La verdad del problema del Coronavirus Covid19 en los aviones

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La situación mundial actual de la crisis del Covid19 nos ha cambiado nuestro ritmo de vida habitual en muchos sentidos y mucho más de lo que imaginamos en sectores como el tráfico aéreo mundial y el de la industria aérea, sectores con más de 37 millones de vuelos anuales a nivel mundial antes de producirse la trágica pandemia. Hoy me gustaría sumergirme en esos aspectos que todavía no hemos tenido muy en cuenta a la hora de analizar el impacto del Coronavirus en el sector de la aviación comercial. Veamos pues cómo y de qué manera nos ha afectado el virus a bordo de nuestras aeronaves.

Bienvenidos a bordo de nuestra sección de «Misterios Aéreos», amigos y amantes de Informe Insólito. Como bien sabéis, vivimos una época bastante convulsa a nivel planetario por culpa del último y más famoso virus, el archiconocido Coronavirus Covid19. Y la verdad es que si nos centramos en muchos aspectos del tema que más solemos comentar en este blog, como es la aviación y sus enigmas, descubrimos que ha afectado a muchos segmentos que muchos desconocíamos hasta ahora. Veamos, pues, a cuales nos referimos.

Los tiempos de vuelo a menudo son más cortos que el período de incubación de un virus, que en el caso del Covid19 es de hasta 14 días. Esto significa que un viajero infectado pero asintomático puede volar por medio mundo antes de que se manifiesten sus primeros síntomas.

PROBLEMAS METEOROLÓGICOS

¿Somos conscientes, por ejemplo, de la influencia del Covid19 en la meteorología mundial? La verdad es que no, no lo somos en absoluto y somos desconocedores por completo de hasta donde ha llegado a influir el Covid19 en los estudios meteorológicos y en las predicciones meteorológicas a escala mundial.

Por ejemplo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), está preocupada por el impacto del Coronavirus en el sistema de observación climatológico, ya que la paralización de la actividad ha puesto en peligro los pronósticos del tiempo y amenaza los estudios climáticos a nivel mundial. La pandemia, a nivel mundial y el parón derivado de esta crisis del Coronavirus ha puesto en peligro, ni más ni menos, el sistema de pronósticos meteorológicos y observación climática, vital para poder luchar contra el calentamiento global. Así lo asegura el Secretario General de la OMM, el finlandés Petteri Taalas: “Es fundamental que los gobiernos presten atención a sus capacidades nacionales de observación meteorológica y emisión de alertas tempranas a pesar de la crisis del COVID19.”

La pausa científica derivada del confinamiento podría poner en peligro los pronósticos del tiempo a corto plazo y amenazar los estudios climáticos que utilizan datos a largo plazo. En algunos casos, los investigadores ya dan por descontado que existirán lagunas relacionadas con este periodo, que el FMI (Fondo Monetario Internacional) ha denominado «El Gran Encierro», en los datos que se han recopilado regularmente durante décadas. Se hace eco de esta problemática la revista “Nature” en su edición del pasado Abril del 2020 donde alerta de esta situación mediante un estudio realizado.

La pandemia, a nivel mundial y el parón derivado de esta crisis del Coronavirus ha puesto en peligro, ni más ni menos, el sistema de pronósticos meteorológicos y observación climática, vital para poder luchar contra el calentamiento global.

Frank Davis es el director ejecutivo del programa de “Investigación Ecológica a Largo Plazo” (LTER, en inglés), red de 30 sitios que se extienden desde el extremo norte de Alaska hasta la Antártida. La red LTER, que consta de ubicaciones tanto urbanas como rurales, permite a los científicos estudiar procesos ecológicos durante décadas, desde el impacto de la disminución de las nevadas en las montañas de Colorado hasta los efectos de la contaminación en un arroyo de Baltimore. En algunos sitios, esta podría ser la primera interrupción en más de 40 años, asegura. Otros programas de monitorización y pronósticos se enfrentan a problemas similares. Los científicos a menudo viajan en navíos porta-contenedores comerciales que cruzan los océanos del mundo, recolectando datos y desplegando una variedad de instrumentos que miden el clima, así como las corrientes y otras propiedades del océano. La mayoría de esos barcos todavía están en funcionamiento pero las restricciones de viaje que hemos vivido en plena cuarentena significan que no se permitía a los científicos ir a bordo. Esto en cuanto a los barcos. Y con los aviones, tenemos exactamente el mismo problema.

