Alkimos, el barco maldito

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Contaremos la historia de un barco que siempre estuvo asediado por la mala suerte, incluso después de sus últimos días ya convertido en naufragio provocaba situaciones e incidentes poco normales y creíbles. Según cuentan las leyendas, aquellos barcos que cambian de nombre pasan a convertirse en buques gafados, como el Alkimos, el buque maldito.

Fue construido por la compañía norteamericana Bethlehem Shipbuilding Corp. Ltd. y  botado en octubre de 1943 en Baltimore, EE.UU. El  primer nombre conocido de este buque de carga fue George M.Shriver. En aquellos años, en concreto desde 1941 hasta 1945, los buques mercantes era nombrados con nombres de personas que habían sido importantes, que habían contribuido con la historia de América. Se nombraron de esta manera a 2.710 barcos. El George M. Shriver se trataba de un precioso barco de vapor de casi 130 metros de eslora y capaz de alcanzar velocidades superiores a los 10 nudos. Sin embargo su nombre cambiaría rápidamente, al año siguiente de estar en servicio. Por necesidades económicas de sus armadores fue vendido al gobierno de Noruega llamándose Viggo Hansteen, en honor al abogado noruego del mismo nombre que fue ejecutado por los nazis.

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Fotografía del Alkimos cuando todavía era el buque Viggo Hansteen.

Su tripulación estaba compuesta por canadienses y noruegos y era utilizado para realizar misiones de transporte de carga y personal  para el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Se uniría al convoy UGS38 en abril de 1944. Convoy que estaba compuesto por más de 80 barcos que se dedicaban a dar soporte logístico a los EE.UU. Realizaban rutas desde Nueva York a norte de África y mediterráneo. Su carga estaba compuesta de repuestos para aviones, municiones, provisiones y tropa.

En uno de sus viajes fueron atacados por bombarderos y submarinos alemanes. Fue en 1944 cuando justo los dos barcos mercantes que se encontraban delante de él fueron alcanzados y hundidos. Se trataba del barco «Paul Hamilton» y del «Royal Star». Al Viggo increíblemente no le ocurrió nada, pero pocas horas después de aquel ataque encallaría en un arrecife que no venia señalado en ninguna carta náutica, quedando completamente varado. Allí estuvo unas 6 horas hasta que por fin pudo liberarse por sus propios medios, utilizando la máxima potencia de la máquina.

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Construcción de buques de carga que se les dotaba de artillería. Fueron llamados los buques de la Victoria.

En una de sus escalas a Nueva York, una mujer radio operadora embarcaría para trabajar a bordo. Se llamaba Maud Elizabeth Steane, canadiense de Toronto. Curiosamente a esta mujer de 28 años no le permitían embarcar en Canadá, no eran aceptadas las mujeres todavía en la marina mercante canadiense. El buque partió para Europa, en concreto hacia Nápoles para descargar unos repuestos de aviones. Pero una desgracia ocurriría al llegar a Nápoles. Un tripulante del buque, un oficial noruego,sin motivo aparente disparó sin pensárselo a la cabeza de la joven canadiense, para después terminar suicidándose.  Estuvo sirviendo como radio operadora durante 6 meses y terminó enterrada en el cementerio aliado de Florencia.

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Tumba de la radio operadora canadiense en el Cementerio de guerra cerca de Florencia en Italia.

Después de la guerra, en 1946 fue vendido a otra compañía noruega conocida como S. Uglestad A/S Rederi y se dedicaría a buque de carga. Varios años después en 1952 en un viaje para recoger carga quedaría encallado en frente de las costas de Nueva Zelanda teniendo que ser reparado. Un año más tarde en 1953 fue de nuevo vendido a un fletador de Costa Rica cuyo armador era griego pasando a llamarse «Alkimos». En aquellos años, según sus tripulantes, no era extraño presenciar actividad paranormal en el barco. Muchos de ellos vieron fantasmas y notaron presencias por el Alkimos. Todos los que compraron el barco a los pocos meses se declaraban en quiebra y otros al poco tiempo fueron víctimas de terribles enfermedades.

En marzo de 1963 el Alkimos se accidentó sobre otro arrecife. Esta vez sobre la Isla de Beagle al sur de Geraldton, al norte de Fremantle en Australia occidental en una travesía desde Jakarta (Indonesia) a Bunbury (Australia). Su hélice y timón quedarían muy dañados y se decidió que tendría que ser remolcado de vuelta a Fremantle para unas reparaciones temporales. El plan era que una vez reparado pondría rumbo a Hong Kong para entrar en dique por una temporada. Cuando se encontraba esperando para reparar en Fremantle, el barco se incendió misteriosamente provocando numerosos daños que tuvieron que ser solucionados con más presupuesto del programado para la reparación. Aquellas reparaciones durarían casi dos meses.

