Fátima, 1917: La Milagrosa Danza del Sol en Cova de Iria

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13 de Octubre de 1917, en Leiría, Fátima, en un campo de una zona llamada Cova de Iria en Portugal. Sucede en los cielos algo totalmente inexplicable en presencia de decenas de miles de testigos. He viajado a Portugal para conocer a fondo el misterio de “la Danza del Sol” de Fátima, sucedido hace 100 años. Esta es la conclusión de la investigación…

Bienvenidos a bordo de nuevo una semana más, amigos de Informe Insólito y seguidores de nuestra sección de Misterios Aéreos. Este año 2017 se ha celebrado el 100º aniversario de las apariciones de la Virgen María en Portugal a los 3 famosos pequeños pastorcillos (Francisco, Jacinta y Lucía) que, durante varios meses, se produjeron en el año 1917 en la región de Leiria, en Cova Da Iria, en Fátima (Portugal). Desgraciadamente este 2017, la región ha sido tan famosa por estas celebraciones como por el salvaje incendio forestal que ha asolado la región dejando decenas de fallecidos, que intentaban huir de las llamas a través de las carreteras regionales de Leiria. Desde Informe Insólito, una vez más, enviamos nuestro más sincero pésame y nuestro cariño a todas las familias y seres queridos de los fallecidos.

El 13 de Octubre de 1917 se registró la última aparición pública y milagrosa de la Virgen de Fátima en la zona. Dicen que tras la aparición de la Virgen ocurrió un hecho indescriptible en los cielos del lugar. Aquel suceso, visto por decenas de miles de personas, se bautizó como el “Milagro del Sol” o la “Danza del Sol”.

Y viajé a Fátima para investigar ese misterio de nuestros cielos. Todos sabemos, y hemos escuchado hablar detenidamente, de cómo se desarrollaron aquellos hechos en los que 3 apariciones del Ángel de la Paz en la primavera del año 1916 (la primera aparición) y en verano y otoño de 1916 (segunda y tercera aparición), en una zona de monte conocida como “Loca do Cabeço” y “Poço do Arneiro”, precedieron a las siguientes 3 apariciones de la Virgen de Fátima en la zona en el año 1917. Durante aquellas apariciones, tanto de la Virgen como del Ángel que la precedió para anunciar su llegada, ocurrieron muchísimos hechos y fenómenos inexplicables que quedaron recogidos incluso en documentos gráficos totalmente reales y verídicos. En mi sección de Misterios Aéreos no vamos a analizar los misterios y las incógnitas o secretos que guardan los mensajes que la Virgen reveló a Francisco, Jacinta y Lucía porque es un tema que no me compete, pero sí vamos a centrarnos en lo que en aquellos días ocurrió sobre la región de Leiria, en los cielos de Fátima, algo digno de describir y contar al mundo entero en esta sección de enigmas de nuestros cielos. Nunca más se ha vuelto a repetir ni ver por las gentes tal hecho en los cielos del planeta.

El 13 de Octubre de 1917 se registró la última aparición pública y milagrosa de la Virgen de Fátima en la zona. Dicen que tras la aparición de la Virgen ocurrió un hecho indescriptible en los cielos del lugar. Aquel suceso, visto por decenas de miles de personas, se bautizó como el “Milagro del Sol” o la “Danza del Sol”. Algunos documentos de la época hablan de la asistencia de 30.000 personas y otros documentos recogen datos de la presencia de hasta 100.000 testigos aquel 13 de Octubre. Las gentes estaban presentes en “Cova da Iria” y fueron testigos de excepción de algo inexplicable por físicos, científicos, expertos, etc… que duró 10 minutos aproximadamente.

Sepulcros de Jacinta y Lucía, de izquierda a derecha, en la Basílica de Fátima, en Leiria en Portugal. Foto: Iván Castro Palacios. Abril 2017

Los habitantes de la región de Leiria se habían reunido antes del suceso, puesto que los 3 pastorcillos habían anunciado la aparición de la Virgen con antelación, además de que realizaría un gran milagro delante de todos ellos alrededor del mediodía. Ni más ni menos, así sucedieron los hechos, de una forma que nadie podía explicar. Había estado lloviendo desde primera hora de aquella jornada y los cielos amenazaban desde por la mañana con nubes muy oscuras cargadas de agua. De repente, sin explicación ni motivo, como si la mano de Dios estuviera detrás de todo aquello, las nubes comenzaron a desaparecer y el Sol se tornó totalmente oscuro en forma de disco opaco. Además aquel Sol giraba en el cielo delante de tantos miles en el lugar que con sus ojos no daban crédito a lo que veían.

