Todos conocemos los beneficios que aporta beber una lata de Red Bull; un empujón energético a corto plazo. Pero sin embargo, desconocemos los efectos adversos que puede causar sobre nosotros a largo plazo.
En sus comienzos fue una bebida destinada al gimnasio, sin embargo, rápidamente rebasó esa frontera, llegando por ejemplo a las discotecas, lugar donde es mezclado habitualmente con bebidas alcohólicas. Esta mezcla -incluso en cantidades moderadas- origina graves consecuencias, como intoxicación aguda. Esto es debido a que las bebidas energéticas liberan adrenalina y dopamina, aumentando las contracciones cardíacas. Por otro lado, el alcohol potencia los efectos adversos, creándose así un cóctel que puede llegar a ser letal.
Un estudio reciente probado en jóvenes sanos confirma que consumir bebidas energéticas aumenta significativamente los niveles de estrés, así como la presión arterial, aumentando potencialmente la posibilidad de sufrir un problema cardíaco. En el caso de personas mayores, el riesgo por consumir este tipo de bebidas es superior.
Red Bull forma parte de las bebidas azucaradas que podemos encontrar en el mercado. Dichas bebidas se cobran la vida de 184.000 personas al año, de las cuales más de 1.000 proceden de España. Con el paso del tiempo, cuando los actuales jóvenes envejezcan, el número de muertes se multiplicará. Las muertes por bebidas azucaradas se dividen en tres tipos:
- 133.000 por diabetes
- 45.000 por enfermedad cardiovascular
- 6.450 por cánceres
La bebida energética por excelencia -el Red Bull- estuvo prohibida en países como Francia, Noruega y Dinamarca debido a que contiene taurina, un aminoácido perjudicial para la salud si es consumido en altos niveles. También en 2009, Alemania prohibió la venta de Red Bull Cola por contener cocaína -0.4 microgramos por lata-.
Como curiosidad, decir que una lata de Red Bull de 250 ml contiene menos cafeína que una taza de café con el mismo volumen.
Como veis, la corta vida de Red Bull está envuelta en un halo de polémica, de constante controversia, y no es por casualidad. Las bebidas energéticas tienen un fuerte poder de adicción que actúa, en la mayoría de los casos, sobre los más jóvenes. Ya lo advertía el asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron:
Las bebidas energéticas deberían prohibirse en los centros educativos, perjudican la capacidad de concentración de los escolares y además tiene efectos nocivos para su salud… Las bebidas energéticas son sin duda otro tipo de drogas.
Recuerda que las bebidas energéticas están contraindicadas para personas con enfermedades cardiacas, hipertensión arterial, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, diabéticos y menores de 16 años.
