El Robo del Boeing 727 de Air Dream. Destino incierto…

Descubre una de las desapariciones más insólitas que alberga nuestra sección Misterios Aéreos...

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Bienvenidos a bordo una semana más, amigos de Informe Insólito. Como bien os he comentado en artículos anteriores, estamos viviendo de máxima actualidad en estas últimas semanas las noticias más frescas sobre los últimos acontecimientos en torno al caso del Malaysian MH370 desaparecido, pero precisamente con este nuevo artículo hoy, quiero recordaros que no solo existe un caso de un avión comercial desaparecido sin dejar rastro sino que existen, y están registrados, multitud de desapariciones insólitas que no han dejado ni una sola huella que seguir para descifrar tan enigmáticas desapariciones.

Hablamos hace meses en esta misma sección de “Misterios Aéreos” del famoso caso de la desaparición del vuelo 967 de la compañía Varig brasileña que se esfumó sobre el mar sin dejar rastro cuando transportaba un valiosísimo cargamento de obras de arte a bordo. También en esta sección hemos tratado el tema del derribo en África de dos aviones ILYUSHIN 76 de la misma empresa en Somalia, donde nos preguntamos en aquel artículo si fue un ataque contra un objetivo político o sencillamente dos causales accidentes aéreos consecutivos. Y hasta África emprendemos de nuevo el vuelo rumbo al misterio.

 

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Aeropuerto Internacional “Quatro de Fevreiro” de Luanda, capital de Angola.

Volamos directamente al 25 de Mayo del año 2013, en concreto al Aeropuerto Internacional “Quatro de Fevreiro” de Luanda, capital de Angola. Aquel día, un avión modelo Boeing 727 con matrícula N844AA, despega rumbo (eso dijeron) hacia Burkina Faso. Pero la primera sospecha de que no era un vuelo normal sucedió cuando el avión despega, de repente, con todas sus luces apagadas, sin autorización alguna para realizar el vuelo, sin autorización de los controladores y con un transponder a bordo que estaba apagado, no dando así indicación ninguna a los controladores de vuelo de su rumbo, altitud, destino o posición. Sencillamente, no aparecía en los radares.

En cuanto a las personas que viajaban a bordo, o la posible tripulación que pilotaba aquella aeronave, no hay mucha información segura y contrastada. Lo poco que podemos casi afirmar con rotundidad es que se trataba de un vuelo privado (no era un vuelo comercial regular con cientos o decenas de pasajeros a bordo), de que podía viajar a bordo el ingeniero de vuelo Ben Charles Padilla y que quizá, según algunos otros informes algo contradictorios, podían viajar otras dos personas más a bordo como posibles pilotos de la aeronave. Lo que está confirmado es que Ben Charles Padilla desapareció de la faz de la tierra desde aquel mismo instante y de que su rastro se perdió para siempre, junto con el contacto que él mantenía con su familia y sus amigos. Nada se ha sabido dese entonces de su paradero o destino. Hasta el día de hoy, sigue siendo una desaparición insólita y un caso no resuelto.

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El avión modelo Boeing 727 con matrícula N844AA, en la plataforma del aeropuerto de Luanda.

El Boeing 727, por aquel entonces en Mayo del año 2003, estaba siendo reparado en un hangar del aeropuerto de la capital de Angola, en Luanda. Había sido anteriormente operado como aeronave de pasajeros de línea aérea regular. Su matrícula era N844AA como antes he citado. En aquella jornada hay que pensar que alguien (algún piloto) con suficiente formación en esta profesión, con experiencia en reactores de pasaje y aviones pesados, hizo rodar al Boeing 727 por la plataforma de estacionamiento y por la pista del aeropuerto de Luanda y, desoyendo todas las advertencias y avisos desde la torre de control del aeropuerto para que detuviera la aeronave por carecer de permisos y autorizaciones, hizo también despegar la aeronave con éxito y con rumbo, a día de hoy, todavía desconocido. El hecho, por sí solo, parece sacado de una auténtica película de acción y conspiración de las que se realizan en Hollywood. Es una historia auténtica, pero difícil de creer si no fuera porque sucedió delante de centenas de testigos que aquel día estaban, trabajan o pasaban por el aeropuerto de Luanda “Quatro de Fevreiro”.

