Curiosidades sobre los dientes de sable

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El cine suele convertir en superestrellas a multitud de especies que en muchas ocasiones, llevan miles o incluso millones de años extinguidas. Es además bastante habitual que los únicos «conocimientos» que la mayoría de las personas poseen sobre estas criaturas sean los «datos» que sobre ellas se exponen en las pantallas.

Unas de las criaturas más «infladas» publicitariamente por el cine son los comúnmente llamados «tigres dientes de sable«, término que no debe usarse, ya que no están emparentados con los actuales tigres. Es más correcto describirlos como «félidos dientes de sable». Su morfología es, sin embargo, distinta de la de los félidos actuales.

 

Su cuerpo es diferente al de un león o tigre actual. Sus patas delanteras son más largas que las traseras. Ello dota de una mayor fuerza al tren anterior del cuerpo, por lo que un zarpazo sería más fuerte que el de un félido actual. Sin embargo, en la naturaleza nunca se obtiene algo a cambio de nada. La descompensación del tamaño entre las patas delanteras y traseras, sumado a la escasa longitud de su cola, indican que los dientes de sable no eran especialmente rápidos. Los félidos actuales suelen ser bastante rápidos, eso si, solo en periodos cortos de tiempo. La estrategia de caza si sería sin embargo, bastante similar entre los dientes de sable y los félidos actuales. Se emboscarían para dar caza a presas que les superarían fácilmente en velocidad.

Toda su morfología es interesante, aunque hay un rasgo que, literalmente, sobresale con respecto a todos los demás: los colmillos.

smilodon

El cráneo de los félidos consta de múltiples zonas de unión para los músculos, los cuales dotarán de gran fuerza a la mandíbula. Dicha cantidad de músculo precisa pues de abundante riego sanguíneo. Las carótidas de estos animales se dividen en dos al llegar a la base del cráneo: una de las bifurcaciones tiene mayor tamaño y regará los músculos de la mandíbula; la de menor tamaño regará el cerebro.

¿Cómo funcionaban exactamente los colmillos a la hora de caza? Lo cierto es que, durante bastante tiempo, los científicos no lo tuvieron claro. Muchos félidos actuales son capaces de fracturar el cuello de sus presas de un solo mordisco. Los dientes de sable no hubieran podido realizar dicha acción. De haberlo hecho, sus colmillos podrían partirse (debido a que su longitud los hace frágiles al mismo tiempo que útiles). Hubiera sido pues, más eficiente, un mordisco en la garganta, no solo para bloquear el paso del aire a través de la tráquea, sino también para seccionar arterias y venas. Sin embargo, una vez los colmillos se hundían en la presa, el félido debía evitar a toda costa cualquier movimiento lateral de la cabeza, pues de no haberlo evitado, los colmillos podrían partirse.

Los colmillos eran útiles para matar a sus presas (de no ser así, no hubieran sido seleccionados positivamente como un rasgo común en la especie). Sin embargo, lo que los hizo estar en la cúspide de la pirámide trófica en gran parte del mundo pudo también convertirse en la razón de que estos animales se extinguieran.

Los dientes de sable necesitaban un gran número de presas; no por necesidad de alimento, sino porque gran parte de la carne de los cuerpos de sus presas no estaba a su alcance. Sus largos colmillos les impedía arrancar la carne de las zonas más huesudas, por lo que gran parte de los cadáveres quedaban intactos.

Por ello, sucesivos cambios climáticos limitaron el número de presas disponibles para estos animales. Dichos acontecimientos, sumados a la incapacidad de explotar su alimento al máximo, llevó a estos mamíferos a la extinción.

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Juan José Alférez Cara
Biólogo. Le fascina la naturaleza y esa fuerza moduladora que durante millones de años ha dado lugar a todas las formas de vida que hoy habitan La Tierra, llamada Evolución, y que también ha servido de lienzo para las leyendas de todos esos escritores desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI. Contacto:juanjoalferez1@gmail.com

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