Bienvenidos de nuevo a bordo, amigos de Informe Insólito. Tras una semana sin un nuevo artículo, debido a que me ha cogido de viaje y sin medios, y tras el inesperado y abrumador éxito de visitas y críticas del último artículo sobre el caso Germanwings y la “catástrofe” o “derribo intencionado” del avión alemán, os propongo volar esta semana de nuevo a una de las investigaciones que están todavía semi-abiertas sobre otro caso de accidente aéreo lleno de incógnitas, de preguntas sin respuesta, de datos confusos y lo más importante, de información oculta a los ciudadanos.
El 24 de Julio del 2014, el vuelo AH5017 de Air Algérie (Air Argelia) operado por la compañía aérea española Swiftair, que usaba para esta operación un avión modelo MD-83 (similar al del accidente de Spanair en Barajas), con matrícula EC-LTV, se estrellaba en el continente africano, en territorio de Mali con 118 personas a bordo. Los argelinos alquilaban este avión a Swiftair para proporcionar capacidad adicional a la compañía africana durante la temporada de verano boreal. Tenía capacidad para 167 pasajeros en total.
El MD-83 español despegó del Aeropuerto Internacional de Uagadugú, capital de Burkina Faso, a las 01:17 horas (hora local) hacia el Aeropuerto Internacional “Houari Boumedienne” de Argel, capital de Argelia. La aeronave desapareció de los radares aéreos 50 minutos después del despegue, cayendo al norte de Mali, cerca de la frontera con Argelia. A bordo viajaban 110 pasajeros y 6 tripulantes (entre ellos 2 pilotos y 4 auxiliares de vuelo, todos de nacionalidad española), no hubo ningún superviviente.
El vuelo AH5017 debía aterrizar a las 05:10 (hora local de Argelia, 07:10 en Europa Occidental). El avión nunca llegó a su destino de Argelia. Este “accidente” marcó el tercer desastre de un avión comercial en tan solo un intervalo de una semana, tras el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania (Boeing 777), sucedido el 17 de Julio de 2014, y el accidente también del vuelo 222 de TransAsia Airways, el 23 de Julio de 2014 en Taiwan, operado por un bimotor turbohélice del tipo ATR, accidente que todos vimos grabado en televisión.
Según el informe de la famosa Oficina de Investigación y Análisis (BEA) de Francia (la misma que investiga el caso Germanwings), los experimentados pilotos españoles no activaron el sistema anticongelante de las sondas de presión dentro de la tormenta en la que navegaron aquella noche, según los investigadores franceses del accidente. Ese error está en el origen del drama que se produjo en el norte de Mali. Los investigadores adelantaron que los pilotos del MD-83 no activaron el sistema de congelación de las sondas, lo que llevó a tener en la cabina datos erróneos sobre la presión. Con esos datos erróneos, el piloto automático redujo la velocidad del avión, por lo que no pudo mantener la altura de crucero. Para corregirlo, el piloto automático ordenó que el avión picara hacia arriba para mantener la altura, lo que tuvo el efecto contrario, ya que dejó de planear y fue cayendo. Tras 20 segundos de caída libre, el piloto automático se desconectó y el avión viró bruscamente hacia la izquierda hasta tener una inclinación de 140 grados y un ángulo de caída de 80 grados. En ningún momento se registró una maniobra de la tripulación para impedir que el avión cayera, agregaron los investigadores.
De los 116 pasajeros a bordo, había 54 pasajeros franceses rumbo a París. Los 6 tripulantes eran españoles. El Comandante Agustín Comerón, la copiloto Isabel Gost y los tripulantes de cabina Rafael Gasanaliev, Miguel Ángel Rueda, Raúl Montero y Federico Cárdenas. Todos los pasajeros estaban en tránsito a Oriente Medio o Canadá. El aeropuerto de Uagadugú y algunos medios de comunicación llegaron a decir que Mariela Castro, hija del presidente cubano Raúl Castro, viajaba en el avión siniestrado. Desde Cuba negaron la información de inmediato y la noticia resultó desmentida por la propia Mariela Castro desde La Habana a los pocos minutos a través de TeleSur. Estaba “vivita, coleando, feliz y saludable”, palabras textuales. También viajaban a bordo 2 funcionarios europeos de nacionalidad francesa. Se confirmó también la presencia de una ciudadana chilena en el vuelo. Dentro de la lista de pasajeros entregada por la línea aérea no figuró la nacionalidad chilena, debido a su doble nacionalidad francesa-chilena. Una víctima británica fue confirmada más tarde y se informó que entre los fallecidos se encontraban una familia de 10 miembros, de los cuales 4 eran niños, procedentes todos de la región de Ródano en los Alpes. Así hasta 13 nacionalidades en total…Argelia, Bélgica, Burkina Faso, Camerún, Canadá, Egipto, Alemania, Líbano, Luxemburgo, Malí, Nigeria, Suiza y Ucrania.