Los lugareños describieron aquel Sol como más apagado, como si tuviese menos intensidad de luz que en un día normal en los que el Sol brilla tras una tormenta. Además, sea lo que fuese aquello, giraba de una forma muy peculiar, lanzando luces de múltiples variedades de color a lo largo de aquel horizonte y aquel paisaje. Esas luces caían sobre los testigos y sobre las nubes que rodeaban la zona. De repente aquel Sol comenzó, además, a realizar una especie de movimientos en forma de zig-zag, como si descendiese hacia la tierra y volviese de nuevo a colocarse en su posición habitual. Los habitantes de Leiria, mientras aguardaban la aparición de la Virgen desde primera hora de la mañana, habían estado mojándose bajo las nubes que no habían dejado de descargar agua durante toda la mañana en aquella zona. Y sin darse apenas cuenta de ello, mientras observaban el baile milagroso de aquel Sol, sus ropas se secaron casi instantáneamente por completo, de forma muy repentina, sin explicación por la rapidez con que había sucedido aquel curioso y llamativo hecho. Otro dato que ayuda a entender lo que sucedía, si se puede entender, es que incluso el suelo que estaba lleno de fango, barro, agua y humedad sufrió el mismo efecto de forma instantánea. Se secó por completo bajo los pies de todos los testigos. No había rastro de la inmensa cantidad de agua que había caído durante toda la mañana.

El «Observatorio Romano», medio de comunicación vaticano, publicó en 1951 la fotografía original del suceso que se bautizó con el nombre del «Milagro del Sol» el 13 de Octubre de 1917. Nada opaco se podría haber visto en los cielos de Leiria, que fuese sustentado por una explicación científica.

El Vaticano dispuso a una serie de sacerdotes católicos, que se desplazaron al lugar, como investigadores oficiales de lo sucedido en Leiria tras la aparición de la Virgen. El más importante fue un sacerdote llamado Juan de Marchi, que pasó 7 años en Fátima (en concreto desde 1943 hasta 1950), realizando estudios, investigaciones, averiguaciones y entrevistas a los testigos del hecho insólito e inexplicable que la naturaleza, o la Virgen de Fátima, les había mostrado de manera milagrosa. Lo cierto es que, a pesar de la gran cantidad de declaraciones y distintos testimonios, los testigos coincidían en lo esencial del caso y en lo que todos vieron aquel mediodía del 13 de Octubre de 1917. Enseguida se descartó, además, la posibilidad de que fuese un hecho causado por la sugestión colectiva, puesto que la cantidad de asistentes habían sido decenas de miles y por esta causa quedaba totalmente descartada. Así que los sacerdotes investigadores y Juan de Marchi llegaron a una doble conclusión; o había sido un auténtico milagro de Dios y de la Virgen e hicieron que las leyes naturales, durante unos minutos, dejaran de existir o bien, existieron aquel día en Leiria unas condiciones meteorológicas de la naturaleza tan especiales y concretas que provocaron aquel supuesto milagro del “Milagro o Danza del Sol”.

Los sacerdotes que investigaron estos hechos en Fátima, de la mano de Juan de Marchi, son muy precavidos a la hora de definir lo que la palabra “milagro” conlleva y significa. Lo único que se demostró en Fátima es cómo la “Mano de Dios”, digamos, que intervino en los fenómenos naturales que se dieron durante la “Danza del Sol” en Fátima. Hay otras fuentes religiosas, algo más “abiertas” que afirman que lo que allí ocurrió fueron una serie de sucesos y fenómenos de carácter extraño a la vez, cuya tasa de probabilidad de que puedan suceder y confluir juntos es más que baja en un tanto por ciento. Y mantienen que un milagro no tiene por qué hacer que cesen en un determinado momento, o dejen de existir, las leyes naturales, climatológicas y meteorológicas. Además, también participó en la investigación del “Milagro del Sol” un fraile benedictino llamado Fr. Stanley L. Jaki, que era físico e historiador y que sostiene en su testimonio que lo que allí sucedió fue una conjunción de varios elementos meteorológicos, extremadamente raros, que se unieron aquel día para provocar la sensación de que el Sol giraba y zigzagueaba sobre la tierra, cambiando de color. Lo que ocurrió, si tuviese base científica o física, que a día de hoy NO LA TIENE, sería algo extremadamente inusual.

