Fausto, el pesquero que desapareció tres veces

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La historia de esta semana es una historia real que sigue a día de hoy mostrando incógnitas y misterio, ya que nunca se supo la verdad. El caso continúa estando abierto pese a las numerosas investigaciones llevadas a cabo. Son muchas las dudas y el verdadero final de este trágico episodio donde un pesquero canario llamado Fausto desapareció cuando realizaba una travesía entre islas. Quizá sea un caso único ya que el pesquero desapareció varias veces para nunca más ser visto, Fausto el pesquero que desapareció tres veces.

El Fausto era un pequeño pesquero de unos 14 metros de eslora construido de madera de pino y con un motor de no mucha potencia. Matriculado en el puerto de Tazacorte, sito al oeste de la isla de La Palma. Su tripulación estaba formada por tres miembros. Ramón Concepción, Heriberto Concepción y Miguel Acosta, este último primo de los otros dos hermanos. Todos ellos mayores de cuarenta años y con una gran experiencia en la mar. Solía ir otro tripulante más llamado Viterbo, pero no se enroló en ese viaje ya que estaba echando una mano en la organización de las fiestas de la Virgen del Carmen en tierra.

En julio de 1968 fue fletado para transportar unas plataneras a la isla de Hierro. Una vez descargadas, realizaban ya su segundo viaje en el cual la carga estaba compuesta por herramientas y utensilios para ser descargado en el puerto de Las Puntas en Hierro. A los tres tripulantes se les unió un miembro más, Julio García Pino conocido de la tripulación, mecánico de otro pesquero que necesitaba ir a La Palma urgentemente ya que una hija suya estaba enferma y no había otra medio mas rápido para llegar.

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Fotografía del Fausto.

Partieron un 20 de julio de 1968 con previsión de llegada para el día siguiente sobre las nueve de la mañana, pero nunca más arribarían a Tazacorte, el pesquero desapareció.

Pronto la noticia se propagaría, embarcaciones locales y un avión del ejército empezaron a buscar en las inmediaciones de la isla. El tiempo era bueno y no había ni viento ni mala mar. Aquella situación era muy extraña, como aquellos pescadores experimentados se habían desvanecido en una travesía que la habrían realizado infinidad de veces.

La búsqueda se dilató hasta el 25 de julio sin ningún éxito. Ese mismo día un buque frigorífico de bandera inglesa, llamado Duquesa,  se comunicaba con la radio costera de Tenerife reportando que había localizado al pesquero Fausto a unas 90 millas (140 Km) al oeste de Tazacorte. Según la Duquesa, la tripulación y el pesquero se encontraban bien. Le dieron combustible y víveres para poder poner rumbo de vuelta a Tazacorte. Estimaron su fecha de llegada para ese día 25 a las 1700 horas locales. Pero ¿porqué se habían desviado tanto?, ¿qué les hizo irse tan lejos?,  quizás algo ocurrió que les hizo cambiar de rumbo.

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Población de Tazacorte.

Pronto se corrió la voz y multitud de personas así como algunas embarcaciones esperaban expectantes en el puerto de Tazacorte para recibir al Fausto. Algunos barcos incluso salieron a su encuentro. Pero la hora llegó y no había rastro, estuvieron esperando hasta la medianoche, y el pesquero no apareció ante la desolación de todos.

Al día siguiente por la mañana se activó otro dispositivo de búsqueda en el que participarían cuatro aviones de diversos cuerpos, Guardia Civil, Armada, Ejército del Aire. Algunos barcos colaboraron también en las tareas. Pusieron rumbo directo a las coordenadas que había dado el buque Duquesa.

Los días pasaron y no había noticias del Fausto, varios radioaficionados se unieron también a la búsqueda y se coordinaron en las distintas frecuencias por si eran capaces de oír alguna trasmisión radio del pesquero desaparecido. El 7 de agosto se les dio oficialmente como desaparecidos.

Varios meses después, el día 9 de octubre se recibió un mensaje por telefonía de un buque de bandera italiana llamado » Anna Di Maio» el cual aseguraba que se había topado con un barco fantasma. Se trataba de un pesquero abandonado que iba a la deriva. Una vez el buque lo alcanzó comprobaron que la matrícula TE-2-1268 de la embarcación correspondía con el Fausto. La posición de la localización reportada por el buque italiano era latitud 23º 03′ N y longitud 38º 30′ W.  Coordenadas a más de 1.200 millas de donde fue visto por última vez. Después de hacerle una inspección al pesquero no vieron nada anormal y el estado de la embarcación parecía bueno.