¿Pero qué tiene de cierta la historia del vuelo AH5017 de Swiftair de que ha sido sencillamente un accidente causado por un fallo humano de una tripulación demasiado experimentada? Veamos algunos detalles que no cuadran. Un primer dato curioso sería preguntarnos por qué razón Francia puso las banderas a media asta inmediatamente tras el accidente del MD-83 de Swiftair. Cuando es así, en días posteriores se establecen día de luto de manera oficial salvo que las víctimas pertenezcan a cuerpos del Estado, que se hace de forma inmediata. En 5 días hubo 4 reuniones de urgencia en la sede de la presidencia de Francia y se creó en París un grupo de trabajo de unas 50 personas. El presidente francés, Francois Hollande, canceló inmediatamente sus viajes oficiales a las islas francesas de Reunión y Mayotte y ordenó poner las banderas a media asta durante 3 días en toda Francia. Los franceses enviaron además de inmediato un centenar de militares y a un ministro al lugar de la catástrofe. Francia está implicada hoy en día de lleno en numerosas operaciones militares en diversos países de África. Y hay que tener en cuenta que la compañía aérea Air France ha prohibido con total rotundidad a todos sus aviones sobrevolar la región de la catástrofe en Mali hasta nueva orden.
Según el diario argelino “Echorouk”, entre las víctimas había 33 militares franceses y 3 oficiales superiores de la inteligencia francesa, información que ha sido comentada por la prensa internacional mientras que la prensa de Francia está ocultándola a sus lectores desde el primer momento del “accidente”. Por otro lado este diario también asegura que uno de los pasajeros muertos en la catástrofe era un ciudadano libanés que viajaba en el vuelo AH5017 bajo una identidad falsa por tratarse de uno de los principales responsables del financiamiento de Hezbollah, organización terrorista de Palestina.
Se da la circunstancia de que el 25 de Enero de 2010 varios responsables de alto grado de Hezbollah, murieron cuando viajaban a bordo del vuelo 409 de Ethiopían Airlines, que cayó al mar en aguas del Mar Mediterráneo. La investigación oficial dio por buena la teoría del accidente mientras que la Resistencia Libanesa denunciaba un atentado perpetrado por los servicios de inteligencia de Israel.
Otro dato significativo, sin duda, es que hay registrados 2 incidentes similares con los MD-83, pero que en ninguno de los 2 casos terminaron en un accidente porque fueron detectados y corregidos por los pilotos. Entonces ¿no existió de veras, ninguna reacción de los pilotos para salvar la situación? Eso, sencillamente, y hablando de pilotos TAN EXPERIMENTADOS, no se lo cree nadie. Hay que añadir que el CVR, Cockpit Voice Recorder (caja negra de las voces de cabina) no funcionaba según los investigadores, por lo que también nos quedaremos sin escuchar las últimas y verdaderas palabras de la tripulación fallecida aquella fatídica noche. «Nunca hemos visto un caso como este de una caja cuya banda magnética ha podido ser recuperada pero no es legible”, dijo N’Faly Cisse, Presidente de la Comisión de Investigación del accidente de Mali. Por lo tanto, según los investigadores, la caja negra de audio no funcionaba ya antes del accidente.
Uno de los datos que llama más la atención en las últimas horas, es una de las declaraciones que un familiar de una de las víctimas realiza tras la visita al lugar del impacto del avión en Mali. Se llama Águeda Rueda, familiar del tripulante de cabina fallecido Miguel Ángel Rueda. Tras su visita afirma que prácticamente todos los restos del avión están colocados en el lugar de la visita, incluso afirma poder ver colgando de los árboles todavía restos personales de los pasajeros del avión. Afirma que los propios militares franceses desconocen el lugar del impacto de la aeronave. Y que por supuesto no se cree nada de la versión oficial.
El “accidente” del Swiftair había quedado en el olvido hasta que curiosamente otro día 24 (pero de Marzo) se produce la catástrofe del Germanwings. Justo 8 meses antes. La BEA saca a la luz el informe preliminar del Swiftair el día 4 de Abril. Y al final, las conclusiones del informe nada tienen que ver con lo dicho hasta esa fecha. Culpa de los pilotos, 2 malas maniobras seguidas del piloto automático por fallo de sonda por congelación, los pilotos NO HACEN NADA para evitar la caída del avión y supuestamente entendemos que se quedan “como paralizados o de brazos cruzados sin luchar por salvarse”, según el informe claro. ¿No suena igual que el Germanwings?
Amigos de Informe Insólito, cada vez debemos de creernos menos las investigaciones oficiales de los últimos siniestros aéreos cuando la aviación comercial mundial precisamente y estadísticamente cada día es más segura que antaño y cada día la tecnología y seguridad aeronáuticas aumentan exponencialmente a mejor. Solamente quiero recalcar una última curiosidad que algún otro día desarrollaré. La segunda gran coincidencia es que de los últimos accidentes aéreos que han marcado la actualidad, 3 de ellos tenían una «H» en su identificador de vuelo: el Malasian desaparecido en el Pacífico MH370, el Swiftair operado por Air Algérie siniestrado en Mali AH5017 y el Malasian derribado en Ucrania que llevaba el código de vuelo MH17. Curiosamente 3 aviones pintados con esquemas de colores azul y rojo en sus fuselajes. Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos…