Vampiros, de Rumania a Sudamérica

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Muchas civilizaciones han tenido entre sus criaturas mitológicas a los vampiros. Hubo sin embargo, un personaje histórico al que se debe el sentimiento que desencadena en Europa la palabra «vampiro». Nos referimos a Vlad Tepes, un antiguo duque de la Actual Rumania, en el un escritor llamado Bram Stoker se baso para la creación del personaje del «Conde Dracula». Lo curioso es que dicho escritor echo a volar la imaginación tras visitar en Castillo de Bran, en Transilvania, castillo que, por otra parte, había sido construido como residencia real, pero que no se ha demostrado que llegase a cobijar entre sus paredes a Vlad Tepes, y de haberlo hecho, hubiera sido solo durante un periodo corto de tiempo.

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Castillo de Bran, cerca de la ciudad rumana de Brasov. Foto realizada durante un viaje del autor a Rumanía.

Son muchas, sin embargo, las leyendas y malentendidos que giran en torno a la persona de Vlad Tepes. Fue bastante sangriento en lo que respecta a la historia de esta nación de la Europa Oriental. Cierto es que no bebía la sangre de sus víctimas, aunque de haberlo realizado, pudiera haber sido incluso menos grotesco que la historia real. Empalaba a sus enemigos, llegando a asesinas de aquella manera, se calcula que a unas 30.000 personas. Las estacas en las que estos individuos eran ensartados tenían altura variable, siendo aquellas más altas empleadas para personas de mayor estatus social. Muchos ejércitos enemigos en su avance por tierras de Las Antiguas Valaquia y Transilvania, encontraron los famosos «bosques» de empalados, entre los que había personas de toda condición, incluidos mujeres y niños.

La figura mitológica del vampiro en Rumanía no se debe sin embargo únicamente a Vlad Tepes. Lo cierto es que todo un totum revolutum de leyendas y antiguas historias del folclore rumano llevaron a la creación de esta criatura. Los rumanos empleaban la palabra «strigoi» para referirse a las almas de sus muertos, que durante la noche abandonaban los cementerios y deambulaban por los vecindarios, aterrorizando a sus habitantes. La palabra procede del latín «strix», que significa «chillar» (no debe olvidarse que el rumano es una lengua latina, siendo ademas la mas antigua que queda en este grupo). Dicha palabra también es la raíz de la italiana «strega», que significa «bruja». Volviendo a la mitología rumana, las stregas eran unas brujas vampiras que atacaban a los niños pequeños, entrando en sus habitaciones mientras dormían y absorbiendo su energía vital.

Otra de las criaturas en las que los seres humanos piensan en cuanto les viene a la cabeza la palabra «vampiro» es en un grupo de murciélagos que habita, paradojicamente, a miles de kilómetros de Rumanía. Puede resultar confuso. ¿Quien da el nombre a quien? Lo cierto, es que, una vez mas, es la criatura mitológica la que sirve de base para el nombre del animal.

Existen tres especies de murciélagos comúnmente conocidos como vampiros, que componen la familia Desmodontidae, dentro del Orden Quirópteros a saber:

-Murcielago vampiro de alas blancas (Diaemus youngi)

-Murcielago vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata)

-Murcielago vampiro común (Desmodus rotundus)

Todos ellos habitan América Central y del Sur. El hecho de alimentarse de sangre, habito que en biología se conoce como «hematofagia», puede llevar a una descripción errónea de la criatura. Estos animales casi no provocan heridas en sus victimas. De hecho, raramente provocan la muerte de las mismas. El murciélago vampiro común es el que mas versatilidad muestra a la hora de buscar presas. Mientras las otras especies explotan tipos concretos de presas, especialmente aves, el común se alimenta prácticamente de cualquier criatura de sangre caliente.

El oído de estos murciélagos esta además diseñado para detectar el sonido de la respiración de sus presas en la más completa oscuridad. Cierto es que pueden posarse sobre los lomos o el cuello de sus víctimas, pero no es la estrategia más empleada. Su presa podría ser consciente de la presencia del atacante e intentar sacudirse al murciélago vampiro de encima. La mayoría de las veces, el murciélago se posa directamente en el suelo, primera característica que lo diferencia de la mayoría de sus parientes. Los murciélagos suelen ser bastante torpes cuando se posan en el suelo, siendo en ocasiones, incapaces de remontar el vuelo y siendo victima de depredadores terrestres. Los vampiros son bastante ágiles en el suelo, desplazándose como al trote, acercándose a su presa. Unos receptores térmicos situados en el hocico les ayudan a encontrar zonas del cuerpo en que la sangre fluye cerca de la superficie, principalmente en las extremidades. En caso de atacar a los seres humanos, suelen hacerlo en las yemas de los dedos, no en la yugular como se suele pensar.

