DESDE EL INFIERNO
El testimonio de un ex recluso de la cárcel la Modelo de Bogotá
Una de las cárceles más peligrosas del mundo
¿Todos o casi todos nosotros en cierta manera disfrutamos de una vida plena o con ciertas comodidades que creemos existenciales y necesarias para nuestros bienestares, pero… qué pasaría si por circunstancias de la vida te ves obligado a tomar decisiones que no son correctas para ayudar a tu familia? ¿Y si esa decisión que tenía que ser tu salvo conducto se convierte en un nuevo capítulo de tu vida? ¿Un capitulo donde se te priva de toda libertad, de tus sueños, de tus esperanzas, de tus derechos más básicos como ser humano? Pensarlo por un momento…
Todo esto lo sufrió Pedro Romero, ex recluso y escritor de la novela Desde El Infierno, donde en ella relata todo lo vivido durante su confinamiento en una de las peores prisiones del mundo, y lo relata en una entrevista a nuestro redactor Jorge Rios:
(Jorge) – ¿Pedro cuéntanos porque decidiste ir a Colombia
(Pedro) – La Decisión de viajar hasta Colombia, fue porque yo tenía un negocio y me cogió la crisis y raíz de ahí mi negocio se va a pique. Mi madre me abalo en su día con su piso para que yo pudiera trabajar por mi cuenta. Entonces de un momento a otro me encontré que yo no podía pagar al banco y a mi madre la desahuciaban del piso, entonces tomé la decisión de no quedarme de brazos cruzados viendo como le quitaban el piso a mi madre así que decidí ir a Colombia a por cocaína y traerla a España.
( J ) – Ese es el motivo por el cual tu viajas hasta allí pero imagino que alguien te tubo que facilitar las cosas.
( P ) – Bueno digamos que yo ya conocía gente de ese mundo y en ese sentido fue fácil montarlo todo. En un principio yo traficaba con pequeñas cantidades para tener efectivo que poder pagarle al banco. Yo me busque un intermediario que el pagaba todos los gatos con la condición de traer 5 kg de cocaína a España, 2 para él y 3 para mí Todo el mundo dice que es dinero fácil, pero de fácil no tiene nada es muy complicado.
( J ) – Cuéntanos Pedro como te cogen una vez que estás en Colombia.
( P ) – Yo allí tenía contactos fuertes que estaban metidos en este mundo. Una vez allí nosotros hicimos todo tipo de pruebas para comprobar que no se podía detectar la droga de ninguna manera. Teníamos a la guardia aeroportuaria comprada para poder pasar la droga sin problemas, pero la guardia aeroportuaria acepta tu dinero para supuestamente dejarte pasar, pero a la vez acepta dinero de la policía para que delaten a la gente que pasa con drogas, aparte de recibir el dinero de la policía le dan una semana de vacaciones por delatarnos al que te captura. Y ese fue el motivo por el que me capturaron. Pero yo esto no lo sabía hasta que estando preso cae esta red de la policía aeroportuaria y a uno de ellos lo encarcelan donde yo estaba y es ahí cuando él me cuenta el motivo por el que me descubrieron.
( J ) – ¿Cómo fue el momento de tu captura?
( P ) – Yo pase todas las pruebas y cuando ya subía al avión me llamaron aparte y me hicieron todo tipo de pruebas y no encontraban nada, hasta que entro un sargento y les dijo dónde buscar y la cantidad que tenía que haber. Desde ese momento me piden 6000 euros y me dicen que si les doy esa cantidad me dejan libre, pero yo no cedi. Después de ahí me llevan a una especie de calabozos donde tenían capacidad para 20 personas y éramos 100 en ese momento. Esa primera noche dormí de pie, y estuvimos dos días sin comer. Después de esos dos días me llevan directamente a la Modelo. Lo más fuerte es cuando entras por las puertas y ves en los cristales blindados todas las balas clavadas, esa cárcel no es como las de aquí o como cualquier otra. Yo una vez cruce la puerta estaba en estado de shock pensando en que iba a ser de mis hijos. Cuando entro en el patio ya me doy cuenta que estoy preso y que hay que «echarle muchos huevos» para seguir adelante.
( J ) – ¿Cuál fue tu condena Pedro?.
( P ) – Me condenan a 96 meses de internamiento, pero por reconocer que la mercancía era mía me rebajaron la condena a la mitad, así que se quedó en un principio en 48 meses. Aunque en un principio me querían condenar de 23 a 36 años por organización, fabricación, pero finalmente pude demostrar que eso no era así.
( J ) – ¿Cómo fueron los primeros días en la Modelo?
