Las brutales técnicas del Doctor Cameron

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El doctor Donald Ewen Cameron fue un importante y brillante médico psiquiatra que estuvo inmerso en numerosos experimentos y estudios sobre la salud mental. Sus trabajos fueron la base para muchos tratamientos actuales sobre algunas enfermedades mentales. Este médico fue conocido por su implicación en el proyecto secreto MK Ultra financiado clandestinamente por la CIA. Las técnicas que empleó no fueron del todo éticas, y recordaremos las brutales técnicas del doctor Cameron.

D. Ewen Cameron nació en Bridge of Allen, Perthshire, Escocia, el 24 de diciembre de 1901. Fue un excelente estudiante y atleta y se tituló en medicina en 1924, en 1925 se especializó en psicología. En 1926 emigró a EE.UU. con una beca de investigación en psiquiatría en Baltimore en la Clínica Philips.

A los dos años se fue a Suiza para trabajar en la prestigiosa clínica Burghölzli  en Zúrich, clínica psiquiátrica moderna especializada en el tratamiento humano de la enfermedad mental. Allí coincidió con el doctor Mathers decano de la Facultad de medicina de Manitoba ubicada en Winnipeg, Canadá y jefe de psiquiatría. Este médico convenció a Cameron para que se fuera a trabajar al Hospital Mental Brandon, ex reformatorio, como Jefe de Admisión para organizar los servicios de salud mental de la región.

En agosto de 1929 el Doctor Cameron ocupó su nueva plaza y se encargó de la red de clínicas de la región de Westman coordinando desde el Hospital un modelo de atención de salud mental. Desde su nueva posición empezó a realizar diversos estudios y publicó conocidos trabajos como  la  «Clasificación de las enfermedades mentales» en 1931, estudios cuantitativos en psiquiatría en 1932, «La formación en Psiquiatría» en 1934 y sobre todo su polémico estudio sobre la epilepsia en 1934.

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Fotografía del doctor Donald Ewen Cameron.

En esta primera etapa de sus investigaciones, el doctor Cameron comenzó a practicar una serie de tratamientos los cuales hoy en día no estarían justificados de ninguna de las maneras, tratamientos vejatorios y agresivos que ahora os describiremos.

Para su estudio sobre la epilepsia, la cual consideraba una enfermedad mental, comenzó realizando tratamientos experimentales, como primera medida privaba de agua a sus pacientes hasta que conseguía una deshidratación total de sus cuerpos.

También infectaba a los pacientes con malaria varias veces hasta conseguir que les subiera la fiebre, alcanzando temperaturas de entre 40,5 y 41 º C.  Después para erradicar la fiebre de un plumazo, les inyectaba un componente químico.

Administraba insulina y Pentylenetetrazol, potente fármaco estimulante del sistema nervioso central. Las convulsiones provocadas eran tan fuertes y violentas que el paciente sufría múltiples fracturas de huesos. Realizó lobotomías cerebrales, extirpando zonas y tejidos de los lóbulos. Los pacientes quedaban trastornados para siempre. Los dejaba en salas de aislamiento.

Los más afortunados eran utilizados como mano de obra para realizar trabajos fuera del hospital. Se les forzaba a realizar trabajos duros como la descarga de carbón de los vagones del tren. El hospital tenía una propia parada en la línea ferroviaria. Además  los enviaban a granjas para trabajar al cuidado de animales. Cuando no querían cooperar, les afeitaban las cabezas en seco, con mucho dolor les provocaban heridas y cortes.  Si se resistían a realizar estas tareas les golpeaban con toallas mojadas para no dejar huella en la piel.

La higiene de estos pacientes estaba muy poco cuidada, a algunos les dejaban lavarse una vez por semana y no había toallas suficientes para todos. Debían de compartirlas, en concreto eran cinco toallas por cada veinte pacientes.