Cuando llegó el momento de partir a Hong Kong, un remolcador se encargaría de llevarlo hasta el puerto asiático. Pero no transcurría mucho tiempo cuando el cabo del remolcador se rompió después del mal tiempo y el Alkimos se quedó a la deriva hacia la costa, encallando cerca de la playa de Yanchep. El barco fue lastrado con agua para que tuviera más peso y soportara mejor los temporales, y estuvo así durante varios meses.

En febrero de 1964 otro remolcador fue enviado para intentar llevárselo de nuevo pero fue detenido por la autoridades marítimas ya que la compañía armadora del remolcador arrastraba grandes deudas. Las autoridades le retiraron al remolcador los permisos necesarios para operar. Se trataba del «Pacif Star» que mientras estuvo en puerto esperando que se arreglara su documentación sufrió un grave incendio.

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Lo único que sobresale del agua del barco Alkimos en la actualidad.

El Alkimos permanecía fondeado entre la playa de Yanchep y los arrecife de Eglinton Rocks. Tuvo varias tripulaciones que se turnaban para dejar siempre a alguien a bordo ya que si lo abandonaban no podría ser remolcado. Estuvieron haciendo guardia durante meses, hasta que la cadena del ancla misteriosamente se rompió en un día de calma absoluta y sin viento, y se fue directo contra el arrecife de Eglinton Rocks donde quedaría encallado para siempre. El casco sufrió graves daños y el agua pronto empezaría a entrar por todos lados. El Alkimos se hundiría sobre aquellos arrecifes de roca caliza siendo declarado naufragio.

Un tal Ted Snider, submarinista de la armada americana fue llamado para evaluar los daños del barco así como verificar que no habían restos de explosivos. Este submarinista tras realizar la inspección tuvo que salir hacia otra misión. Lo hizo a bordo de un avión Auster, pero trágicamente se estrellaría junto a dos hombres más y al piloto al norte de Carnarvon a unas 500 millas de la posición del Alkimos, perdiendo todos la vida.

Parte del barco se vendió como chatarra y otra parte importante quedó hundida cerca de la playa. Cuando se encontraban los operarios cortando las planchas del barco para chatarra, inexplicablemente se produjo un gran incendio que obligó a todo el personal a parar y evacuar el barco. Se descubrió que durante la construcción del barco, dos operarios soldadores habían quedado atrapados, sellados, entre planchas del casco del Alkimos para siempre.

La mayoría de la estructura quedó debajo del agua, pero todavía había una parte por encima del agua al descubierto. Pronto empezarían a ser reportados por pescadores locales presencias extrañas a bordo. Veían a un hombre vestido con un mono lleno de grasa paseándose por la destrozada cubierta del barco. Fue visto en multitud de ocasiones. Se pensó que había alguien viviendo en los restos del naufragio pero nunca se vieron signos de vida. A esta figura deambulando la conocían los lugareños como Harry.

Curiosos y buceadores que se acercaban al naufragio pudieron experimentar fenómenos extraños, como ruidos de motor y fuertes olores a comida. Muchos de estos visitantes curiosos salían mal parados de sus expediciones al Alkimos. Sufrían heridas graves y cortes cuando lo visitaban e incluso algún que otro ahogamiento.

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El 15 de marzo de 1969 el nadador Herbert Voigt intentó nadar desde la playa de Cottesloe a Rottnest, pero nunca más fue visto con vida.

El nadador de larga distancia Herbert Voigt, conocido bajo el apodo de Sharkbait (cebo para tiburones), desapareció en marzo de 1969 a los 22 años de edad mientras recorría la distancia de 20 Km entre la isla Rottnest y  la playa de Cottesloe, en la costa oeste de Australia cerca de Perth. Varias semanas después de su desaparición, su cráneo se encontraría en la playa cercana al naufragio del Alkimos aunque algunos aseguraron que apareció en la sala de máquinas del buque varado.

Hoy en día se sigue reportando actividad paranormal por la playa y sus inmediaciones. Está considerado en Australia como el pecio más encantado. Incluso esta zona costera se llamó Alkimos a raíz del naufragio, existiendo un proyecto de desarrollo urbano futuro.

Espero que al haber escrito este artículo sobre el Alkimos la mala suerte no me ronde y no me ocurra nada. Ya que a Jack Sue, autor del libro «Ghost of the Alkimos», poco después de publicarlo sufrió una terrible enfermedad respiratoria que lo tuvo durante 10 meses en cuidados intensivos y con pocas esperanzas de vida, menos mal que al final se recuperó…

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JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

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