El avión, según su historial, se había estrenado en el año 1975 en la operación comercial del transporte de pasajeros en la flota de American Airlines, aunque por aquel entonces su dueño era la empresa “Aerospace Sales & Leasing”. Otro dato que nos sumerge de lleno en este caso de conspiración y misterio, es que precisamente justo un año antes del enigmático despegue del avión con el que desapareció para siempre, esta misma empresa, “Aerospace Sales & Leasing”, había cerrado un acuerdo para hacer unos cambios en la estructura del avión y transformarlo en un avión cisterna con capacidad para transportar grandes cantidades de combustible hasta las famosas minas de diamantes africanas de Angola; y además, vendérselo a un consorcio formado por varias empresas, consorcio dirigido por la compañía Air Angola.

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El avión, según su historial, se había estrenado en el año 1975 en la operación comercial del transporte de pasajeros en la flota de American Airlines.

En ese proceso de transformación del interior del aparato de la casa Boeing, todos los asientos de los pasajeros fueron sustituidos por 10 grandes tanques de combustible, que sumaban en total una capacidad de transporte de 19.000 litros de fuel. El avión comenzó pues a operar para realizar esta tarea para el consorcio que hemos citado, encabezado por Air Angola. Pero muy poco tiempo después de realizar sus primeros vuelos de transporte de combustible, comenzaron a surgir diversos problemas económicos de los compradores del avión y el impago de las tasas aeroportuarias se hizo tan notable y presente que fue el principal motivo para que las autoridades angoleñas retuvieran el Boeing 727 en tierra y lo dejaran retenido en las instalaciones del aeropuerto de la capital, en Luanda. Allí permaneció entonces un año entero parado y retenido. Llega el año 2003 y, a mediados de año, la empresa “Aerospace Sales & Leasing” decide entonces vender el avión a una empresa de Sudáfrica. Como el avión llevaba un año parado y sin volar, era necesario someterlo a una rigurosa inspección y puesta a punto de mantenimiento, para que el avión consiguiera todos los permisos operativos de nuevo para poder comenzar a volar.

Y aquí de nuevo entra en escena el ingeniero de vuelo Ben Charles Padilla. Ben era uno de los dos técnicos contratados en la empresa que se seleccionaron para realizar estas tareas de mantenimiento del Boeing 727. El otro técnico era un mecánico ayudante de Ben Charles Padilla, llamado By order of the President. También les ayudaban en las tareas de mantenimiento un grupo de mecánicos angoleños. Hay que resaltar y recalcar que Padilla era, además, piloto de aviones ligeros pero no de reactores comerciales de gran tamaño. El famoso día de la desaparición, el 25 de Mayo de aquel año 2003, Padilla y J. Mikel Mutantu, tenían previsto en sus tareas de trabajo del día, sacar el avión del hangar y situarlo aparcado en la plataforma para realizar una prueba de motores y posteriormente volverlo a guardar en el hangar. No había ningún despegue de prueba programado ni ninguna operación aérea que llevara al aire al avión. Entre otros detalles, hay que tener en cuenta que ningún miembro del equipo de mantenimiento tenía la habilitación de vuelo del Boeing 727 como para hacerlo volar y probarlo en el aire.

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Ben Charles Padilla era uno de los dos técnicos contratados en la empresa que se seleccionaron para realizar las tareas de mantenimiento del Boeing 727.

Eran las 17:00h de aquella tarde del 25 de Mayo de 2003. El Boeing 727 fue posicionado fuera del hangar donde estaba resguardado por tareas de mantenimiento. Sin ninguna explicación aparente, de repente, comienzan a rugir los motores del avión con su puesta en marcha, pero con la salvedad de que una vez arrancados y funcionando perfectamente, comenzó el Boeing 727 a rodar por la plataforma del aeropuerto de Luanda, curiosamente con todas las luces de posición y reglamentarias del avión apagadas y sin existir ningún tipo de comunicación entre la torre de control y la enigmática tripulación o supuesto piloto del avión. Segundos después de comenzar a rodar por la plataforma, el avión invade la pista de vuelo, algo sumamente peligroso al carecer de autorización, y realiza una carrera de despegue que lo lleva finalmente a alzar el vuelo y alejarse volando del aeropuerto. Recalco que en ningún momento se le concedió ningún tipo de autorización. El Boeing 727 escogió rumbo Suroeste hacia el Océano Atlántico y poco a poco se perdió en el horizonte para siempre, así como del alcance visual de todos los testigos en el aeropuerto.  El control de vuelo de las Islas Seychelles llegó a declarar que aquel día un avión no identificado solicitó permiso de aterrizaje en su país pero nunca llegó a tomar tierra. Nigeria desmintió también que este avión fuese identificado volando en su territorio.

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El control de vuelo de las Islas Seychelles llegó a declarar que aquel día un avión no identificado solicitó permiso de aterrizaje en su país pero nunca llegó a tomar tierra. Nigeria desmintió también que este avión fuese identificado volando en su territorio.