( P ) – Una vez entras al patio y ves cómo está la gente, las condiciones, como duermen. Ten en cuenta que allí están todas las condenas y delitos mezclados, asesinos, guerrilleros, sicarios, paramilitares, narcotraficantes, violadores etc… Una vez allí para todo se paga. Para comer decente tienes que pagar, para dormir tienes que pagar, si estas enfermo tienes que pagar por que no te dan medicinas. Yo estuve 3 meses sin comer, bajé casi 30 kg. Yo iba por el patio y me desmayaba por falta de alimento, así que decidí cambiar. Ten en cuenta que el arroz tenia manchas negras, esas machas era cucarachas, las patatas te las daban con gusanos. La carne que nos suministraban no pesaba más de 10 gr y los domingos solo nos daban una vez de comer en todo el día, lo cual generaba nerviosismo, mal estar entre los presos y ello llevaba a peleas. Incluso presos por comer hacían favores sexuales a otros presos para que estos les dieran comida. Estamos hablando de personas que no son homosexuales, son personas desesperadas, personas con hambre crónica. Un ejemplo si trasladan de una prisión como en Bogotá a una cárcel española lo primero que hacen las autoridades de aquí es darte de comer hasta que sacies, la gente se hecha incluso a llorar al llegar aquí. Allí no teníamos ni lo básico, yo he visto gente enferma que no le dan medicina y han fallecido. Aquí sin dinero no eres nada, recuerdo que en uno de los días de visitas de hombres que eran los sábados, encontraron en el culito de un bebe que venía a ver a su padre droga, la familia la introdujo hay para que ese hombre con esa droga en la cárcel se buscara la vida. Ten en cuenta que allí no hay un cristal de por medio los familiares se pasean dentro de la prisión con los niños como si nada.
( J ) – ¿Tú le dijiste a tus hijos dónde estabas?
( P ) – No, yo les dije que estaba trabajando, y en días en los que todo el mundo tenia visitas y yo estaba solo, me intentaba apartar yéndome a mi celda etc.. para no tener que vivir eso… eso es durísimo sobre todo los días festivos como noche buena, noche vieja etc… La familia se preocupaba en esos días, sobre todo, pero yo les mentía, les decía que nos traían buena comida, que nos montaban fiestas, todo para que no se preocuparan.
( J ) – ¿Quién controla la droga en la prisión?
( P ) – La propia guardia de la cárcel es quien nos suministra la droga, y quien controla en los días de visitas que nadie de afuera entre con ella, más que nada porque les pisan el negocio. Le prestan especial atención a eso. La guardia es muy corrupta, por poner un ejemplo cuando llovía nos sacaban al patio desnudos y nos pedían grandes sumas de dinero que reuniéramos entre todos y no volvíamos a las celdas hasta haberlo reunido, y evidentemente salía de nuestro bolsillo, de lo que nuestras familias mandaban.
( J ) – ¿Qué horario tenías en la prisión de Bogotá?
( P ) – Nos levantaban a las 6 de la mañana y nos contaban a todos, a veces incluso un par de veces porque muchos de los guardias no saben ni sumar y si falta uno tienen que volver a empezar, pero si no querías levantarte tan temprano les pagas una cantidad a la guardia y te contaban mientras dormías, hasta ese punto llegaban.
( J ) – ¿Cómo es el dormir en ese lugar? ¿Cuántos dormíais en la celda?
( P ) – Dormíamos mas de los que cabían en la celda, algunos dormían en pasillo etc… y no teníamos colchones, tenías que comprarte algo parecido a un colchón de espuma que es prácticamente como dormir en el suelo.
( J ) – ¿El hecho de ser Español te complicaba las cosas?
( P ) – Si por supuesto, de 70 españoles que estábamos hay adentro 3 estábamos bien mirados.
( J ) – ¿Qué parte de la prisión o que zonas eran las más peligrosas?
( P ) – La parte más peligrosa sin duda era lo que nosotros llamábamos el corredor de la muerte, que era el pasillo por donde se iba de un bloque de celdas y el patio donde normalmente estabas a otro bloque de celdas con otro pario donde habían reclusos que no te conocían, en ese punto moría mucha gente.
( J ) – ¿Cómo fue tu salida de prisión?
( P ) – Bueno, hasta mi salida fue difícil, porque hasta el último momento nos intentaban extorsionar. Yo ya tenía toda mi documentación preparada para salir y solo tenía que mandar el director de la prisión el papel al juzgado, pero este quería una cierta cantidad de dinero si no el papel podía retrasarse meses y meses. Después de varios encontronazos con él en el patio de la prisión y de hacerle varias amenazas alargo mi salida hasta las once de la noche y el director nunca bajaba a ver a los presos que salían, pero vino a verme a mí y me estrecho la mano diciendo “Un español con dos huevos “
( J ) – Gracias pedro por tu tiempo, y esperemos que la gente al leer tu libro sea un poco más consciente de todo lo que viven esas personas en ese lugar.
( P ) –Gracias a vosotros
Esto es solo un breve fragmento de la entrevista, pero suficiente para que os hagáis una idea de lo que podréis encontrar en el libro que Pedro Romero ha escrito, donde cuenta todo esto y muchísimo más sobre su estancia en una de las cárceles más peligrosas del mundo.