Dennis Hale, el único superviviente del barco SS Daniel J. Morrell que vivió experiencias cercanas a la muerte

0
4786

El destino no quiso que el marinero de 26 años Dennis Hale pereciera al igual que el resto de sus compañeros tripulantes en la fatídica noche donde una fuerte tormenta azotó con intensidad el Lago Hurón. Fue el único superviviente del naufragio después de pasar muchas horas sin ropa y bajo temperaturas extremas. Algo le daría fuerzas para sobrevivir en aquella condiciones,  Dennis Hale, el único superviviente del barco SS Daniel J. Morrell que vivió experiencias cercanas a la muerte.

En la zona de los Grandes Lagos, entre EE.UU. y Canadá, durante los meses de noviembre y diciembre la mayoría de barcos dejaban de transitar debido a las intensas tormentas.  Fue en el mes de noviembre de 1966 cuando el barco de carga de minerales Daniel J. Morrell, sufriría un terrible accidente en su último viaje que lo dejaría hundido para siempre.

El Daniel J. Morrell era un gran barco de 184 metros de eslora por 18 de manga. Podía cargar más de 5.000 toneladas de minerales. Fue construido hace mucho, en concreto en 1906 por la compañía West Bay City Ship Building. Con el tiempo se supo que debido a su gran longitud fue un barco que sufrió muchos problemas de estabilidad. Sobre todo en días de mal tiempo ya que varias olas a la vez podían colarse debajo del casco y estresarlo peligrosamente.

El 29 de noviembre de 1966 el SS Daniel J. Morrell mantenía rumbo a Duluth (Minnesota) para cargar mineral de hierro. Le esperaba una travesía de 3 días.  Pronto se vería sorprendido por una fuerte tormenta en el Lago Hurón. Vientos con más de 70 nudos (130 km/h) y olas de 7 a 8 metros azotaban al navío mientras la temperatura del agua del lago bajaba a un grado centígrado. El Morrell no fue el único barco atrapado en esta tormenta. Curiosamente su hermano gemelo, el barco Edward Y. Townsend también se vería sorprendido por el temporal. Éste sin embargo pondría rumbo a una zona de resguardo en St. Clair River mientras que el Morrell se quedaba solo en medio del temporal. Su capitán Crawley más tarde también enfilaba su proa a la bahía de Thunder Bay para buscar protección.

Fotografía del carguero Daniel J. Morrell.

Sobre las 2 de la madrugada el Morrell empezaría a acusar los fuertes embistes del oleaje y viento. Su casco empezó a sufrir fuertes batidas. A los pocos minutos se escucharía un potente ruido como si el ancla golpeara sobre la cubierta. Sin embargo algo peor había ocurrido. El barco se partiría literalmente por la mitad dividiéndose en dos, ayudado por el frío intenso y las fuertes olas.

La proa y la popa se separaron para después colisionar entre sí con un violento impacto. Dennis Hale, un marinero destinado en el puente de gobierno, se encontraba a punto de acostarse en su camarote sito en la proa del barco. Salió a la cubierta a ver que ocurría ya que oyó un fuerte golpe que no presagiaba nada bueno. Dennis no tuvo tiempo de vestirse, salió casi desnudo, en ropa interior con un chaquetón por encima. Al ver como la popa del buque se hundía, saltó al vacío cayendo en las gélidas aguas del lago. Una vez recuperado de la conmoción sufrida al entrar en el agua, nadó hasta una balsa salvavidas que flotaba cerca logrando abordarla. La balsa estaba ocupada por tres hombres, tres compañeros de tripulación casi muertos del frío.

Ningún otro barco ni estación supo nada del naufragio del Morrell hasta que lo echaron de menos en su próximo puerto de destino. No tuvieron tiempo de enviar ningún mensaje por radio desde el barco ya que se fue la corriente eléctrica. Desde este incidente los equipos radios de los buques llevan una batería como fuente de alimentación auxiliar.

Los supervivientes pasaron varias horas a la deriva, hasta que se hizo de día y Dennis pudo comprobar que sus compañeros de balsa habían muerto por hipotermia. El intenso frío de madrugada había podido con ellos Sin embargo Dennis seguía con vida, había logrado sobrevivir casi desnudo. Había estado moviendo todo el tiempo sus extremidades, aprovechaba su orina para calentarse. Había realizado juegos y cálculos mentales para no desvanecer, ya que si lo hacía posiblemente no se despertaría jamás.