Otra parte del sistema de observación climática afectado es de los pronósticos meteorológicos a corto plazo, es decir, nuestra capacidad de predecir qué tiempo va a hacer la próxima semana. Aquí ha influido muchísimo la bajada del tráfico aéreo mundial, el cual está teniendo un efecto perverso: las mediciones de la temperatura ambiente y la velocidad y dirección del viento, datos que se toman durante muchos vuelos son una fuente de información muy importante tanto para la predicción meteorológica como para la vigilancia del clima. Los aviones contribuyen al Programa de Retransmisión de Datos Meteorológicos de Aeronaves (AMDAR en inglés) de la OMM, que se sirve de sensores, computadoras y sistemas de comunicaciones a bordo de aeronaves para recopilar, procesar, dar formato y transmitir automáticamente observaciones meteorológicas a las estaciones terrestres a través de enlaces satelitales o de radio.

Es fundamental que los gobiernos presten atención a sus capacidades nacionales de observación meteorológica y emisión de alertas tempranas a pesar de la crisis del COVID19.

En muchas partes del mundo, la reducción en la cantidad de vuelos comerciales ha supuesto una disminución de las mediciones de parámetros meteorológicos realizadas desde plataformas de aeronaves que oscila entre el 50% y más del 80% en las últimas semanas. “Puede que los pronósticos experimenten una pérdida gradual de fiabilidad“, ha asegurado Lars Peter Riishojgaard, director del Departamento de Infraestructura de la OMM.

PROBLEMAS CON LOS FILTROS HEPA DE LOS AVIONES

¿Qué ocurre con la seguridad a bordo de los aviones en relación al Covid19? Se calcula que en el año 1978 cada uno de nosotros volábamos de media una vez cada 7 años. En el año 2017 la frecuencia aumentó a una vez cada 2 años. Dado que la población mundial se incrementó de 4.300 a 7.500 millones durante ese período, la intensificación de los viajes aéreos ha sido considerable. Eso ha dado oportunidades sin precedentes para que las enfermedades infecciosas se propaguen alrededor del mundo. El principal desafío es que los aviones trasladan a más gente, más rápido y a más lugares que nunca antes. Los tiempos de vuelo a menudo son más cortos que el período de incubación de un virus, que en el caso del Covid19 es de hasta 14 días. Esto significa que un viajero infectado pero asintomático puede volar por medio mundo antes de que se manifiesten sus primeros síntomas.

Se ha hablado muchísimo en los últimos días de si existe o no una seguridad absoluta en cuanto a si los famosos filtros HEPA de los aviones (filtran y limpian el aire recirculado en el interior de los aviones) son capaces de evitar en un 100% contagios a bordo. La industria aeronáutica es un sector sumamente potente que genera millones de puestos de empleo a nivel mundial y no puede permitirse seguir en tierra ni un mes más. Eso hace que la situación empuje a llenar a aviones de nuevo, al precio que sea en muchas ocasiones. Y hay medidas para evitar contagios que por ahora las aerolíneas no están dispuestas a cumplir. EASA, la autoridad aérea europea, ha rectificado en los últimos días informaciones iniciales y ahora mantiene que los filtros HEPA de los aviones no garantizan al 100% los contagios a bordo.

Chen señala: «Para ser sincero, los aviones no están diseñados para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas». Además, el problema es que, aunque todos los filtros de avión recogieran todos los virus, los pasajeros pueden respirar y estornudar a un pasajero sentado cerca mucho antes de que los filtros capten esas partículas.

Por mucho que las aerolíneas se empeñen en resaltar que tienen buenos filtros, la realidad es que una combinación de biología, física y simple proximidad, junto al flujo de aire de la cabina, las superficies sucias y la poca distancia social entre pasajeros hacen que se hayan producido y se sigan produciendo contagios en los vuelos. El periódico estadounidense «Washington Post» ha hablado con el profesor de ingeniería de la Universidad de Purdue, profesor Qingyan Chen, que dirigió un gran proyecto financiado por la autoridad aérea de EEUU (la Federal Aviation Administration o FAA) sobre cómo se transmiten las enfermedades en los aviones cuando se produjo la pandemia del SARS, y con David J. Brenner, director del Centro de Investigación Radiológica de Columbia.

Son métodos que difícilmente se generalizarán si las autoridades no lo exigen. «Es muy difícil que la industria cambie… no es como pulsar un interruptor«, ha indicado Chen, señalando el alto coste de desarrollar nuevos dispositivos y conseguir la certificación de la FAA. Además ha dicho: «La regulación es muy importante. Si lo regulas, entonces tendrán que hacer algo». Aun así, es importante avanzar en nuevos mecanismos de protección para hacer frente al virus en el transporte público y evitar contagios.