Sin embargo en la máquina descubrieron el cadáver de una persona joven en un estado semi modificado y tumbado desnudo junto a un radiotransmisor, sin anillos, cadenas o reloj. Tampoco se apreciaba ninguna señal de violencia. Todo indicaba que llevaba varios días fallecido y que se trataba de Julio García. Del resto de tripulantes no había ninguna pista. El Anna Di Maio iba en dirección a Puerto Cabello en Venezuela y decidieron continuar remolcando a la embarcación hacia su destino. La posición del hallazgo estaba casi a mitad del camino entre Las Palmas y Venezuela.

A las 48 horas después de haber empezado a remolcarlo comunican desde el buque italiano que el cabo se había soltado de madrugada o había sido cortado, perdiendo al pesquero remolcado. El Fausto se podría haber hundido aunque era muy difícil y extraño ya que las condiciones meteorológicas eran muy buenas, no había viento y la embarcación no había mostrado ningún daño o posible filtración de agua. También podría haberse soltado fortuitamente acabando de nuevo a la deriva. Increíblemente el cadáver se perdió, ya que al parecer lo dejaron a bordo del pesquero. Por tanto no existieron ni se conocieron más datos del cuerpo.

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Trayectoria estimada que siguió el Fausto.

Cuando los italianos llegaron a su destino entregaron la documentación que encontraron en el Fausto. Solamente existía un cuaderno de notas de a bordo donde todas las páginas habían sido arrancadas. Solo quedaba una, la última, donde se podía leer un mensaje que había dejado Julio a su mujer. Parecía como un testamento, instrucciones póstumas para su mujer donde también mencionaba a su hijo. El texto decía:» Luz, tu sabes que Dios quiso para mí este destino. Nunca le digas a Julito lo que me ha pasado.» Aparecía también manuscrita su dirección.

A partir de aquí son todo interrogantes y especulaciones. Numerosas han sido las investigaciones realizadas por varios especialistas en siniestros marítimos así como por periodistas sin sacar ninguna conclusión en claro.

Las teorías de la primera desaparición podrían estar causadas por la formación de alguna niebla densa que les hiciera desorientarse y pasarse del destino, aunque hay que destacar que la tripulación del Fausto era experimentada y no era la primera vez que navegaba por aquellas aguas.

Otra de las posibles explicaciones era que estuvieran realizando algún transporte de carga ilegal y no quisieran ser localizados. Alguna carga como explosivos o drogas aunque en aquellos años era poco usual.

Otra de las explicaciones y que quizás sea la más clara y la que menos gusta a amigos y familiares de las víctimas, es que estuvieran emprendiendo una huida. En aquellos años España seguía gobernada por Franco y no era descabellado una posible fuga planeada hacia Venezuela, lugar de destino de muchos emigrantes desde las Islas Canarias. Al parecer Pino, que fue el supuesto cadáver, tenía un hermano o familiares en Venezuela.

De las posibles teorías, la más extraña especulaba con el encuentro fortuito con algún submarino ruso que los hubieran secuestrado o abatido durante aquellos años de guerra fría. Pero no hay ninguna prueba ni rastro de este suceso.

Hay testimonios que salieron publicados en prensa venezolana donde se informaba que el Fausto había sido visto en algunos puertos como Curazao y Bonaire bajo otro nombre, el de «María Dolores«. Ya que el barco habría sido vendido en Canarias y llevado hasta Venezuela.

El Fausto había sufrido un percance unos años antes de su desaparición. Estuvo semi hundido ya que sufrió un incendio provocado por una chispa en el motor. Meses después fue reconstruido y puesto en servicio de nuevo por abril de 1966. Puede que la reparación no hubiera sido del todo buena y que con el tiempo algún problema mal reparado hubiera dado la cara, quien sabe. El caso sigue sin esclarecerse y esperemos conocer pronto la verdad de esta misteriosa historia real sobre este pesquero que se resistió a desaparecer por las aguas del Atlántico.

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JASS
Ingeniero de sistemas navales, seguidor del misterio, del fenómeno OVNI y de lo paranormal. Skywatcher, astronauta de salón, y sobre todo cadista. Le gusta escribir sobre historias de barcos. Colaborador en Informe Enigma. Cofundador y miembro del Grupo Zpectrum Cádiz Contacto: joseasanchezs72@gmail.com

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