Imagen al atardecer de la explanada situada delante de la Basílica de Fátima, donde hace 100 años sucedió un hecho asombroso en los cielos de esta localidad portuguesa. Foto: Iván Castro Palacios. Abril 2017.

La teoría de Fr. Stanley dio muchas vueltas al mundo. De hecho, escribió un libro titulado “Dios y el Sol en Fátima”. Es un hombre que tiene mucha experiencia en campos como la física, la teología o la historia. Su investigación de campo en la zona de Leiria duró más de un año, repasando cada artículo y cada testimonio publicado en la prensa de entonces, repasando libros escritos por testigos y gente que vivió in situ el suceso. Consultó los archivos reales en Fátima, imágenes, fotografías y se entrevistó con más historiadores de la zona. Lo que Fr. Stanley buscaba básicamente eran testimonios oculares del hecho milagroso del baile del astro rey. Realmente no consiguió muchos testimonios oculares de primera mano. Él no duda de que el hecho verdaderamente fue milagroso, aún teniendo algún posible tipo de base física o científica. Pero recelaba profundamente de la afirmación de que “el Sol bailó sobre la población y gentes de Fátima”.

Consultó los datos de los observatorios astronómicos de aquel día y pudo comprobar, buscando información importante sobre aspectos inusuales del Sol, que nada raro ni fuera de lugar a ojos de los astrónomos se registró ni sucedió con el Sol aquel día a aquella hora. La actividad solar fue 100% normal. Como antes comenté, aquel 13 de Octubre de 1917 llovió con fuerza y con mucha intensidad sobre la zona desde primera hora de la mañana y el viento soplaba del Oeste, empujando con fuerza la nubosidad existente. Había una masa de aire frio a 40 Km de distancia de Fátima, que procedía desde el Océano Atlántico, a unos 15 Km también al Este de la línea donde en el terreno crece una meseta de unos 300 metros de altura sobre el nivel del mar. El campo y la planicie donde está situada Cova de Iria, a las afueras de Fátima, están a unos 370 metros de altura sobre el nivel del mar. Fr. Stanley fue juntando y atando todos los cabos, uno a uno, con informes y datos meteorológicos de aquel día, según los registros oficiales. Un auténtico trabajo de “arqueología meteorológica”. Stanley debía de hacerse en su cabeza una composición geográfica mental de la zona para entender lo que allí había sucedido y tener en cuenta el patrón típico de nubes que se daba normalmente sobre Cova de Iria.

Después de varias investigaciones, el sacerdote Juan de Marchi calculó que habría sido necesaria una cantidad increíblemente inmensa de energía para secar en muy pocos minutos o en un instante los charcos de agua que había en el suelo del lugar y en los campos cercanos, algo que también declararon los testigos.

En su informe final, Fr. Stanley hizo un resumen detallado de lo que pudo suceder. El “Milagro o Danza del Sol” comenzó a las 12:45 horas del 13 de Octubre de 1917, hora solar, cuando la lluvia se detuvo de repente por completo y a continuación se dio el fenómeno que duró entre 10 y 15 minutos. El Sol, que llevaba sin verse desde hacía horas, apareció de repente sobre unas nubes características de ser tipo “Cirrus”. Lo que los testigos dijeron haber visto fue como la imagen del Sol se convirtió en una rueda de fuego, similar a lo que las gentes conocían en aquella época como los fuegos artificiales. Las nubes Cirrus contienen cristales de hielo que pueden reflectar los rayos del Sol en varios colores como muestra un Arco Iris. Esa rueda de fuego que vieron los testigos podría ser una rueda de una lente de aire llena de esos cristales de hielo según Fr. Stanley. En el lugar se juntaron fuertes vientos de Oeste a Este que, junto con el movimiento de las nubes, pudieron provocar algo similar a la formación de un tornado de manera que la masa de aire frío podría haber pasado a ser una masa de aire en forma de lente en rotación.