En 1936 Cameron abandona el Hospital Mental de Brandon y se traslada al Hospital Estatal de Worcester en Massachusetts. En 1938 es profesor de neurología y psiquiatría en la Escuela de Medicina de Albany. Aquí es donde empieza con los primeros estudios sobre la memoria y la privación sensorial. Pronto ficharía por la OSS (Office of Strategic Services), Oficina de Servicios Estratégicos, que fue la agencia de inteligencia norteamericana antes de pasar a ser la conocida CIA. En 1945,  formó parte del tribunal médico evaluador de Núremberg del  criminal de guerra nazi Rudolf Hess.

En 1943 se traslada de nuevo a Canadá y crea el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de McGill en Montreal. Es aquí donde sus investigaciones clandestinas son financiadas por la CIA, el gran interés de la agencia de inteligencia era el control mental.

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Universidad de McGill en Toronto, Canadá.

En McGill dejaba a sus pacientes tumbados desnudos bajo el calor de lámparas rojas, con una potencia de entre 15 a 200 vatios, durante casi ocho horas al día.  Los metía en jaulas que se calentaban provocándoles hipertermias. Utilizaba para medicarlos LSD, barbitúricos y anfetaminas.

Precursor del lavado de cerebro, método con el cual se pretendía eliminar la voluntad del paciente, para después poder establecer el control. Constaba principalmente de tres etapas.

Una primera consistía en una des-programación mental, para esto inducía el coma con fuertes drogas al paciente, cócteles de fármacos provocando largos periodos de sueños, de hasta casi tres meses.

La segunda parte del tratamiento consistía en aplicarles muchas terapias de electrochoque, alrededor de tres veces al día durante también un período largo de tiempo. Aquí Cameron hizo una adaptación del «método aniquilación» del psiquiatra italiano Lucio Bini. Proporcionaba al paciente terapia intensiva de electrochoque convulsiva. Conseguían provocarles una amnesia severa.

En la última fase del tratamiento dejaban al paciente aislado en una celda y drogado con LSD. Se le anulaba de toda percepción sensorial,  para «remodelarlos». Sin agua, sin luz, sin sonidos, sin olores, con poco oxigeno. Después los bombardeaban con una grabación sin parar reproduciendo mensajes desagradables y humillantes durante semanas e incluso meses. Después de todos estos tratamientos, los pacientes se quedaban poco funcionales, volvían a un estado infantil y sufrían daños permanentes, hablaban como bebes e incluso se chupaban el pulgar.

La técnicas empleadas por Cameron no tenían validez terapéutica, podrían ser comparables a las horrores nazi. Sin embargo todos sus estudios eran publicados en revistas médicas sin ninguna reclamación ni acusación, eran muy bien acogidos. Nadie ponía en tela de juicio sus técnicas. Como otras muchas veces en la historia, los colegas médicos encubrían lo que sabían. Por desgracia no existe ningún registro del número de pacientes que pudieran haber muerto gracias a las técnicas usadas.

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Radiografía de la cabeza de Terry Parker, de 14 años, paciente del Hospital de Toronto y del proyecto MK-Ultra. Un tal doctor Hoffman sin consentimiento de la enferma ni familiares fue el artífice de insertarle más de 40 implantes metálicos en el año 1969. Así la podían estimular eléctricamente.

Cameron continuó con sus trabajos llegando incluso a participar en un manual de tortura psicológica de la CIA, el conocido como manual KUBARK, en 1963. Manual donde se definen técnicas de interrogación. El manual desarrolla una de sus principales técnicas, la privación sensorial del interrogado. Según este método, teniendo al interrogado en una celda aislada, se conseguían mejores y más rápidos resultados que si estuviera en una celda normal.

Aunque parezca incierto, muchas de estas técnicas, así como métodos de tortura se utilizan por agencias y gobiernos en la actualidad. Todo se gestó en universidades y hospitales, bajo la supervisión de supuestos profesionales. Se experimentó con los más débiles, también supuestos enfermos mentales, incluido niños procedentes de reformatorios y orfanatos. Hay que estar en alerta y no permitir que ocurra más por el bien de todos. No dejar que instituciones como la Universidad de McGill, que fue la unidad psiquiátrica más importante del mundo, respire libre de toda responsabilidad por mantener y ocultar a un torturador…

 

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JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

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