Desde el 11 de Septiembre del 2001, tras los atentados de New York y del Pentágono, cualquier suceso relacionado con la aviación activaba todas las alarmas en los cielos del planeta. Menos de dos años habían pasado y de repente, otro avión “robado, secuestrado o desaparecido” desataba todas las alarmas. El simple hecho de que se tratase de un avión cisterna, lo convertía en un arma de un potencial incalculable para cualquier acto terrorista de carácter suicida como los del 11-S (siempre y cuando creamos la versión oficial que mantiene que fueron islamistas suicidas los que estrellaron los aviones contra las Torres Gemelas). Durante muchos meses, todos los departamentos americanos de espionaje y defensa mantuvieron su nivel de alerta en su grado máximo, tras desaparecer el Boeing 727 al despegar de Luanda. El avión jamás volvió a divisarse en ningún cielo de nuestro planeta.

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Otras hipótesis barajan que el secuestro del avión fue llevado a cabo por los mecánicos Padilla y Mutantu siguiendo órdenes expresas de la empresa que era propietaria del avión para así evitar el saldar las deudas que tenía el avión contraídas en Luanda.

Hoy en día, este suceso sigue encabezando la lista de desapariciones aeronáuticas misteriosas. No hay rastros de su rumbo, pistas de su destino o pruebas de la suerte de sus ocupantes o pilotos. Una de las teorías que se han barajado desde que desapareció el avión fue la del robo cometido por presuntos terroristas o quizá por narcotraficantes. Habrían asesinado al equipo de mecánicos de Ben Padilla al completo y habrían empleado el avión para transportar armas, drogas o algún tipo de cargamento ilegal, ocultando su procedencia con documentación falsa. Otras hipótesis barajan que el secuestro del avión fue llevado a cabo por los mecánicos Padilla y Mutantu siguiendo órdenes expresas de la empresa que era propietaria del avión para así evitar el saldar las deudas que tenía el avión contraídas en Luanda y que, a causa de ellas, estaba inmovilizado en el aeropuerto de la capital angoleña.

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No existe ningún tipo de información sobre ninguna empresa llamada «AIR DREAM” en Camboya. No existen datos de esta empresa tampoco en los registros de IATA ni en los registros oficiales de la OACI.

Pero esta última hipótesis, de ser cierta, se habría torcido en su ejecución ya que si Ben Padilla iba como piloto al mando de este gran avión Boeing 727, pesado y complejo para los conocimientos de pilotaje que Padilla poseía, además de llevar 14 meses inmovilizado en el aeropuerto de Luanda, se podría haber accidentado en pleno océano o en pleno desierto, acabando con la destrucción completa de la aeronave y con la muerte de todos sus tripulantes y ocupantes. En este caso, al no conocerse la suerte del avión y de sus ocupantes y al no poder demostrarse el robo como tal, la empresa “Aerospace Sales & Leasing” nunca llegó a recibir ningún tipo de indemnización de su compañía de seguros, perdiendo por completo la opción de recuperar parte de la inversión que hizo en su día con la compra del aparato. La única prueba y el único hecho sólido desde aquel día, es la desaparición sin dejar rastro del Boeing 727 que en su día fue un avión más de la flota de American Airlines y de los dos mecánicos encargados de poner el avión a punto para que pudiese volver a surcar los cielos.

La Casa Blanca y el Gobierno de los EEUU llegaron a hacer ciertas declaraciones sobre este caso. Confirmaron su temor porque el avión pudiera ser usado por terroristas para un atentado. Así lo confirmó en aquel entonces Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca. Enseguida la CIA y el Departamento de Estado de los EEUU comenzaron su particular caza sobre el Boeing 727 desaparecido para tratar de localizarlo por todo el continente africano y otras parte del globo. La CIA siempre ha sospechado que Padilla iba a los mandos del B-727 cuando despegó de Luanda y su familia ha mantenido en todo momento que Padilla, aquel día, fue secuestrado aunque desconocen para qué fines. La CIA también ha barrido con sus satélites espía todo el continente africano, pista de aterrizaje por pista de aterrizaje, legales o ilegales, grandes o pequeñas pero jamás han conseguido (que se sepa) pruebas del paradero de este avión.