Por ejemplo, el equipo de Chen ha hecho muchísimo hincapié en la situación física de los sistemas de aire acondicionado y ventilación dentro de las cabinas de los aviones. ¿Dónde sería más efectivo y más seguro dentro de un avión colocar las ventilaciones? 

Profesor de ingeniería de la Universidad de Purdue, Qingyan Chen, quien dirigió un gran proyecto financiado por la autoridad aérea de EEUU (la Federal Aviation Administration o FAA) sobre cómo se transmiten las enfermedades en los aviones cuando se produjo la pandemia del SARS.

Cuando trabajaba en la Universidad de Purdue con un equipo de ingenieros del fabricante americano Boeing, el profesor Qinyang Chen quería saber cómo influían los cambios en los sistemas de ventilación de los aviones sobre el riesgo de contraer el virus del SARS u otros virus que pudieran emerger de los que se transmiten por infección respiratoria. Los resultados de la investigación, publicados el año pasado, apuntaron a que los pasajeros sentados con un paciente de SARS en la misma sección de 7 filas de un vuelo de 5 horas tenían una posibilidad entre 3 de contagiarse. Pero se dieron cuenta de que cambiando de lugar el sistema de ventilación, sobre todo consiguiendo que el aire entrase en la cabina por la zona del suelo en lugar de por arriba, marcaba una diferencia enorme, reduciendo el riesgo a la mitad o más.

Así, las partículas que transmiten el virus por vía aérea quedan más lejos de los pasajeros si se utilizan estos otros métodos alternativos que probaron Chen y su equipo junto con Boeing. El estudio asumía que el virus que provocaba el SARS podía mantenerse en el aire durante largos periodos de tiempo, algo diferente a lo que parece que ocurre con el Coronavirus Covid19 (que, aparentemente, se transmite más por las pequeñas gotitas que expulsamos al estornudar). El Doctor Chen señala que hay la suficiente incertidumbre como para ser cautelosos, puesto que hay investigadores que han probado que en algunos entornos este virus puede transmitirse por el aire, como así ha dicho la OMS o la Academia Nacional de Ciencias estadounidense. Por eso, los gobiernos a nivel mundial han recomendado llevar mascarillas en público.

El Doctor Chen también señala que muchos de los mensajes de la industria son engañosos o se refieren a estudios que han probado antes esos filtros de los aviones con productos químicos pero nunca con virus. Lo cual crea muchas dudas de la efectividad de estos filtros HEPA. Chen señala: «Para ser sincero, los aviones no están diseñados para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas». Además, el problema es que, aunque todos los filtros de avión recogieran todos los virus, los pasajeros pueden respirar y estornudar a un pasajero sentado cerca mucho antes de que los filtros capten esas partículas.

¿CUÁL ES EL ASIENTO MÁS SEGURO ANTE CONTAGIOS?

¿Cómo podríamos elegir el mejor asiento abordo para evitar en lo posible el contagio en un avión? Las enfermedades respiratorias se transmiten principalmente en distancias cortas, cuando alguien tose o estornuda y a través de la saliva o los fluidos corporales. Según un estudio dirigido por la Universidad de Emory, Atlanta, EEUU, en el año 2018, sobre «Comportamientos, movimientos y transmisión de enfermedades respiratorias por medio de las gotas que se se esparcen durante los vuelos de las aerolíneas transcontinentales», es poco probable que una enfermedad infecciosa respiratoria se transmita directamente más allá de un metro del pasajero infeccioso.

Tras haberse tomado 229 muestras ambientales en 10 vuelos comerciales regulares, se determinó que los pasajeros en los asientos de las ventanas tenían el menor riesgo de exposición a contagio. Sin embargo, los sentados al lado de una persona enferma, en la fila de delante o de detrás corren el mayor riesgo. Para el resto de pasajeros a bordo la probabilidad de infección es inferior al 3%. El estudio también confirma que el movimiento de pasajeros y tripulación puede ayudar a su traspaso. Aquellos que más se levantan de su asiento tienen más posibilidades de contagio. Los pasajeros de los asientos junto a la ventana tienen menos posibilidades de abandonar su asiento y, por lo tanto, menos probabilidades de entrar en contacto con una persona infectada. Las personas en los asientos de los pasillos tienen muchas más probabilidades de entrar en contacto con pasajeros infectados. Así que la mejor forma de prevenir el virus es permanecer sentado en el asiento.  

Tras haberse tomado 229 muestras ambientales en 10 vuelos comerciales regulares, se determinó que los pasajeros en los asientos de las ventanas tenían el menor riesgo de exposición a contagio. Sin embargo, los sentados al lado de una persona enferma, en la fila de delante o de detrás corren el mayor riesgo.