En aquellos momentos angustiosos entre la vida y la muerte, Dennis tuvo una especie de visión. Debido a la deshidratación empezó a comer trozos de hielo de la congelada balsa. De pronto se le presentó un anciano con una enorme cabellera blanca y una larga y poblada barba. Este hombre aconsejó a Dennis que no comiera hielo ya que su temperatura corporal descendería y moriría. El extraño anciano se desvanecería para volver a presentarse otra vez más al cabo de un tiempo. Le siguió dando más consejos para poder sobrevivir. Según Dennis este anciano tenía una mirada amable y pacífica. Dennis se quedaría dormido profundamente hasta caer en coma.

Creyó tener una experiencia cercana a la muerte. Pudo ver un túnel y una la luz al final. Lo logró traspasar y al acercarse al final pudo ver a su madre, quien murió cuando él era muy niño. Vio a otros parientes ya fallecidos y a algunos miembros de la tripulación del Morrell. Dennis se sintió feliz en aquel lugar y no quería regresar. Sin embargo un compañero tripulante le dijo que no había llegado todavía su momento y que debería volver a la balsa.

Imagen del superviviente Dennis Hale quien murió en 2015.

El 31 de noviembre a las 1600 horas, un helicóptero del servicio de Guarda Costas lo localizó cercano a la orilla del lago donde no había profundidad. Estaba muy débil para pedir ayuda o abandonar la balsa por su propio pie. Cuando lo rescataron tenia hipotermia y había perdido peso. Dennis había estado casi 40 horas a la deriva bajo un frió intenso y tan solo vestido con ropa interior. Sus 28 compañeros que formaban la tripulación del Morrell habían fallecido. La mayoría de cuerpos fueron recuperados aunque algunos aparecieron un año después. Pocos días después de su rescate, Dennis fue dado de alta del Hospital Harbour Beach en Michigan. Sufrió algunos daños físicos como la pérdida de una parte del pie y de un dedo teniendo que realizar sesiones para recuperarse y poder caminar de nuevo.

También sufrió graves consecuencias psíquicas ya que al ser el único superviviente fue duramente interrogado por la compañía armadora del barco. Durante los primeros días después del rescate, el público en general desconfiaba de él. Se pensaba que se había servido de sus compañeros para sobrevivir él. Dennis negó por completo este tipo de acusaciones. Por esto, rehusó a hablar en público de su experiencia durante años.

Quedó traumatizado y no quería hablar del naufragio con nadie, tampoco pisó nunca más un barco. Le costó superar que sus compañeros murieran. Por ser el único superviviente sufrió una especie de vacío de sus amigos y familiares. Se sentía excluido de su comunidad no pudiendo convivir con conocidos y amigos que habían perdido a sus seres queridos. Era el precio que tendría que pagar al haber sido el elegido para sobrevivir. Tuvo problemas matrimoniales, personales y laborales e incluso perteneció a varios grupos religiosos. Un día decidió contar sus experiencias y publicar un libro llamado  «Shipwrecked: Reflections of the Sole Survivor».

Fotografía submarina de la proa del buque Daniel J Morrell.

El barco gemelo del Morrell, el Edward Y. Townsend tampoco navegó más a partir de aquella fatídica tormenta. El Townsend quedó gravemente dañado por una grieta en su casco y fue vendido como chatarra dos años más tarde. Fue remolcado hasta sus compradores en Europa para ser desguazado. El 7 de octubre de 1968, el Townsend se partiría en dos como ocurrió con el Morrell.  Se hundiría curiosamente muy cerca de donde yace el Titanic, construído del mismo tipo de acero quebradizo. Se comprobó que estos barcos de tanta eslora no eran seguros bajo ciertas condiciones.

La popa del Morrell fue encontrada en enero de 1967 y la proa en mayo de 1979. Ambas partes se encuentran en el fondo del Lago Hurón a unos 65 metros de profundidad y a más de 8 km de distancia entre sí.

Dennis murió el 2 de septiembre de 2015 a los 75 años de edad. En este caso no pudo sobrevivir a un cáncer que le ganó la batalla. Siempre se preguntó porque había sido el elegido en sobrevivir en aquel terrible naufragio. Porqué motivo Dios lo dejó vivo. Intentó buscar respuestas después de aquello pero no las encontró.  El único superviviente de un naufragio en la zona de los Grandes Lagos transmitió con su vivencia la esperanza de vivir, que la vida se trata de lucha y que si tienes fe y determinación puedes salir adelante ante cualquier adversidad.

 

Compartir
JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

Dejar una respuesta