En cuanto al cambio de temperatura que los testigos notaron en el lugar, cuando contaban que sus ropas se secaron de inmediato del agua de la lluvia, es lógico que en aquella zona se produjese una inversión fuerte de temperatura, aumentando de manera exagerada por el fenómeno climatológico. Con lo cual, terminaron confluyendo en el lugar dos corrientes de aire, una masa fría y una masa de aire caliente, impulsando ambas esa lente de aire haciéndola girar en una órbita elíptica. Primero la impulsaban hacia el suelo y luego hacia arriba y luego volvía a su posición normal. Si a eso le sumamos los cristales de hielo refractando la luz de sol en forma de varios colores, ya tenemos una rueda de fuego en ascenso y descenso que hizo esta serie de movimientos hasta en 3 ocasiones. 30 años después encontraron a un abogado portugués que fue testigo del suceso y comentó que el patrón de movimiento del Sol fue de ascenso y descenso de manera elíptica realizando pequeños círculos superpuestos. Algo que podría resultar familiar también, según Fr. Stanley, para las personas que entiendan el principio de la dinámica de fluidos.

¿Cómo supieron Jacinta, Lucía y Francisco (de izquierda a derecha) el lugar, la hora y lo que iba a ocurrir para avisar a los habitantes de Fátima para que fuesen testigos del milagro de la Virgen? Si fue un fenómeno meteorológico que, aunque raro, fuese explicable… ¿cómo iban a saber ellos cuándo y dónde? Imposible de saberlo

Tras este impactante suceso, los testigos se arrodillaron de inmediato en el suelo e incluso llegaron a arrodillarse los menos creyentes que allí también estaban siendo testigos de excepción del suceso. Hubo científicos que, tras el informe de Fr. Stanley, intentaron simular estas condiciones en un túnel de viento y en laboratorios de pruebas pero jamás consiguieron el mismo efecto. Pero Stanley mantiene que lo observado fue un extrañísimo fenómeno climatológico, bastante “milagroso” por la rareza de haberse producido. Fr. Stanley llegó a decir lo siguiente: -“Simplemente afirmo que en los milagros que Dios hace, a menudo hace uso de un sustrato natural al que eleva sus componentes físicos y sus interacciones”.

Pero surgen unas cuantas preguntas que siguen sin respuesta. Muchas de ellas demuestran que, quizá, los dedos de la Virgen de Fátima realmente jugaron con los rayos del Sol sobre Cova de Iria aquella mañana del 13 de Octubre de 1917. ¿Cómo supieron Francisco, Jacinta y Lucía, los pastorcillos, el lugar, la hora y lo que iba a ocurrir para avisar a los habitantes de Fátima para que fuesen testigos del milagro de la Virgen? Si fue un fenómeno meteorológico que, aunque raro, fuese explicable… ¿cómo iban a saber ellos cuándo y dónde? Imposible de saberlo, sin duda. Posteriormente a su primera publicación, Fr. Stanley escribió un segundo libro titulado “¿Milagro del Sol, o de algo más?”. En ambos libros, el fraile benedictino no consigue explicar por qué los pastorcillos supieron el momento y el lugar en que esto iba a producirse. Decenas de miles de personas miraron al cielo en el momento exacto en que un niño, pastorcillo, dijo que lo hiciesen y sin tener ni un solo conocimiento de meteorología. Curioso y milagroso, sin duda.

El 11 de Abril de 2017 tomé esta foto en Cova de Iria. Tras de mí, uno de los árboles que quedó marcado con el símbolo de una cruz de forma natural, después de una de las tres apariciones de la Virgen en Fátima. No existen marcas de haberse marcado el tronco de manera artificial por la mano de alguna persona.