Así que para mitigar en grado máximo la posibilidad de contagio a bordo, son muy necesarias ciertas medidas a bordo para evitar la posible transmisión del Covid19 y en general, cualquier virus que se pueda contraer por transmisión respiratoria. Tengamos en cuenta las más importantes:

-Portar mascarillas y guantes: Debemos de mantener la distancia de seguridad de unos 2 metros más o menos además.

Luces especiales para acabar con los virus en los aviones: Son luces ultravioleta que prometen destruir los virus sin herir a las personas. Estos expertos opinan que estos rayos serían especialmente efectivos en cabinas de avión, en los aeropuertos, en hospitales y colegios y para ello, están probando la luz con ratones actualmente en laboratorios. Quieren asegurarse de que estas luces no provocan una radiación dañina o mortal (Luz UVC) para los seres humanos cuando estén expuestos a ella.

La luz ultravioleta tradicional se usa para limpiar solo cuando no le da a personas, porque puede provocar cáncer y daños en los ojos. Esta, sin embargo, es diferente, apuntan los investigadores. «Para producir algún daño, debería llegar a las células vivas», señala el Doctor Chen, explicando que se queda en las células muertas o en las capas de lágrimas de las superficies de los ojos. «Y ni una vez hemos visto ningún efecto dañino». Algunas de las dificultades que esta solución podría traer serán cómo conseguir las suficientes bombillas para todos los aviones, así como cómo hacer frente a los virus que no están en el aire, sino en la ropa (no expuestos a la luz) o similar. Boeing ya cuenta con un prototipo de lavabo con luces UVC y está trabajando en conseguir mejoras en sus cabinas. Airbus todavía da la callada por respuesta.

En caso de encontrarnos en pleno vuelo y detectar un caso con posibles síntomas de Covid19 o incluso tener la certeza de estar ante un caso confirmado de contagio por Coronavirus, deberíamos de de seguir las normas de actuación a bordo tan pronto como sea posible.

-Regla de la doble fila: Por el momento y según estudios de la OMS, existe una regla comprobada que mitiga la posibilidad de contagios a bordo de un avión. Esta regla se basa en mantener una distancia social entre pasajeros a bordo, algo que las compañías aéreas no están dispuestas a cumplir hoy en día. Según la OMS, manteniendo entre pasajeros sentados a bordo dos filas vacías por delante y dos filas vacías por detrás, además de sus asientos laterales a izquierda y derecha se minimiza al máximo el riesgo de contagio de un virus por transmisión de vía aérea entre personas.

No ir al aeropuerto con más de 90 minutos de antelación y evitar así aglomeraciones innecesarias.

En caso de encontrarnos en pleno vuelo y detectar un caso con posibles síntomas de Covid19 o incluso tener la certeza de estar ante un caso confirmado de contagio por Coronavirus, deberíamos de de seguir las siguientes normas de actuación tan pronto como sea posible.

  • Siempre que sea posible, separar al enfermo del resto del pasaje (preferiblemente cerca de un aseo para su uso exclusivo).
  • Cubrir la nariz y boca del enfermo con una mascarilla.
  • Limitar el contacto con el pasajero al mínimo necesario. Solamente uno o dos tripulantes de cabina deben de cuidarlo, preferiblemente aquellos que hayan estado en contacto con él con anterioridad siguiendo siempre los protocolos establecidos.
  • Lavarse las manos con jabón después de cualquier contacto directo o indirecto con el pasajero.
  • Notificar inmediatamente a las autoridades del aeropuerto de destino siguiendo los procedimientos de la OACI.
  • Aislar al paciente de forma inmediata a su llegada.

En resumen, máxima precaución siempre en cualquier lugar, amigos, tanto en los aviones como en los aeropuertos, en las calles o en vuestras propias casas. Seguiremos al tanto de la situación de la crisis del Covid19 tanto en España como en el resto del mundo. Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos …

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Iván Castro Palacios
Piloto comercial, instructor de Auxiliares de Vuelo y Piloto de Drones - RPAS e investigador de misterios aeronáuticos. Colaborador de Espacio en Blanco en RNE, de RTV Onda Azul de Málaga, de PTV Málaga Televisión, de La Noche de Andrómeda en LNDA Radio, de Otros Mundos con Javier Belmar, de Ya Te Vale FM, de Informe Enigma con Jorge Ríos, de Días Extraños con Santiago Camacho y de Misterio en Red con Esteban Palomo. Contacto: ivancpmisterio@yahoo.es

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