¿Conocemos bien la aplicación Whatsapp?

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Queridos amigos y amigas de Informe Insólito: a estas alturas, y con todos los sucesos que estamos viendo desde hace tiempo que van sucediendo en nuestra complicada humanidad, ya nadie debería sorprenderse de que esas conspiraciones y sucesos tan “raros” que solemos ver en las películas de Hollywood puedan estar llevándose a cabo en nuestra vida real (aunque no sea exactamente como se nos muestra en las películas, claro).

Hay productos y aplicaciones como es el caso del tan conocido Whatsapp que se nos “venden” como gratuitos y necesarios para una mejora de la comunicación de la humanidad y demás factores, pero… ¿es tan bonito todo como parece?, ¿acaso hoy en día se da algo gratis sin pretender obtener algo a cambio?, ¿estamos los más de 800 millones de usuarios de whatsapp que existen ya en el mundo totalmente controlados, localizados y espiados?: por supuesto que sí, estamos en su base de datos global, esto es algo obvio y que en teoría conocemos todos, pero que a veces se nos olvida debido al movimiento rápido de nuestras vidas en nuestra manipulada y complicada humanidad.

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Un mundo lleno de cámaras, aplicaciones de móviles y demás instrumentos controladores

El primer aspecto controvertido de WhatsApp (hay más de uno) es que no se nos garantiza que los chats ni los archivos que intercambiamos sean confidenciales. El problema de la seguridad en la aplicación y en nuestras conversaciones privadas ha dado mucho de lo que hablar, y parece que seguirá siendo así.

En este sentido, también hay que destacar que las conversaciones en  WhatsApp no se borran, solo se quedan ocultas y archivadas en su base de datos (incluidas nuestras actualizaciones de estado).

Otra de las cosas con las que se queda WhatsApp es con toda la información de nuestros contactos puesto que le enviamos nuestro número, y nuestra agenda con información de cada contacto (nombre, dirección, direcciones de correo electrónico, y todos los detalles que hayamos rellenado en los campos antes de añadir el contacto). Para esta acción WhatsApp obvia permisos especiales, es decir, se ampara en la suposición de que nosotros ya teníamos el permiso de estas personas para tener información privada de ellos. Esto se traduce en que WhatsApp se lava las manos ante cualquier denuncia y la responsabilidad es solo nuestra.  

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¿Usan el planeta como su tablero de juego de control algunas organizaciones e instituciones?…

La popular aplicación para teléfonos móviles WhatsApp ha logrado conectar a todos sus usuarios 24 horas al día y de forma gratuita. Pero si bien es cierto que esta herramienta tiene muchas virtudes, también lo es que puede resultar muy peligrosa para quienes tengan una personalidad algo «emocional». Entre las víctimas preferidas de WhatsApp están las parejas, para quienes los sentimientos están siempre a flor de piel.

«Como todo lo nuevo, WhatsApp tiene cosas buenas y malas. Puedes contactar con todo el mundo de forma inmediata y gratuita, pero las personas más obsesivas pueden interpretar el silencio de, por ejemplo, su novio o novia, como que ya no le quiere», afirma el psicólogo Enrique García Huete. «Estamos viendo personas adictas, que necesitan estar en contacto permanente», advierte.

Además, «un usuario se puede sentir en la obligación de contestar siempre a los mensajes de un contacto, dado que WhatsApp permite conocer si cualquiera de los contactos está en ese momento conectado o no», explica el director de Quality Psicólogos. Esta posibilidad de saber quién está en línea cuando no debería estarlo y quien no lo está cuando se supone que tendría que estarlo puede tener consecuencias desastrosas para las parejas porque «en la pareja, sobre todo, se pide fidelidad», afirma.

WhatsApp hace y deshace. «Sirve para cortejar, y a través de esta aplicación están surgiendo enamoramientos pero, por otra parte, a una amiga mía su novio la ha dejado por WhatsApp», confiesa el psicólogo. La forma en que se utilice la aplicación -correcta o dañina- dependerá en gran medida de la personalidad del usuario. «Las personas más equilibradas no van a utilizar nunca WhatsApp de forma secreta. Pero para las más emocionales el hecho de recibir un mensaje por esta vía resulta muy satisfactorio, y el no recibirlo les hace mucho daño», explica García Huete.

En fin queridos lectores y lectoras, al margen de estos factores psicológicos debemos volver a comentar para finalizar lo que se apuntaba al principio de este artículo, es decir, reflexionar sobre si la aplicación whatsapp es inofensiva y sólo nos permite estar mejor conectados o si por el contrario tenemos que llegar a pensar en ese lado oscuro de imaginarnos que somos datos andantes que en todo momento somos fácilmente localizables y que estamos brindando gratuitamente todos nuestros datos personales y psicológicos a los que controlan whatsapp, puesto que a través de esta aplicación muchas veces comentamos nuestros miedos, nuestros gustos y nuestras inquietudes… y todos estos datos pasan a formar parte de una base de datos global de todos los usuarios de whatsapp del mundo, es decir, no sabemos o podemos decir exactamente para qué querrán todos esos datos nuestros, pero tienen acceso a más de 800 millones de personas que usan ya la conocida aplicación, por lo tanto… ¿somos una especie de enciclopedia abierta para los que controlan el mundo, o sólo estamos hablando de una inocente aplicación que ayuda a la humanidad a estar mejor conectada?…  Quién sabe…

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Victor Jiménez
Autor del libro 'Buscando la verdad'. Colaborador en revistas especializadas como "Mundo Misterioso". Aficionado a la naturopatía, ufología y demonología. Defensor de los animales. Esperanzado en que un día el mundo despierte ante tantas injusticias y sucesos ocultos. Revolucionario pacífico, y por supuesto y ante todo, un aprendiz en esta escuela llamada Vida. Contacto: victor_oasis@hotmail.com

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