Una vez seleccionada la zona de mordedura, empleando la lengua, el murciélago limpia dicha zona, ablandando el tejido. Tras ello, realiza la incisión. Lo mas probable es que su presa se encuentre durmiendo en el preciso instante, y la mordedura no le provoque el mas mínimo daño. Curosamente, los murciélagos vampiros tienen menos dientes que la mayoría de sus parientes, por paradójico que pueda sonar.

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Esqueleto de un murciélago vampiro. Destaca la agudeza de sus incisivos y caninos. El método de alimentación por si mismo es bastante complejo. El animal no succiona la sangre. Se limita a lamer con la lengua la sangre que brota del corte. Para mantener la herida abierta, posee un anticoagulante en la saliva, denomiada curiosamente «draculina». En muchas personas que han sido mordidas por estos animales el efecto de la draculina se ha prologando durante días, y heridas que parecían cerradas volvían a abrirse ante movimientos o roces. Por suerte, las incisiones que llevan a cabo estos pequeños mamíferos no son demasiado grandes.

Alimentarse de sangre también tiene inconvenientes. Los murciélagos deben miccionar al mismo tiempo que se alimentan. Además, y puesto que la sangre no genera grasa corporal, estos animales deben alimentarse prácticamente cada día. De lo contrario, la muerte es casi inevitable.

Puesto que muchas de sus presas proceden del ganado domestico, estos animales se cobran bastantes víctimas, ya que actúan como transmisores de numerosas enfermedades, si bien como decíamos antes, raramente causan la muerte directamente de sus victimas. Demuestran ademas comportamientos sociales bastante complejos. Comparten sus refugios con decenas de otros ejemplares de su especie. Regurgitan sangre en las bocas de los congéneres que no han podido alimentarse, y las hembras adoptan a crías que han perdido a sus madres.

Bajo ningún concepto deben mantenerse entre las manos a los murciélagos. Menos aun cuando son encontrados en el suelo. Como veíamos antes, los vampiros son de los pocos quirópteros capaces de desenvolverse bien el suelo. Muchos murciélagos afectados de enfermedades como la rabia no son capaces de mantenerse en las paredes o los techos de sus refugios y caen al suelo. En caso de manipulación, pueden transmitir dicha enfermedad mediante mordeduras.

 

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Juan José Alférez Cara
Biólogo. Le fascina la naturaleza y esa fuerza moduladora que durante millones de años ha dado lugar a todas las formas de vida que hoy habitan La Tierra, llamada Evolución, y que también ha servido de lienzo para las leyendas de todos esos escritores desde la Antigua Grecia hasta el Siglo XXI. Contacto:juanjoalferez1@gmail.com

3 Comentarios

  1. Siempre leo que el origen de los vampiros fue Vlad Tepes. En españa tenemos un vampiro anterior, un caballero centroeuropeo que luchó en la batalla de Las Navas de Tolosa con tanto valor que el rey Pedro el Católico le premió con un castillo en el pueblo gerundense de Llers. Después de su muerte se convirtió en vampiro (la gente de la comarca le llamaban «estruga», observa el parecido con el «strigoi» rumano).
    Otro vampiro medieval, un poco posterior, precisamente de cuando Torquemada ejercía de inquisidor, fue «L’Ugarés», que desde el Castillo de Estela, en Amer, también de Girona, chupaba la sangre de los recién nacidos de los alrededores.
    En España tenemos también una estupenda novela de vampiros de Juan Perucho, Historias Naturales…

    • No exactamente,

      Vlad Tepes es el origen de la Leyenda de Dracula. Aunque ni siquiera solo el propio personaje, sino mas bien el Castillo de Bran, que aparece en la foto, es el pilar sobre el que se asienta la leyenda. Los vampiros en si, como criaturas mitologicas, aparecen en el folclore de muchos pueblos, siendo ademas representados en maneras muy diversas.

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