Año 270 D.C. El Emperador Claudio II prohíbe los matrimonios y el Cristianismo en el Imperio Romano. Pero un Obispo llamado Valentín desafiaría las órdenes del mismísimo Imperio. Esta es la historia de San Valentín.
Bienvenidos de nuevo a bordo, amigos de Informe Insólito. Sobrevolamos ya el día de los enamorados, ese famoso 14 de Febrero anual que todos conocemos como el día de San Valentín. Unos lo celebran, otros no, unos son fieles a este día, otros lo toman como una fiesta comercial más, puramente diseñada por centros comerciales y grandes marcas que aprovechan este tipo de ocasiones para vender un extra y aumentar beneficios. Pero no todos conocen la verdadera historia de San Valentín, de cómo nació esta fiesta o esta celebración y cuál fue su origen. Para eso estamos en Informe Insólito, para contaros la verdad y la realidad de cada historia.
Comenzamos este vuelo en la historia y viajamos al año 270 D.C. En aquella época, reinaba en el Imperio Romano Claudio II, su nombre era Claudius Aurelius Marcus Gothicus, emperador que inexplicablemente prohibió en todo el Imperio contraer matrimonio a cualquier persona que quisiera casarse o formalizar una pareja. Claudio II decidió esta medida tan extrema y este decreto porque estaba muy convencido de que los hombres casados eran malísimos soldados para el Imperio Romano.
Cuando llegaban los tiempos de guerra contra los enemigos del Imperio, los hombres casados no querían separarse de sus familias ni dejar sus hogares y les costaba muchísimo más el decidir partir hacia el combate del que muchos no lograban regresar, dando su vida por Roma y dejando a sus familias huérfanas. El emperador Claudio II también había logrado prohibir el Cristianismo como religión en Roma en aquellos años. Esta decisión la tomó debido a que él deseaba ser alabado como el Dios supremo de todo el Imperio. El único por excelencia.
Aquí es donde entra Valentín en la historia por primera vez. Valentín fue un hombre que ejerció como Obispo durante este período de opresión bajo el Imperio de Claudio II y que desafió las órdenes del propio Imperio. Enseguida que se conocieron los extremos decretos del Emperador sobre la prohibición del Matrimonio y la prohibición del Cristianismo como religión, se indignó. Por supuesto el Obispo Valentín pensaba que los decretos de Roma eran totalmente indignos y además estaba muy convencido de que el pueblo debía de ser 100% libre para ejercer su amor por Dios y para poder ejercer el libre derecho a contraer Matrimonio, quien así lo desease. Tuvo una idea entonces. Pidió a todos los jóvenes que deseasen casarse que acudiesen a él si querían ejercer el derecho al Matrimonio. Así lo hicieron muchos jóvenes romanos de la época. El Obispo Valentín los lograba casar en perfecto secreto sin que nadie se enterara y así los unía como parejas formales.
El Obispo Valentín logró casar a muchísimas parejas jóvenes pero llegó un momento en el que el Imperio se enteró de lo que realizaba bajo secreto, fue apresado por Roma y lo llevaron ante el mismísimo Emperador. Claudio II comprobó que el Obispo Valentín era un hombre que poseía una gran convicción y también una voluntad muy superior a la del resto de los hombres. Claudio II hizo y dijo todo lo posible para intentar persuadir a Valentín una y otra vez para que finalmente renunciase a su propia religión, el Cristianismo. Además le pidió que sirviese al Imperio y a los Dioses Romanos. A cambio de todo esto, Claudio II estaba dispuesto a concederle el perdón y a aceptarle en su Corte Imperial como asesor y aliado. Pero el Obispo Valentín se negó por supuesto. Se aferró a su fe al cien por cien y no renunció jamás a su amor por Cristo.
Esta valiente decisión llevó al Emperador Claudio II a sentenciarle a muerte. Pero además se trataría de una salvaje ejecución que constaría de tres partes. Primero el Obispo Valentín sufriría una auténtica paliza, luego ordenó el Emperador que se le apedreara para, finalmente, decapitarle y ejecutarlo. El Obispo Valentín murió precisamente un 14 de Febrero del año 270 D.C. Pero mientras el Obispo estuvo en la cárcel esperando su condena a muerte y su ejecución, dicen que se enamoró de su hija Julia que su carcelero, llamado Asterio, tenía. Además era una mujer ciega. Este carcelero se burlaba constantemente de la fe y de la religión del Obispo y le retó a que hiciese un milagro, poniendo en duda que Dios fuera capaz de realizar cualquier obra imposible. Le pidió a Valentín a ver si su Dios era capaz de devolverle la vista a su hija Julia. Durante el tiempo en que el Obispo estuvo preso se produjo un auténtico milagro, pues esa mujer recuperó la vista. Asterio, el carcelero, y toda su familia se convirtieron así al Cristianismo.
El Obispo Valentín le escribió a Julia una nota de despedida, firmándola de tal manera que la nota acababa diciendo «de tu Valentín». Esa fue su despedida. La joven, muy agradecida por el milagro de Dios, plantó un almendro de flores rosadas junto a la tumba del Obispo Valentín. De ahí que el almendro sea mundialmente también el símbolo del amor y de la amistad duradera. En la actualidad, este mensaje histórico “de tu Valentín” del Obispo sigue siendo el lema de muchas celebraciones de este día de los enamorados que ya hoy en la actualidad conocemos como el Día de San Valentín.
El Obispo Valentín, por su cruel martirio y por arriesgar su vida para dar a los jóvenes el Sacramento del Matrimonio, fue santificado por la Iglesia Católica. Aunque San Valentín sigue siendo reconocido como un verdadero Santo de la Iglesia, muy poco se sabe sobre su vida. Es por eso que en el calendario litúrgico celebramos el 14 de Febrero a los Santos Cirilo y Metodio, en vez de a San Valentín. Así nació su historia y ese, precisamente, fue su origen. Cómo veis, en Informe Insólito, nunca dejamos que celebréis algo sin saber por qué….Feliz San Valentín para todos nuestros lectores!!!
vaya historiaza, no la conocía
gracias
Muchas gracias por leerla, Paolo!!!
Que locura!!
Me encantó como la presentaste,
Muchas gracias IVAN!!!
Muchísimas gracias, Bárbara. Me alegro de que te resultase interesante!!!