Bestiarios, el hombre contra la bestia

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Los bestiarios o bestiarii eran los hombres encargados de luchar contra exóticos y peligrosos animales para el deleite de la multitud en la Antigua Roma.

Algunos bestiarios eran personas bien entrenadas y preparadas que realizaban dicha actividad de forma voluntaria para conseguir fama y dinero. Por otro lado, muchos bestiarios eran presos de guerra o criminales, personas sin una preparación que solían terminar sus días en la arena. Era frecuente que estos últimos acabaran con su vida con lo que tenían a mano antes de correr aquel destino aterrador de ser brutalemente descuartizados por fieras. Tan solo por poner un ejemplo, 29 prisioneros llegaron a un acuerdo para acabar con sus vidas estrangulándose los unos a los otros.

bestiario anfiteatro
Representación de un bestiario luchando contra un león enfurecido en un anfiteatro romano.

Este tipo de lucha mermó la población de animales en algunas zonas como el norte de África y la región mediterránea. En una ocasión, durante unos juegos en los que 9000 animales fueron sacrificados, el hipopótamo desapareció del río Nilo.

En el emperador Cómodo destacó, entre otras muchas cosas, por su afán de sangre en la arena. Según los informes, en un sólo día llegó a matar a 100 ososAunque no se sabe exactamente cómo Cómodo logró tal hazaña, los estudiosos están de acuerdo en que probablemente sólo los apuñaló mientras se encontraban atados e indefensos. Se dice que Cómodo lanzaba las cabezas decapitadas a la multitud o al senado, ya sea como una advertencia o una señal de su famosa locura. También el emperador Nerón se involucró en este tipo de combates. En su caso, le asignaban leones amañados, a los que le habían limado los dientes y suprimido las garras. El público se hacía el bobo y aplaudía a rabiar.

Según la leyenda, Orfeo era un músico de tal habilidad que podía encantar a todos los seres vivos con tan sólo una lira. Los romanos creían en esta leyenda e intentaron recrearla muchas veces haciendo uso de sus presos. Para ello, a los bestiarios les daban una lira antes de ser arrojados a la arena donde tenían que enfrentarse con las bestias.

Después de dichos combates, los animales que sobrevivían eran asesinados para no gastar dinero alimentándolos y dándoles hogar. Pero existieron algunas excepciones, según el famoso filósofo romano Cicerón, un león mató en la arena a la asombrosa cantidad de 200 hombres antes de morir.

En ciertas ocasiones también se hacían combates en los que muchos hombres armados se batían contra diferentes bestias. Así era la vida en los anfiteatros romanos donde la crueldad estaba a la orden del día.

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Rubén C. Villalobos
Director de Informe Insólito y estudiante de Geografía e Historia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Destaca por su labor de investigación en los grandes entramados conspirativos. Contacto:rcallejonvillalobos@gmail.com

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