colágeno o tejido adiposo. Algunos la habían observado de cerca y se aventuraban a señalar que poseía como filamentos diminutos o hebras que se orientaban solo, provocando la cinética de la sustancia, como si se tratara de una ameba desplazándose. Poseían por tanto movibilidad, se movía por sí mismo como si tuviera vida propia, estaban impulsados por algún tipo de energía desconocida.
Microscópicamente fue analizado por científicos a principios del siglo XX y apreciaban restos epiteliales y de tejidos, gran cantidad de bacterias, muy rico en grasas, e incluso tejidos de tipo vegetal, como celulosa, aunque encontraron sustancias desconocidas y granuladas para la época. Charles Richet las clasificó dependiendo de su origen en ectozooplasma, ectofiloplasma y ectoneroplasma.
Los espiritistas creen que es la sustancia la que provoca que los espíritus y fantasmas se materialicen. Es una energía que gracias a la intervención del médium o del espíritu se condensa y llega a tomar apariencia, aunque no se aclaró quien era el responsable de tal manifestación. Podría tratarse de la sustancia de la que están hechos los espíritus que se presentan en nuestro mundo, podría ser su materia prima. No sería la primera vez en la que presencias fantasmales dejan rastros ectoplasmáticos, charcos o incluso goteras viscosas proviniendo de algún techo de alguna casa embrujada.
En estas sesiones las cuales estuvieron de moda a principios de siglo, el ectoplasma se originaba empezando por la cabeza, se observaba una especie de vapor que salía de la cabeza del médium, creándose una especie de niebla densa encima de ella, y que se quedaba flotando por encima de ella. Más tarde empezaba a salir de otros orificios o de extremidades tomando las formas que hemos mencionado, formas de todo tipo, cuerpos, extremidades, figuras humanas y figuras fantasmagóricas, acompañado de cierta energía lumínica.
No hay ninguna duda de que habrá habido mucho fraude al respecto y la mayoría de los documentos gráficos existentes lo serán, se le dedicó mucho tiempo en investigaciones y estudios por estos célebres científicos para tratar de explicar aquellos extraños fenómenos.
Recordemos que el plasma es la forma más abundante de la materia en el universo, está en las estrellas, las galaxias, forman los seres vivos, es la forma más común de la materia. Su densidad y apariencia depende de la temperatura y de la distintas interacciones con campos electromagnéticos o gravitatorios. ¿Por qué dudar de estas formaciones plasmáticas como canal de enlace entre la vida y la muerte, si es el medio propicio y más común de todos para albergar vida?