Para finalizar uno de los capítulos más interesantes que he podido investigar en esta sección de Misterios Aéreos, además in situ, en Fátima, en la región de Leiria, hay que tener en cuenta un dato muy significativo que nos dejó el sacerdote investigador y responsable del grupo de investigación que envió el Vaticano al lugar, Juan de Marchi. Después de varias investigaciones concluyó, asesorado por ingenieros y científicos, que se ha calculado que habría sido necesaria una cantidad increíblemente inmensa de energía para secar en muy pocos minutos o en un instante los charcos de agua que había en el suelo del lugar y en los campos cercanos, algo que también declararon los testigos. Algo prácticamente imposible, físicamente hablando, si se tratase de un fenómeno meteorológico.

Tras los hechos de la “Danza del Sol”, los tres pastorcillos, Francisco, Lucía y Jacinta vieron en el cielo a la Virgen de Fátima, a su hijo Jesús, a la Virgen de los Dolores, a Nuestra Señora del Monte Carmelo y a San José, repartiendo bendiciones. Los testigos, sin embargo, no pudieron contemplar ninguna figura ni rostro en los cielos. El 13 de Octubre, pero ya de 1930 (13 años después) el Obispo de Leiria aprobó oficialmente las apariciones de la Virgen de Fátima y del Ángel de la Paz. Los menos creyentes calificaron aquel suceso de algo “sobrenatural” y “milagroso” también, lo cual demuestra que algo imposible de explicar sucedió aquel día en los cielos de Fátima.

Los lugareños describieron aquel Sol como más apagado, como si tuviese menos intensidad de luz que en un día normal en los que el Sol brilla tras una tormenta. Además, sea lo que fuese aquello, giraba de una forma muy peculiar, lanzando luces de múltiples variedades de color a lo largo de aquel horizonte y aquel paisaje. Esas luces caían sobre los testigos y sobre las nubes que rodeaban la zona.

Os espero a bordo del próximo vuelo hacia el misterio, amigos de Informe Insólito y seguidores de Misterios Aéreos. Espero que os haya resultado interesante, por encima de creencias y religiones, el minucioso estudio de los hechos ocurridos en la región de Leiria, en Fátima, el 13 de Octubre de 1917

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Iván Castro Palacios
Piloto comercial, instructor de Auxiliares de Vuelo y Piloto de Drones - RPAS e investigador de misterios aeronáuticos. Colaborador de Espacio en Blanco en RNE, de RTV Onda Azul de Málaga, de PTV Málaga Televisión, de La Noche de Andrómeda en LNDA Radio, de Otros Mundos con Javier Belmar, de Ya Te Vale FM, de Informe Enigma con Jorge Ríos, de Días Extraños con Santiago Camacho y de Misterio en Red con Esteban Palomo. Contacto: ivancpmisterio@yahoo.es

10 Comentarios

  1. Excelente artículo. Muy interesante. Me gusta el enfoque, desligándolo del contenido religioso, analizando el fenómeno atmosférico en sí mismo. Incluso para mentes escépticas, queda claro que lo que ocurrió aquel día no fué algo natural. Lo primero que se nos viene a la cabeza es que fué un ovni, pero… y la repentina retirada de las nubes tormentosas, el fango secado en cuestión de minutos, incluso el árbol que nos muestras en la foto? Que rabia dan a veces los fenómenos insólitos, siempre llenos de preguntas y ni una sola respuesta, ni ahora ni nunca. Una especie de amor-odio que nos tiene enganchados a todo lo misterioso, verdad?

  2. Muy completo tu artículo, Iván. No conocía la «explicación meteorológica», que, verdaderamente es más milagrosa que la propia Virgen. No sé porqué, pero inconscientemente relaciono el «Sol» del baile con el: «Vamos hacia un gran Sol» de tu otro artículo «Misterio en los Cielos de Alborán». ¿Qué fue realmente el fenómeno desconocido que en ambos casos identificaron con el Sol? Quizá valdría la pena dar un paso hacia el abismo y preguntárselo a Luis José Grífol, naturalmente un día 11, en Montserrat…

  3. Lo que no entiendo es, si el sol «bailó» ¿no se habría visto en toda la parte del planeta en el que era de día? si el sol se moviese se vería en más lugares y no solo en un punto en concreto.

  4. a parte de lo mencionado anteriormente, la tierra esta en la órbita gravitacional del sol, si este se moviese de esa forma la tierra se movería con el y no podríamos enterarnos a simple vista.

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