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En el Aeropuerto Internacional de Hanoi “Noi Bai”, en Vietnam, se encuentra un B-727 sin dueño pero según consta en los registros al observar su matrícula, XU-RJK, tiene un número de serie que es 20989 y pertenece a la fábrica de Boeing. Este avión voló para American Airlines. En su fuselaje además está pintado un logo con letras que reza: “AIR DREAM”

Por otro lado, los aeropuertos africanos son conocidos por albergar decenas de aviones abandonados y fuera de servicio cerca de las pistas y en sus plataformas de estacionamiento y podría estar perfectamente camuflado dentro de algún cementerio de aviones del continente. Las alarmas volvieron a saltar cuando se publicaron una serie de fotos que demostraban la presencia de un Boeing 727 estacionado y abandonado en el Aeropuerto Internacional de Hanoi “Noi Bai”, en Vietnam, bastante lejos de donde realizó su despegue para desaparecer para siempre. No se sabe quién es su dueño pero según consta en los registros al observar su matrícula, XU-RJK, tiene un número de serie que es 20989 y que pertenece a la fábrica de Boeing. Curiosamente este aparato voló también para American Airlines. En su fuselaje además está pintado un logo con letras que reza: “AIR DREAM”. El día que este avión aterrizó en este aeropuerto, realizó una aproximación muy anormal, sobrevolando el aeropuerto varias veces antes de su aterrizaje definitivo. Al parecer, traía pasaje de una línea regular que cubría Siem Reap, en Camboya, con Hanoi. Sin embargo, desde ese día en que llegó, no volvió a alzar el vuelo. Nunca se pudo volver a localizar a los dueños del avión ni a su tripulación.

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El caso del Boeing 727 que despegó misteriosamente de Luanda fue llevado al cine en una película que tiene por título “By order of the President”, de W.B. Griffin.

La aeronave operaba con bandera de Camboya en su fuselaje. Pero sin embargo, no existe ningún tipo de información sobre ninguna empresa llamada «AIR DREAM” en Camboya. No existen datos de esta empresa tampoco en los registros de IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional) ni en los registros oficiales de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Curiosamente, como toda historia llena de misterio y conspiración que se precie en esta vida, el caso del Boeing 727 que despegó misteriosamente de Luanda fue llevado al cine en una película que tiene por título “By order of the President”, de W.B. Griffin. La película cuenta la historia de un misterioso Boeing 727 que despega de la capital de Angola con un solo pasajero a bordo. Hay otra película de ciencia ficción que se titula «Chariot», que también intentó explicar la misteriosa desaparición de esta aeronave.

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Hay otra película de ciencia ficción que se titula «Chariot», que también intentó explicar la misteriosa desaparición de esta aeronave.

Otro rastro que se siguió del B-727 desaparecido fue el que surgió de un accidente aéreo ocurrido el 25 de Diciembre del año 2003 (7 meses exactos después de la desaparición del avión). Ese día un Boeing 727 se estrelló al intentar aterrizar en el Aeropuerto de Cadjeoun, en la región de Cotonou, en Benin. Aquel accidente ocasionó la muerte de 151 personas que iban a bordo. El avión realizaba un vuelo charter de “Unión de Transports Aériens de Guinée” (Unión de Transportes Aéreos Guineanos). Era el vuelo 141. El avión volaba con matrícula guineana 3X-GDO y estaba cubriendo la ruta Conakry – Cotonou – Kufra (Guinea – Benin – Libia). Podría ser el avión desaparecido, debido a detalles que encajaban con la descripción de marcas en el fuselaje antiguas y otras pruebas. Pero nunca se pudo relacionar ese avión oficialmente con el avión desaparecido.

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Otro rastro que se siguió del B-727 desaparecido fue el que surgió de un accidente aéreo ocurrido el 25 de Diciembre del año 2003. Ese día un Boeing 727 se estrelló al intentar aterrizar en el Aeropuerto de Cadjeoun, en la región de Cotonou, en Benin.

Y hoy en día, amigos de Informe Insólito, el misterio continúa. Nada se ha vuelto a saber de este avión desaparecido para siempre sin dejar rastro. Otro caso más sin resolver en los cielos de nuestro planeta, cielos que rastreamos para todos vosotros cada semana en esta sección de Misterios Aéreos. Hasta el próximo vuelo rumbo a la más pura de las conspiraciones, amigos…!

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Iván Castro Palacios
Piloto comercial, instructor de Auxiliares de Vuelo y Piloto de Drones - RPAS e investigador de misterios aeronáuticos. Colaborador de Espacio en Blanco en RNE, de RTV Onda Azul de Málaga, de PTV Málaga Televisión, de La Noche de Andrómeda en LNDA Radio, de Otros Mundos con Javier Belmar, de Ya Te Vale FM, de Informe Enigma con Jorge Ríos, de Días Extraños con Santiago Camacho y de Misterio en Red con Esteban Palomo. Contacto: ivancpmisterio@yahoo.es

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